Baní.-Las provincias del Sur del país están siendo afectadas por serios problemas en el suministro de agua potable, al punto que en la mayoría de los casos los cabezas de los hogares tienen que disponer diariamente de dinero para abastecerse de este importante recurso de uso cotidiano.
Con algunas excepciones, las poblaciones de Peravía, Azua, Ocoa y las ubicadas en el Suroeste, como Bahoruco, Neiba, Independencia y Elías Piña, entre otras, son de las más afectadas por la aguda escasez de agua potable, acentuada además por una prolongada sequía.
En Baní, por ejemplo, de 350 mil litros por segundo que debe liberar el sistema de suministro, sólo está dando 150 mil litros por segundo, lo que genera un déficit en el servicio para una población que supera los 170 mil habitantes.
Igual sucede en San José de Ocoa, donde el déficit en el servicio de agua se siente básicamente en la mayoría de los barrios de la parte alta de la ciudad.
Según reportes, los acueductos de esta región presentan limitaciones en su capacidad de almacenamiento de agua, así como en las fuentes de abastecimiento y en las redes de distribución, muchas de las cuales son obsoletas y en otros casos no llegan a todos los sectores, debido al crecimiento demográfico de estas comunidades.
Esta situación obliga a los vecinos a buscar fuentes alternas para suplirse, que en la mayoría de los casos no son las más adecuadas y comprometen la salud de sus residentes, según explicó Alexis Agramonte, del departamento de Salud Ambiental del Ministerio de Salud Pública. A esas dificultades también se suma la prolongada sequía que azota esta región, la que se agudiza más y más con el paso de los días. Otro problema que afronta a los acueductos es que la gran mayoría, especialmente los ubicados en la zona rural, impulsan sus aguas por bombeo con energía eléctrica y no por gravedad, agravando la falta de suministro, debido a las interrupciones eléctricas que paralizan el abastecimiento a veces por varios días.
La crisis
Sectores ubicados en diferentes zonas de Bahoruco sufren una prologada crisis de agua para el consumo humano, a pesar de haberse inaugurado la primera etapa del Acueducto Regional Múltiple del Suroeste (Asuro), cuya solución la constituye “la ejecución de la segunda parte de la obra”, reconició Miguel Carvajal, encargado provincial del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA).
Esa obra se inició en el gobierno de Hipólito Mejía y se esperaba que la misma beneficiara el 60% de la población de Neiba carente por décadas del preciado líquido y que aún espera por una solución al problema. Aquí el servicio es nulo desde el barrio Buenos Aires hasta el resto de la comunidad, que en su mayoría no tiene agua ni redes de distribución, por lo que “tenemos que comprarla por tanques de 55 galones a 50 pesos”, dijo Mayra Medina, residente en Neiba.
Situación en Baní
Mientras que los habitantes de Baní, en la provincia Peravia, viven momentos de angustias por la escasez de agua potable, donde un viejo acueducto de más de 50 años de construido ya es insuficiente para abastecer a su población.
Las deficiencias de este sistema tratan de suplirlas un grupo de comerciantes privados con una flotilla de más de 50 vehículos que se abastecen en nueve pozos de particulares, perforados en sitios cercanos al río Baní.
Desde tempranas horas de la mañana, esos vehículos se mueven en barrios de la ciudad vendiendo agua al granel en tanques, tinacos, cubetas y cuantos recipientes son necesarios, a fin conjurar el déficit a precios que van desde RD$10 por cubeta, RD$50 por un tanque de 55 galones y hasta RD$800 por el llenado de una cisterna.
Entre los sectores más afectados en Baní se destacan, en la zona norte, El Fundo, El Maní, La Saona, Barracones, Tiburones, Santa Cruz, Pueblo Nuevo y otros, mientras en los ubicados al sur y suroeste están 30 de Mayo, Santa Elena, Santa Rosa y María Carlita, así como algunas áreas del centro de la ciudad. En la zona rural los problemas más graves están en Nizao, Villa Fundación y Matanzas.
Los azuanos, sometidos también a una prolongada escases de agua potable, se quejan porque en buena parte de los sectores del municipio cabecera permanecen en ocasiones hasta por dos meses sin recibir servicio de agua potable.
La compra de agua a particulares para el suministro de los hogares es frecuente en barrios como Camboya, Canca la Rana, La Bombita, La Colonia Española, Simón Estridels y El Flamboyán, entre otros.
Aunque en el municipio de San José de Ocoa las infraestructuras en servicio están en buen estado y el equipo de pozos instalados en el río Ocoa para el abastecimiento del acueducto está en funcionamiento, lo cierto es que en sectores como La Vigía, San Rafael, San Francisco y Las Mercedes, las quejas son frecuentes por la falta del líquido. Aquí la construcción de la planta de tratamiento está paralizada desde el último gobierno de Joaquín Balaguer.
PREOCUPA CALIDAD Y SALUBRIDAD DEL AGUA
"La calidad y salubridad son importantes en estos sistemas estatales y las autoridades de Salud Pública y del INAPA mantienen la vigilancia y el monitoreo con miras a reducir las posibilidades de contaminación de las aguas servidas, a fin de evitar, por esta vía, la propagación bacterias y que se originen enfermedades como el cólera.
El técnico de Salud Ambiental, Alexis Agramonte, explicó que trabajan en las provincias sureñas, fundamentalmente en las limítrofes con el vecino Haití, instalando plantas generadoras de cloro para distribuir altos volúmenes de este producto en las poblaciones “de mayor riesgo a contraer la enfermedad”.
Agramonte citó dentro de este programa, en lo que toca al Sur, localidades como Pedernales, Jimaní, Neiba, Elías Piña, San Juan, Barahona y otras, donde distribuyen cloro a los operadores de los acueductos, así como en cárceles y hospitales.
Mientras que en San Juan de la Maguana, San Cristóbal y Pedernales las inauguraciones recientes de acueductos, por parte del gobierno, así como la reparación de sus plantas y redes de distribución, en otras, han logrado reducir en buena medida las deficiencias en el suministro de agua.
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