lunes, 20 de diciembre de 2010

Historias

Evocación de una noche
4 de 8

Por:Emerson Fortuna Batista
El autor es abogado y escritor
emersonfortuna@msn.com

(Esta es una hitoria ficticia cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia)

Yo seguía conduciendo, y los dos tomando. Luego ella volvió a tomar el timón de la conversación:

-¿Y tiene alguna fantasía o te gusta lo normalito?

-¿Perdón?

Le pregunte, porque en verdad no la escuche. Entonces ella bajo la música del radio que no estaba tan alta, y me hizo la misma pregunta.

-¿Y tiene alguna fantasía o te gusta lo normalito? ¿Te gustaría hacerlo en la calle, o en una cabaña, o en algún lugar…no se... Clandestino, prohibido?

Dijo ella a la vez q me hacia circulitos en el muslo derecho con mano derecha y la otra apoyada en el asiento de una manera muy sensual, al igual que su rostro desafiante, esperando. Y luego, comenzó a levantarse un poco de modo provocativo su diminuto vestido. Y en verdad estaba encantadísimo con esa actitud tomada por ella.

Yo no entendía a que se quería referir al hablar de “normalito” porque para muchas personas cualquier cosa es lo más normal tomando en cuenta del tema que estoy hablando tomando en cuenta lo que ella me preguntaba. Pero, tal vez ese era su deseo y lo camuflajeaba preguntándome para ver si yo, tenía in interés, o parecido al de ella.

Pero (siempre hay un pero) no le pude contestar ni preguntar nada en ese momento, por que esa exacta pregunta me llevó a recordar la noche con mi chica, la que se fue, la que se largó…

Iba yo con ella conduciendo el carro, y recuerdo que me dijo:

-Creo que estoy perdiendo mi encanto.

Tratando de que al yo observarla por ese comentario ella me pareciera decepcionada, intentando que yo le preguntara por que ella se sentía a si. Y no se porque a algunas personas les gusta decir las cosas a medias, para que el otro le pregunte, sin saber si le importa o no lo que continuará a raíz de la pregunta, como si en ese momento la vida se tratara de una de esas novelas de televisión, en la cual, me he dado cuenta, siempre se portan de esa manera. Entonces no me quedó más remedio que preguntarle.

-¿Por qué lo dices?-dije yo algo extrañado, mirando siempre la avenida y a ella-eres una mujer hermosísima._
Entonces me interrumpe, y me responde:-Es que no me has tocado ni un pelo desde que nos montamos en el vehículo.
Me quede callado unos segundos sin mirarla, sonriendo de medio lao, y ahí si le respondí.

-Espera que lleguemos a mi casa, ya no falta demasiado.

-Es que demasiado me parece mucho tiempo.

Poniendo la mano de ella encima de la mía que estaba en el volante, eso fue suficiente para que me orillara, sin pensar en nada más, ella apagó vehículo, saco la llave se la metió en la parte superior del vestido, en medio e los senos, se posicionó encima de mi, y entonces, concluimos con un excelente beso (o más bien iniciamos con un excelente beso) activándome zonas que llaman a la lujuria ,sexo, y demás yerbas que van de la mano con las antes mencionadas.Bajé la parte superior de su vestido, y recuerdo haber escuchado las llaves entre mis piernas después de haber chocado con mi estomago por la extrema estrechez entre los dos como deseaba tenerla desde que se me acercó en aquel disco-bar, o lo que sea. Pero donde cayó la llave en ese momento no me importó, porque todo se centro en sus senos, que a pesar de estar un poco oscuro puede verlos claramente, eran hermosos, dignos de su rostro, de su pelo, y cuerpo, perfectos diría yo, no esperaba menos.

Pero, la felicidad, a veces, nos dura poco tiempo. Y justamente cuando ella iba a empezar a desabotonarme la camisa besándonos nos tocaron el vidrio de mi puerta, aunque a ninguno nos importó, y seguimos en lo nuestro, pero, el toque después de este primero, fue más fuerte, entonces si miramos. Era un tipo alto, no era fuerte, ni delgado, pero tampoco exactamente gordo, apuntando con su arma, al mirar al otro lado había otro hombre, de contextura delgada, parecido a mi, armado también, todo esto fue en segundos (a veces pienso que es necesario tener un arma, y otras veces, pienso que no), la chica instintivamente, se tapo los pechos antes de mirar al segundo, no se si vieron esos hermosos claveles que tenían yo en frente, aunque, verlos no es tan emocionantes como tocarlos, o sentirlos en los labios, lo puedo asegurar, porque tuve ambas condiciones unos segundos antes.

Nos hicieron seña para que nos desmontáramos del automóvil, quité el seguro este abrió mi puerta y de inmediato dijo:

-¡No intentes nada y las cosas irán bien! Dijo sin dejar de apuntarnos.
Miré las llaves del carro que estaban en mi asiento.

-¡Ey!-dijo el del otro lado-¡cuidaíto! ¡cuidaíto!
Entonces nos fuimos desmontando del carro, primero ella de encima de mi y luego yo, los dos por la misma puerta. Nos alejamos un poco, y ella se abrazó a mí.

-Quiero tu cartera-dijo el que estaba del lado del conductor a la vez q cogía la llave sin dejar de mirarnos y apuntarnos-¡dámela!
Lo pensé un poco, dudé unos segundos, pero finalmente accedí.

-¿Qué tu crees si nos llevamos a la rubita?-dijo el otro mientras se acercaba a su compañero-¿ta´ buena he?

En ese momento de inmediato hice algo estúpido dado las circunstancias.

-No-les dije firmemente-ella se queda conmigo. Y la abracé yo también.

-Me caes bien amigo-dijo el que se había parado primero del lado del conductor-porque me acaba de regalar esta belleza-me decía refiriéndose al vehículo-pero igual deberías ser más solidario.

Y pensé para mis adentros, y esta vez, si fue para mis adentros: “no sé, por que, la gente a veces se siente una especie de DIOS, o cuando ha hecho u ben negocio, o algo por el estilo, a algunos, y solo a algunos , les da por hacer chistes estúpidos, y piensan que a los demás les va a gustar, y que se tiene que reír del mismo aun y le haga daño a uno el disparate que este, esta o estos o estas estén diciendo.”

-Ven con nosotros rubita-insistió el mismo tipo que había dado la “excelente idea de llevarse a la chica”-con nosotros vas a gozar de lo lindo.

Y se rieron a carcajadas los dos. Y en eso pudimos ver unas luces de carros policías algo cercanos, al menos yo pude distinguir dos luces de autos diferentes.

-¡ya vámonos! -En lo que este se montaba en el carro y lo prendía, el otro se quedó mirando la chica unos segundos-¡camina o te quedas!- luego dio la vuelta, corriendo un poco, si dejar de mirarnos, se montó, y al instante que este cerro la puerta salieron acelerando de una manera exagerada.

Y entonces pensé: “debe estar cuidándonos un ángel”, pero inmediatamente descarté esa posibilidad, porque, si en verdad un ángel nos estuviera cuidando no me hubieran robado el auto. Y luego ella me sacó de mis pensamientos con una pregunta…

-¿Y ahora?-dijo ella-¿Qué sigue?

Yo la mire como queriendo deducir algo, algo me decía que ella era parte de lo ocurrido en esos momentos, que era parte de los dos sujetos que me acababan de despoja de mi carro, ella no se notaba nada inmutada, no se veía asustada en lo más mínimo, como si lo que acababa de ocurrir no hubiera pasado nunca, como si estuviésemos filmando una película o algo parecido, pero luego descarté esa posibilidad (no del todo, mi subconsciente quería seguir creyendo lo contrario), ya que pudo haberse ido con los dos tipos.

Este estudio mío sobre ella, solo duró unos segundos, de modo, que tal vez, ni pensó otra cosa que no fuese la pregunta que había acabado de hacer segundos atrás.

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Lea las historias anteriores:

Evocación de una Noche- 1 de 8
Evocación de una Noche- 2 de 8




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