Pocas veces se ha dicho que entre los factores
determinantes que promovieron el golpe de Estado contra el gobierno de
Juan Bosch, del cual hoy se cumplen 48 años, estuvo la oposición del
estadista a que Estados Unidos utilizara el territorio dominicano, para
entrenar tropas con miras a derrocar a la dictadura de Francois Duvalier
en Haití.
Estas maniobras fueron hechas sin consultar al gobierno
dominicano, pues, en ese sentido, los norteamericanos no confiaban en
el entonces jefe de Estado dominicano, de quien temían fuera comunista,
con vínculos estrechos con el triunfante líder de la revolución cubana,
Fidel Castro.
Según lo recogido en el libro Golpe y Revolución, de
Víctor Grimaldi, referido por la investigación de Joaquín Gerónimo “En
el Nombre de Bosch”, la trama del derrocamiento fue urdida contra Bosch
desde la embajada norteamericana “al no encajar éste en la estrategia de
contención anticomunista, trazada por John F. Kennedy”.
Antecedentes
A
la oposición del entonces líder del Partido Revolucionario Dominicano a
las prácticas conspirativas contra el gobierno haitiano, estimuladas
por Estados Unidos, se sumaron una serie de hechos, realidades y
postulados desde las perspectivas de un gobernante que asumía el poder a
partir de unos principios vinculantes con los deseos de establecer
leyes que conllevaran a la condición de igualdad social, lo que unido a
las conspiraciones de las élites conservadoras y herederas del
trujillismo, más las posiciones adversas de estamentos dominantes de la
Iglesia Católica, dieron al traste con el primer ensayo democrático post
dictadura de Trujillo que tuvo República Dominicana.
Obsesion de EEUU
En
su libro, JB Martin, embajador en el país desde el 1962, referido por
Grimaldi, se establecía además que existía una obsesión a ver
Castrocomunistas en todas partes.
“Esto le impuso terribles
condicionantes al gobierno constitucional de Juan Bosch y al mismo
tiempo ya en pleno 1963 el gobierno de Estados Unidos estaba dedicado a
derrocar a Duvalier, mediante operaciones encubiertas, desde territorio
dominicano”, explica el texto.
En esta publicación hay una
referencia tácita que han hecho otros historiadores, e incluso
protagonistas de esos hechos históricos, que aunque son conocidos,
muchos sectores se empeñan en buscar causas extrañas a un derrocamiento
que se gestó desde antes de Bosch asumir la Presidencia de la República:
“No tenían confianza en Bosch para manejarlo en sus planes
antiduvalieristas, pues en la crisis con Haití, en abril del 1963, Bosch
se comportó como el jefe de Estado dominicano y seguiría comportándose
como tal al extremo de estar dispuesto a desatar un escándalo político
internacional poniendo al descubierto las acciones del gobierno de
Kennedy para derrocar a Duvalier, financiando a grupos de guerrilleros
haitianos desde territorio dominicano, sin el conocimiento, ni mucho
menos el consentimiento del gobierno dominicano” .
Otros hechos
propiciadores del golpe de Estado, fueron las reformas sociales
concebidas y propuestas por Bosch, que se entienden como el primer
choque que tuvo el nuevo régimen con grupos conservadores. Luego hubo
nuevos conflictos por el establecimiento de impuestos y la ley que
estableció el precio tope del azúcar que se exportaba. En los primeros
meses de la administración del escritor y político, el azúcar alcanzó en
los mercados mundiales precios sin precedentes, por lo que el gobierno
introdujo el proyecto que limitaba las ganancias de las empresas
azucareras.
HISTORIA, HECHOS
El entonces líder perredeísta
ganó las elecciones del 20 de diciembre de 1962, las primeras que se
realizaban luego de la decapitación de la dictadura de Rafael Leónidas
Trujillo. Asumió el gobierno el 27 de febrero, y su derrocamiento se
produjo 7 meses después, el 25 de septiembre de 1963. Bosch había
retornado al país a finales de 1961 luego de un exilio de más de 20
años, su partido, el PRD se había formado en Cuba en 1939.
Después de
la dictadura, los dirigentes perredeístas Ángel Miolán, Ramón Castillo y
Nicolás Silfa, llegaron al país el 5 de julio de 1961 y comenzaron la
organización de la oposición al trujillismo.
Durante la transición
del final de la dictadura y la creación del gobierno provisional del
Consejo de Estado, presidido por el Rafael Filiberto Bonelly, e
integrado por doce notables, el Congreso Nacional había sido disuelto
por el presidente Balaguer. Tras las elecciones de 1962, los
legisladores electos tomaron posesión de inmediato para integrar una
asamblea constituyente para sustituir la Constitución de la dictadura.
domingo, 25 de septiembre de 2011
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