Por: Alberto E. Borda Objio
Periodista dominicano residente en Estados Unidos
El descaro y la cara dura del mandatario dominicano de turno no tiene parangón en nuestra historia politiquera. La justificación a sus desaciertos cada día se hace más insoportable. El uso indebido y discriminatorio de los instrumentos de control del Estado por parte del que nos desgobierna, no parece tener límites en las manos del Presidente Fernández. La vagabundería de tapar sus faltas acusando a los que le antecedieron, no tiene madre ni comparación y por esto el descredito alcanzado en este periodo de ejercicio gubernamental. ¡Que lastima tal descalabro presidencial!.
El que un gobierno se pase casi ocho años
queriendo tapar el sol con un dedo por no hacer lo que tiene que hacer, no
tiene otro nombre que no sea incapacidad o falta de idoneidad para gobernar la
Nación. Si ese es el camino que seguirá transitando el P.L.D. en el pequeño
tramo que le queda de mandato, “nos llevara el diablazo”. Y es que los
funcionarios continuaran la fiesta de la corrupción, con la certeza de que su
jefe los defendera después de cada escándalo, desempolvando expedientes
retaliatorios desfasados y fuera de toda lógica gubernativa como hasta ahora ha
venido haciendo.
Y es que esta ha sido la constante del que nos
desgobierna. Producir entretenimientos para que el pueblo olvide las
barbaridades cometidas por su grupo de bandidos. Pero la historia indica
claramente cuál ha sido el destino de los que han jugado con candela al tratar
de burlarse del pueblo. El desprecio, la mala voluntad. y la animadversión
colectiva, es lo que se está granjeando con sus desaguisados y con la ignominia
de sus actuaciones deleznables y corruptas, que se incrementaran cada día más,
en la conciencia de la ciudadanía
hastiada hasta la coronilla de que la crean estúpida, ignorante y
pendeja.
Con que moral y dignidad puede este gobierno y
el P.L.D. sacudido en todas sus estructuras por la más podrida de las
corrupciones antes vista hablar de funcionarios del gobierno que le antecedió, si
ya han pasado ocho anos que este entrego la cosa pública. Y además, desde que
Leonel lo sustituyo, la mar de escándalos putrefactos de latrocinio,
prevaricaciones, peculado, cohechos y nepotismo asqueroso, no se han detenido
en los estamentos del Estado. La verdad que hay que tener cojones para venir
con esas amenazas ahora!.
Si siguen jodiendo con la vaina de acusar a los
que les antecedieron por no poder controlar los desafueros que se cometen en
este gobierno, pueden suceder situaciones irrefrenables. Pues la ciudadanía
esta harta hasta el tapete de que la quieran coger de estúpida. Lo que tienen
que hacer estos marchantes y su corte de depredadores, es controlar sus
apetencias de riquezas desmedidas y evitar la desgracia de tener que enfrentar
a un pueblo desbocado y cansado de tanta miseria e injusticia social. La
ambición rompe el saco. Que no sigan con esto, que huchar las avispas no trae
nada bueno!.
Las conciencias más preclaras del País no están
dispuestas a seguir corriendo riesgos por culpa de una pandilla de insaciables.
Hasta los sectores religiosos y más conservadores se han manifestado en contra
de la corrupción rampante. Ya solo hace falta como dijera Pena Gómez una vez,
“un Coronel que quiera casarse con la Gloria.” No estamos muy lejos de eso,
pero en esta ocasión, una asonada puede provenir de aquellos inmersos en el
maldito negocio de las drogas. Y el mal ejemplo inductor propiciado por Leonel,
por estar copiando al tirano Ilustrado, será el responsable de las desgracias
que puedan ocurrir en el País.
El horno no está para galleticas ahora mismo,
el pueblo clama a gritos por una verdadera equidad en el manejo de la cosa
pública. Ya no se puede seguir justificando lo que es injustificable. Mucho
menos, levantando polvos pasados que no van a tapar estos lodos de ahora, pues
el viento con sus remolinos, puede llevarse de encuentro a los culpables de su
destape justificador. A esta altura del juego, no se puede estar inventando con
medidas desafortunadas copiadas de Balaguer, usando las instituciones del
gobierno como instrumentos de chantaje politiquero como hacia siempre el peor
de todos los que nos han desgobernado. Aguante el chucho Presidente, y enfrente
sus demonios internos!.
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