lunes, 19 de septiembre de 2011

Pleito entre parejas

Consejos anti-pleitos

pleitoVivir en pareja, formar un hogar, son situaciones hermosas de la vida. Pero, ¿ qué hacer si tu relación de pareja se ha convertido en un campo de batalla?.

Los consejos a continuación están destinados a tenderte una mano en la estresante situación de tu día a día.

1. Comienza por tí misma

Con frecuencia nos olvidamos de nosotras mismas, ya que estamos más preocupadas por nuestra pareja. ¿Y que pasa contigo, te valoras tú? Dentro de la convivencia hay un espacio compartido con la pareja pero también hay un espacio tuyo que debes amar, cuidar y respetar. Tu actitud hacia ti misma influye en la manera en que ves y entiendes todo. Debes amarte, valorarte. Entender que no se debe rogar amor y que vivir en pareja no es vivir angustiada. Tienes que estar bien contigo misma, tranquila, despojarte de los sentimientos de culpa, perder el miedo a estar sola contigo misma. Desear estar con él, pero no necesitar estar con él. Tienes que perder el miedo a perderlo.

2. No lo critiques por cualquier cosa
Recuerda que es un ser humano igual que tú, que tu también eres imperfecta, tienes defectos que él debe sobrellevar y cometes errores. A veces ayuda hacerse miope en cuanto a ciertas situaciones. No las lleves todas contadas ni pretendas pasarle factura por cualquier tontería.

3. No compitas. Están en el mismo equipo

Si gana uno, ganamos todos. ¿Por qué tienes que demostrarle que eres más inteligente, más intuitiva, más rápida, que sufres más, que haces esto o aquello mejor, que pones más de tu parte, etc.? Ambos desean vivir tranquilos y ser felices. No importa quién dió la idea, quién hizo esto o aquello, mientras sea en beneficio de la relación y/o la familia. La competencia lleva al resentimiento, a que él se sienta herido, humillado y quiera vengarse. En ese momento ambos han perdido.

Evita frases como: “Yo te lo dije que…”, “Si no fuera por mi…”, “Yo estoy desde esta mañana... ¿y t ú ya estás cansado...? ”, “Si te llevaras de lo que te digo…”.

4. Reconócele las buenas acciones

Cuando haga algo que te agrade, házselo saber con un beso, una sonrisa o una palabra amable. Nunca le respondas con un “ojalá fueras así siempre”, “ya era hora de que lo hicieras”, etc. NO trates de aprovechar esas “oportunidades” para darle sermones o quejarte por todo lo que desde tu punto de vista está mal.

Aprovecha para resaltar sus buenas cualidades en público, en compañía de los amigos o la f amilia. Eso realza su autoestima. Le hace saber que es importante para ti y que estás orgullosa de él. Haz esto sin despreciarte a ti misma. Nada de: “Que haría yo sin él” o “soy una tonta… si no fuera por... (mi pareja)”. Simplemente dí lo bueno que él hace.

4. Apóyalo

El otro siente lo mismo que tú, quiere que le comprendan y le den la razón. No se trata de descalificarte tú o desestimarte, ni de saber quién tiene la razón, sino de que ambos funcionen como un equipo ¿Qué tal si comenzamos por reconocer que los dos tenemos razón?
Para que él pueda entender que lo apoyas, que estás de su lado, es necesario producir un sentimiento de confianza. Esto significa sustituir el miedo por confianza. No significa “voy a hacer esto o aquello para que no se enfade”, sino porque “verlo feliz me hace feliz a mí también”.

5. Cuando surgan diferencias de opinionesPrimero escucha con atención su punto de vista. Luego, cuando vayas a dar tu opinión le dices:
Estoy de acuerdo en que… ( le das a entender que comprendes lo que te ha dicho y le dices en qué estás de acuerdo con él)
También opino que… (Trata de no usar PEROS... porque parece que lo anterior no es cierto. Da tu opinión o presenta con hechos otro punto de vista distinto al anterior. Si vas a dar tu opinión subjetiva, utiliza “YO”, habla por ti, sin insultar a nadie. Los problemas no se solucionan marcando constantemente el error del compañero u otras personas. Eso sólo consigue despertar agresión y crear conflictos)
“¿Qué te parece si?…o ¿Qué podríamos hacer?...” (Plantea una salida que complazca a ambas partes o espera a que él te proponga una. Importante: exprésalo como una sugerencia, nunca como un mandato o una ley que se debe cumplir ahora y al pie de la letra).
Lo mejor es cuando la solución viene de su parte. Eso realza su autoestima y puede ayudar por consiguiente a resolver múltiples problemas de ahí derivados.
Recuerda que están en medio de un diálogo y buscas que él entienda que lo apoyas y valoras su opinión. No lo cierres con gritos, gestos de impaciencia, críticas personales, insultos, malas palabras o exigencias.

6. Aprende a dejar las conversaciones para después
Si han entrado en una conversación de tono hostil y la tensión es muy alta trata de calmarte un poco. Desaparece del lugar por un momento. Busca alguna excusa para estar sola contigo. Piensa en amor, abundancia, en que todo tiene una salida, en que desean permanecer juntos, amarse, resolver las situaciones juntos, etc. Cuando hayas logrado calmar tus emociones podrás nuevamente abrir un diálogo constructivo, no una discusión destructiva.

7. Evita las discusiones recurrentes

Evita traer sobre el tapete el mismo tema una y otra vez: Su familia, la casa, los hijos, el trabajo. Saca ese asunto de tu mente y de tu vida. No lo nombres, no lo menciones, no hables de ello. Sólo dejará de ser un problema cuando dejes de ponerlo en primer lugar en tu relación de pareja.

3. Sé cariñosa
Las muestras de afecto (un beso, una sonrisa, una caricia, una palabra amorosa) son el mejor antídoto contra la ira y el mal humor. Si hace algo que te desagrada, en vez de criticarlo, atacarlo, regañarlo, exprésale con palabras de afecto lo que quieres. En vez de decirle p. Ej.: “otra vez dejaste el baño todo mojado", le dices: “me siento feliz cuando entro al baño y está ordenado y seco”.

8. Descentraliza tu atención
Es dañino pasarse el tiempo pensando sólo en los problemas y sus soluciones. A veces para encontrar la solución hay que salirse del problema. Disipar la mente. Olvidarse del asunto por un rato y disfrutar simplemente las pequeñas felicidades que la vida te ofrece. No dediques toda tu energía en preocuparte por tu relación de pareja.
Mímate, concédete antojos. Haz algo que te guste hacer, que no tenga nada que ver con tu pareja. Aprende a hacer algo nuevo, toma un curso, haz ejercicios, sal con tus amigas, toma un baño con sales en casa, un masaje, prepara una nueva receta de cocina, un tratamiento casero, cómprate un libro, cuida de tus plantas, etc. Cada una en la medida de sus posibilidades puede encontrar algo que la haga sentirse feliz y refuerce su autoestima. Sobretodo sé positiva. Piensa que existe una solución para todo en la vida y que lo bueno de los errores es que de ellos se aprende.

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