jueves, 20 de octubre de 2011

Evaluando


Las minas  de San Juan

Por Alejandro María
El autor es abogado y politico

 Ha creado expectativas el anuncio de que en el corazón de la Cordillera, en  el parque “José del Carmen Ramírez”, hay una mina de oro y que son realizados estudios para su explotación.

En unos ha creado expectativas positivas y en los más, temor, preocupación .Temor a ver a san Juan como un pueblo fantasma de los que vemos en las películas norteamericanas producto de la fiebre de oro del Oeste.

El entusiasmo de algunos me “recordó” el   que mostrarían los indígenas, en este caso los del reinado del Jaragua, cuando observaron o se observaron reproducidos en los espejitos que trajeron los españoles  y que podían obtener uno solamente entregando unas cuantas piedrecitas brillantes, que los españoles sabían que era oro, pero para los indígenas, únicamente piedras con brillo.

Por eso el culpable no es únicamente el que engaña, sino el que propicia ser engañado, el que sirve de burro para engañar a los otros, el que no ve más que su interés inmediato e individual, el que vende a todos por unos cuantos “dólares” que al cambio, se convierten en un “montón” de pesos, que permitirá, comprar  yipetas, pistolas, vodka, un apartamento en la capital y atropellar a los hombres y mujeres del pueblo de “a pié”

Los Guacanagarix no son hechuras del que nos cambia el espejito por pepitas de oro, sino de la ambición desmedida y de los criollos que se venden y nos venden por espejitos.

Para poder observar el daño que produce una mina de oro, níquel o bauxita, solo hay que ir a Pedernales, Cotuì,  Bonao y Maimón..

Una mina  está en el centro de la tierra como el corazón respecto al cuerpo, mientras está dentro es vida,  cuando lo extraen es muerte.

Las minas o el oro en éste caso, son una maldición para el desarrollo de las comunidades  en las que son descubiertas y explotadas.

La extracción de un mineral es signo de riqueza material para unos cuantos pero ese bienestar eufórico de unos cuantos no llega a la mayoría.

No sé de un pueblo que deba su bienestar  a la riqueza del subsuelo, salvo Qatar. Los grandes países en que sus ciudadanos tienen un alto nivel de vida,  explotan las minas de los  “países chiquitos”,  y en sus propias tierras, producen alimentos, construyen presas. No son tontos.

La mejor forma de hacer conciencia sobre el daño permanente que produce “la fiebre del oro” es que los grupos indignados, clubes sociales y culturales, asociaciones, sindicatos, estudiantes, ONGs, hagan giras de reconocimiento a las comunidades en donde se penetra a las entrañas en nuestro país para sacarle su corazón, Bonao, La Vega, Maimón, Pedernales y Cotuì. El que no llora ante este espectáculo de destrucción, “no tiene madre ni padre”.

 Las minas de San Juan son las siguientes: la presa de Sabaneta, la presa de Sabana Yegua, nuestra ruta turística, nuestra ruta de producción y exportación agrícola, la universidad, la calidad de nuestras tierras con las que nos ha bendecido Dios, el Yaque del Sur, el río San Juan.

Nuestra identidad cultural  es una mina más valiosa que una mina de diamantes, una comunidad con una variedad de perfiles humanos producto de la mezcla de blanco,  aborigen y  negro;  remachada por las inmigraciones de europeos del 1932 y 1938, con una frontera accesible en donde el visitante puede, a solo un paso, conocer dos culturas diferentes, es algo que no existe en “otras tierras de la Tierra”, somos únicos y ese desarrollo turístico nos hará más ricos, más universales, mas felices.

Esas son las minas de nuestro pueblo y la felicidad y bienestar permanente y sano depende de una correcta orientación política “para que multipliquemos los caonabos” y “aplastemos los guacanagarixes”.

Una mina de oro es una maldición, un río, una presa, una bendición. La responsabilidad es de todos, los indiferentes son adversarios.

2 comentarios:

  1. Què bien! Cuanto me ha emocionado este comentario. Una vez más, con artìculos punzantes y notablemente bien escritos, Alejandro María toca aspectos muy sensibles del presente y futuro de nuestro pueblo.

    Rafael Pineda.
    Montevideo, Uruguay.

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  2. ESTE NO ES EL PRIMER COMENTARIO QUE ESCUCHO DE ESTE TEMA, ESO ESTA AQUIE EN NUESTRAS TIERRAS EN LAS LOMAS DE NUESTRA CORDILLERA Y NADIE DICE NADA ESE ES UN SECRETO MUY BIEN GUARDADO, YA QUE ES DE INTERES DE MUCHO QUE NO SE SEPA, YA QUE LO QUE QUIEREN ES DARNOS UN PALO ACECHAO, Y NUESTRAS AUTORIDADES BIEN GRACIAS, ME SENTI EMOCIONADO CON UNA ACTITUD DE UN SINDICO NO RECUERDO EL MUNICIPIO QUE PROHIBIO LOS ESTUDIOS EN SU MUNICIPIO, Y YO DESDE MI HUMILDE PRESENTIMIENTO SIENTO QUE LA SINDICA SE CASARA CON LA GLORIA DE SU PUEBLO Y HARA LO MISMO, Y SI NO CREO QUE LOS COMUNITARIOS DE ESAS LOMAS TOMARAN LAS HACHAS Y LOS MACHETES Y LO HARAN, PERO FUNDAMENTALMENTE EL SECTOR AGRICOLA DE ESTA PRVINCIA, NOS QUEDAREMOS SIN AGUA YA QUE ESA EXPLOTACION SE PIENSAN HACER EN EL CORAZON DE LOS YACIMIENTOS DE LOS PRINCIPALES RIOS QUE ALIMENTAN LA PRESA DE SABANETA, Y AQUI EN EL PUEBLLO NO TENDREMOS AGUAS PARA VEVER, A LUCHAR PUEBLO SANJUANERO POR TU VIDA Y POR TU FUTURO.

    ATT. DANIEL MONTERO L.

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