El Cartel del Norte del Valle fue el desarrollador de los submarinos para el transporte de la droga hacia México por las aguas del Pacífico, lo que se constituyó en uno de los factores que le permitieron expandirse hasta prácticamente desplazar al anteriormente todopoderoso Cartel de Cali en la primacía de esa ruta.
Los vínculos de ese cartel con sus colegas criminales de México lo convirtieron en el principal suplidor de la cocaína que finalmente era introducida por los aztecas a territorio norteamericano.
La alianza entre esos carteles se ha mantenido en el corredor del Caribe, ruta que cada vez resulta más atractiva debido a la especie de guerra campal que se desata en México por las luchas entre bandas y contra las fuerzas regulares del Gobierno mexicano.
Mudanza para el Caribe
El Cartel del Norte del Valle ha mudado para el Caribe muchas de sus formas para mover la cocaína. En este año, por primera vez, han sido encontrados dos de los denominados “narcosubmarinos” en aguas caribeñas.
Ambos, con capacidad para transportar entre tres y cinco toneladas de cocaína, fueron interceptados frente a las costas de Honduras, un territorio que es controlado mayoritariamente por los carteles del Golfo y Los Zetas, éste último una banda de sicarios que se ha independizado para convertirse en cartel independiente.
Sin embargo, las agencias antinarcóticos de la región empiezan a temer que la violencia en México y que contagia a países centroamericanos, incremente el uso de las islas del Caribe como puente del narcotráfico.
Incluso, se ha detectado que muchos integrantes de esos grupos empiezan a instalarse en el país, trayendo consigo sus estilos de violencia, corrupción e intimidación.
Ofertas de submarinos
El hoy vocero de la Policía Nacional, coronel Máximo Báez Aybar, dio una clarinada sobre el eventual uso de submarinos para transporte de drogas desde Suramérica hacia la República Dominicana.
En 2010 se desempeñaba como subdirector de Investigaciones Criminales y desde ese cargo le tocó investigar los crímenes por encargo que se cometieron desde la estructura que en el país encabezaba José David Figueroa Agosto.
Uno de los hallazgos en la investigación que llevó a la captura de los que ahora son enjuiciados por varios de esos crímenes por encargo fue que ya algunos de ellos se empezaban a perfilar como sucesores de los cabecillas de la banda que en ese momento estaba huyendo, siendo los prófugos más renombrados el propio Figueroa Agosto y Antonio del Rosario Puente.
Uno de los sicarios que aspiraba a heredar parte de las actividades de narcotráfico era Gian Enrique Matos, según relató el coronel Báez Aybar. Cuando éste fue detenido se le ocuparon varios teléfonos BlackBerry, y cuando se les hizo un análisis de las conversaciones que había sostenido por el BB chat encontraron la sorpresa de que estaba negociando un cargamento de cocaína que le era ofrecido para ser traído en un submarino.
Báez Aybar relató que Gian Enrique Matos tuvo conversaciones con un ecuatoriano y un boliviano que despachaban desde Ecuador, en las que negociaban un cargamento. Los suramericanos le estaban ofreciendo la mercancía con la posibilidad de enviársela “por arriba (avioneta) por el agua (lancha) o por abajo (submarino)”.
En el caso del submarino le hacían la salvedad de que sería en uno de titanium, pero que debía comprar al menos 1,500 kilos de cocaína para justificar movilizar ese tipo de medio de transporte cuyo costo de fabricación oscila entre 2 y 2.5 millones de dólares y puede movilizar hasta cinco mil kilos de esa mercancía.
Al ser de las primeras transacciones de alto nivel que estaría organizando el ahora enjuiciado por la acusación de matar por encargo a varias personas, los suramericanos le estaban pidiendo un seguro (económico), sin embargo, Gian fue detenido unas 48 horas después de esas conversaciones.
Venezuela
Las agencias antinarcóticas de la región han comprobado que la mayor parte de la droga que pasa por el Caribe sale ahora desde Venezuela, en parte como consecuencia del debilitamiento de los grupos armados irregulares (guerrilla y paramilitares) en las selvas colombianas que daban protección a la producción de la cocaína de los carteles de ese país.
Se estima que la presión del narcotráfico aún no es mayor en el área del Caribe porque todavía los grupos de narcotraficantes prefieren usar a Centroamérica y México en su ruta hacia Estados Unidos y Europa occidental, sus principales mercados. Pero temen que esa situación podría cambiar en el corto plazo y se muden a países como la República Dominicana estructuras violentas de los actuales carteles.
Uno de los temores que se ciernen sobre la seguridad del país y el potencial incremento de la violencia es que se mude hacia el Caribe las pugnas entre los carteles de Sinaloa y del Golfo y Los Zetas.
El sello característico de estos dos últimos es la violencia y el secuestro, y actualmente se disputan con el Cartel de Sinaloa el control del territorio de diez países de América Latina y 43 ciudades de Estados Unidos.
Pronóstico alarmante en próximos años
El secretario de Estado adjunto de EU para Narcotráfico y Seguridad, William Brownfield, manifestó recientemente que en la medida en que se vuelquen más recursos para combatir ese flagelo en Centroamérica los problemas en el Caribe se acrecentarán.
Y fue específico sobre este país: “Estoy convencido que en dos o tres años la República Dominicana va a confrontar este problema de una manera masiva”, vaticinó.
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