martes, 13 de septiembre de 2011

Distribución de cargos crea conflicto en PRD

 listin.com.do
Santo Domingo .-La repartición de los cargos públicos en un eventual gobierno del ex presidente Hipólito Mejía es sin duda el tema de conflicto entre ese candidato presidencial y el presidente del PRD, Miguel Vargas Maldonado.
Como se nota que ese es el principal conflicto tras Vargas Maldonado superar el dolor de la derrota en la convención que en parte la atribuye a las malas artes del régimen y el PLD, el ex presidente pudo ser flexible y complacerlo.

Si Vargas Maldonado perdió la convención, cosa que él no aceptó, el ex presidente tenía que solucionar el conflicto anticipando no solamente que cumpliría el acuerdo de repartición de puestos en un futuro gobierno, sino ofreciendo cargos específicos.

Como Mejía sacó el 52% de los votos emitidos en la convención y Vargas Maldonado, el 47%, quizás el ex presidente pudo ofrecerle un 40% de un futuro gobierno, reservar un 50% para los suyos y un 10%, para los aliados que pudiera conseguir, despejando así cualquier temor a trampa.
El comesolismo no parece ser una costumbre del PLD. Con tantos desempleados tras ocho años corridos fuera del poder en 2012, el PRD no resistiría que Danilo Medina, candidato del primer partido, gane los comicios de mayo del año que viene.

Aparentemente, la razón fundamental por lo que el ex presidente Mejía no ofreció concretamente los puestos a Vargas Maldonado, para su gente, fue la presión de los partidarios que quieren la postulación en el 2016, o aspiran a cargos importantes.
Los aspirantes presidenciales perredeístas a futuro, y otros que pudieran forzar para cambiar el sentido del acuerdo de caballeros que hicieron los dos políticos, temen que Vargas Maldonado, con la presidencia del partido y mucho dinero, pudiera ser el candidato en el 2016, no importa lo que ocurra en la elección de 2012. 

Conjura doble
Vargas Maldonado parece advertido de lo que sus estrategas llaman una conjura doble, la pérdida de la candidatura presidencial en la última convención y dejar a sus seguidores de alto nivel fuera del régimen que haría Mejía o solo con migajas del Estado.

Los dos políticos se han ignorado últimamente. Uno y otro han escapado del escenario, viajando al exterior, en momentos en que celebraban respectivos actos públicos, lo que a simple vista ha dejado la impresión de un desacuerdo abismal.

El ex presidente Mejía hizo saber que visitaría a Vargas Maldonado para entregarle una carta en sus oficinas de la casa nacional, pero el segundo declaró a la prensa que se había enterado de tal visita por los medios. No estaba cuando Mejía llevó el documento.

Vargas Maldonado se fue a Puerto Rico para reunirse con la seccional del PRD allí en momentos en que el ex presidente presentaba su comando de campaña. Los dos desaires, que se unen a otros menos mencionados, habrían alentado una mala percepción.

Esa mala percepción es que las relaciones entre los dos líderes del partido blanco pasan por un período tan malo, que podrían ser irreconciliables, cuando la impresión general es que para el triunfo de Mejía en el 2011, se requiere el apoyo de Vargas Maldonado.

El principal titular del periódico El Nacional el viernes pasado resumió la mala impresión bastante extendida con este encabezado: “La cosa va en serio: Hipólito y Miguel rompen”, lo que dio lugar a comentarios en los medios y a discusiones de analistas.

El triunfalismo
En el PRD se cree que el triunfalismo partidario derivado de dos encuestas independientes el mes pasado que colocaron muy adelante a Mejía en el favor del público, pudo atizar la disparidad porque los seguidores del ex presidente se sintieron ganadores. Los partidarios de Medina, candidato presidencial del PLD, estiman empero, que desde esas encuestas hasta hoy, Mejía ha perdido puntos y citan particularmente su anuncio fuera de libreto, de que los deudores del Banco Agrícola debían dejar de pagar préstamos.

Ese anuncio imprevisto cayó mal en toda la banca del país puesto que alentaba el no pago de las acreencias, pero además, comprometió las posibilidades del nuevo régimen de 2011, al prometer que el Estado asumiría las deudas de los productores agrícolas.

Mejía pareció ir detrás de Medina cuando anunció que crearía 500,000 empleos, solamente unos días después de que el candidato del PLD dijera que de llegar al poder, le buscaría empleo a 400,000 desempleados.

Mala percepción
La mala percepción de la disparidad insalvable entre los dos líderes del PRD, fue alimentada el domingo cuando el alcalde de San Cristóbal, Raúl Mondesí, dejó  el partido para volver al PLD, un golpe a las aspiraciones de Mejía ya que difícilmente se puede ganar una elección sin el voto de esa provincia.

Mientras los líderes del PRD se mantienen alejados, el candidato del PLD, Medina, anda mañana, tarde y noche predicando su programa, buscando aliados y recostado, en parte, de las ejecutorias y discursos del presidente Fernández, nombrado la semana pasada “asesor” de la campaña.

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