El colmo de Hipólito

Por Bienvenido Diaz Segura
El autor es abogado y politico

La desesperación lleva a Hipólito Mejía y a su pepehache a actuar con irracionalidad y poca inteligencia política. Desde que fue escogido candidato presidencial en la cuestionada convención perredeísta él viene cometiendo errores tras errores. Por esas constantes “metidas de patas” es que hoy día está en franca desventaja frente a su verdugo peledeísta Danilo Medina.

Hipólito se abre frentes innecesarios, plantea temas que no son de interés para el electorado, revive las heridas de Miguel Vargas, desnuda su malograda atipicidad, critica hasta lo bueno del gobierno, demuestra que no tiene planes ni propuestas y asume una actitud irreflexiva ante la institución responsable de arbitrar los comicios.

El refranero popular dice que “el que se está ahogando se agarra hasta de un clavo caliente”, pero parece ser que el aspirante presidencial pepehachista no encuentra ni siquiera eso para salvarse de la derrota que le propinará Danilo Medina y el PLD.

Hipólito Mejía ha demostrado con sus hechos que no cree en la institucionalidad y está acostumbrado a irrespetar brutalmente al que disiente de él. Su Comando de Campaña es un desorden y sus miembros no tienen una línea de acción definida, por lo que tienen que improvisar sus decisiones de acuerdo al estado anímico del despistado candidato.

Con sus equivocadas pretensiones de desacreditar y destruir a la Junta Central Electoral, Hipólito ha perdido la sensatez y la cordura, tratando de culpar a ese organismo de su inevitable desgracia en los próximos comicios. Lo que si está claro es que el pepehache siempre se mantendrá haciendo ruido y generándole intranquilidad al país.

  

El colmo de Hipólito es que no solo se atreve a pedir la destitución del director del Centro de Cómputos, sino que tiene la desfachatez de solicitar la renuncia de los honorables magistrados de la Junta Central Electoral, calificándolos de ilegales e ilegítimos. También se opone a la conformación del Tribunal Superior Electoral.

Por su insensata e irreflexiva actitud frente a la JCE, Hipólito Mejía se ganó dos memorables boches: uno del Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez al decirle  “que respete y deje trabajar a la Junta”,  y otro de su ex amigo y compañero de partido Miguel Vargas Maldonado, quien dijo al respecto que “él no fue consultado y que esa no es la posición del PRD”.

Si Hipólito sigue bajando en las preferencias electorales como de seguro va a ocurrir, no es de dudar que alegando insípidas razones, anuncie su retiro de la contienda o le pida a la Junta Central Electoral la posposición de las elecciones presidenciales del 20 de mayo del año 2012.

11 de diciembre del año 2011.