sábado, 17 de diciembre de 2011

Hipólito Mejía y el PRD van por caminos diferentes

Situados a cinco meses de las elecciones, los organismos del PRD envían reiteradas señales de marchar por sendas diferentes frente a temas nacionales.Primero ocurrió con la posición perredeísta ante el conflicto por la Dirección de Informática de la Junta Central Electoral (JCE).

Luego, otros casos acentuaron las divergencias de criterios entre la dirección del partido blanco, el equipo del candidato presidencial y algunos equipos sectoriales. “El candidato soy yo y esa es la posición oficial de nosotros. Okey?”, respondió Mejía el 11 de noviembre, cuando la prensa resaltó que la carta oficial del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) a la JCE no incluía la demanda de destitución o renuncia de Franklin Frías como director de Informática. “Ponga que Hipólito quiere que se vaya”, insistió. En el último episodio de esta cadena de enfrentamientos, contradicciones y desautorizaciones, un grupo de abogados de la Comisión de Justicia del PRD impugnó al peledeísta Mariano Germán y al vicepresidente de la Suprema Corte de Justicia, Rafael Luciano Pichardo, como candidatos a integrar alguna de las altas cortes.

Con apenas horas de diferencia, Miguel Vargas Maldonado, presidente de la fuerza opositora, envió una misiva al presidente Leonel Fernández, con copia a los medios de comunicación, en la que les resta calidad a los impugnantes. La tendencia ya empezaba a generar menciones en la opinión pública cuando figuras tan notables como Enmanuel Esquea, Milagros Ortiz Bosch y Hugo Tolentino Dipp, asesores de Hipólito Mejía, intimaron a los miembros de la JCE para que cesaran en sus funciones, sobre el argumento de que fueron seleccionados de manera ilegítima.

El candidato presidencial se abanderó con la demanda y, en posición contraria, la dirección del partido desautorizó a los citados comisionados, quienes habían actuado como árbitros en la convención del PRD.

Cuestión de miguelistas y de hipolitistas Este rosario de desacuerdos prolonga una lucha de intereses que mantiene en esquinas contrarias a Mejía y Vargas Maldonado, quienes llegaron a competir por la nominación presidencial. De hecho, aún el presidente del partido no se integra a actos proselitistas del candidato, luego de que varias figuras de su grupo político denunciaran una supuesta actitud de exclusión.

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