Los porcicultores Wilfredo Bauista, Pedro José Fabelo, Sergio Jiménez, Serafín Taveras y Pedro Porrelo Reynoso dijeron que se trata de “un fraude” contra los consumidores y además, esos embutidores están usando una cantidad excesiva de preservantes que es dañina a la salud.
Durante una rueda de prensa en la capital, indicaron que las importaciones de trozos y despojos de pollo y pavo se están haciendo de una manera indiscriminada, amparadas en el Tratado de Libre Comercio firmado por el país con Estados Unidos y Centroamérica (DR-CAFTA).
Señalaron que “esos permisos se están entregando sin los criterios adecuados, lo que ha resultado en el establecimiento de producciones informales de embutidos que no se ajustan a los requisitos sanitarios o comerciales correspondientes”. Los porcicultores reclamaron una mayor supervisión de las autoridades de los permisos de importación de contingentes “libres de impuestos” a personas físicas o morales sin tradición en el negocio, porque distorsionan el mercado y están llevando a la quiebra a cientos de productores.
El año pasado se importaron 18,531 toneladas métricas de trozos y despojos de pollo y pavo para la fabricación de embutidos y productos cárnicos, y este año ya se importó una cantidad similar, dijeron. Precisaron que esas importaciones sustituyen 240,000 cerdos anual, que es la producción de dos meses y medio. Indicaron que en el país hay una alta presión importadora de productos cárnicos que ha dejado sin mercado seguro una buena parte de la producción, por lo que una gran cantidad de pequeños porcicultores ha abandonado el negocio.
La norma 322 dice que “jamón es el producto preparado con pernil de cerdo, (patas traseras) con o sin hueso. Digenor quiere modificarla, a solicitud de los fabricantes de embutidos. Eso significa que “tenemos las industrias y las autoridades en contra”. El anteproyecto de norma dice que “jamón es el producto preparado con pernil o paleta de cerdo, carne de pollo o pavo o una combinación de estos”.
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Testimonio
El porcicultor Pedro José Fabelo, que también tiene una mediana fábrica de embutidos, asegura que ha tenido que sumarse al uso “de desechos de pollo y pavo para poder competir” con los otros embutidores. Expresa que tiene dos granjas que producen 150 cerdos cada día para su fábrica de embutidos, de los que ahora sólo usa 40 y vende la cantidad restante para no quebrar. Dice además que tenía 1,500 novillos tabulados y sólo le quedan 400. “No quería incluir los desechos de pollo y pavo en la fabricación de mis embutidos, pero si no lo hago mi empresa desaparece”.
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