domingo, 24 de julio de 2011

Japón y el efecto mariposa

Por: David Ramírez
El autor es editor de Barahonero.com

Vamos a contarle una anécdota muy curiosa que ocurrió hace muchos años, pero que hoy, los gurús en administración más reputados en el panorama internacional, lo toman como punto de referencia para explicarles a los principales ejecutivos de las corporaciones más importantes del planeta el origen del descalabro de las principales empresas automotrices de Japón en los mercados internacionales.


Debo informarle primero, que recientemente Toyota perdió la primera posición mundial partiendo de los resultados logrados en las ventas del primer trimestre del año, superado por el estadounidense General Motors (GM) y el alemán Volkswagen. Esta situación se produjo después de que la producción del fabricante japonés se viera muy afectada por las consecuencias del terremoto y el tsunami del 11 de marzo en Japón.

La anécdota nos cuenta lo siguiente: En la década de los 60, el científico estadounidense Edward Lorenz, se propuso estudiar el comportamiento atmosférico con el fin de encontrar un modelo matemático que le permitiera a los meteorólogos de Estados Unidos predecir, de una forma sencilla, las condiciones climáticas más exacta posible.

Al final de su búsqueda, Lorenz planteó una de las teorías más polémicas y curiosas en el mundo de la ciencia. Se trata de "La teoría del caos" o el "Efecto Mariposa".

El científico descubrió un principio; que en meteorología no hay predicción exacta, porque hasta el aleteo de una mariposa en el otro lado del planeta (por ejemplo Brasil), puede provocar cambios enormes en la atmósfera. Ese simple aleteo podría introducir perturbaciones en el sistema que llevaran a la predicción de una tormenta. En pocas palabras, el aleteo de una mariposa en México podría crear un tornado en Texas.

Sobre el “Efecto mariposa”, se han escrito decenas de libros y artículos, hasta se han filmado, aunque usted no lo crea amigo lector, novelas y películas.



Pero quizás muchos se estarían preguntando qué tiene que ver el aleteo de una simple mariposa con país tan rico y poderoso como Japón.

Resulta que en el universo, la realidad tal como la vemos, es una mezcla de desorden y orden.

Gran parte del éxito de la industria de automóviles de Japón está basado en el sistema de producción llamado "Just In Time" (JIT), en español "Justo a tiempo. ¿Pero que es este sistema que ha permitido a los productos japoneses diferenciarse en los mercados internacionales gracias a su calidad y bajo precio?

Este sistema es toda una filosofía entre sus seguidores porque se trata de un proceso para establecer un orden de prioridades en la fabricación de un producto, implementando cero despilfarros e inventario mínimo, esto permite reducir costos y mejorar la capacidad de la empresa para responder económicamente al cambio. El elemento filosófico más importante de este sistema es «producir los elementos que se necesitan, en las cantidades que se necesitan, en el momento en que se necesitan».

Una de las debilidades de este sistema es que la cadena de suministro tiene que ser constante, con mucha dependencia de proveedores y distintos países, donde la logística ocupa un lugar primordial. Esta cadena de suministro jamás debe fallar porque una fábrica de un componente “X” instalada en Singapur es tan vital para la empresa como una fábrica de piezas “Y” instalada en los Estados Unidos.

Es en este detalle tan importante donde entra en juego muy acertadamente la teoría de Edward Lorenz. Cualquier problema de falta de abastecimiento provoca paros en la cadena de producción, un sistema caótico capaz de desatar el "efecto mariposa" y desbaratar todo. Basta que uno de los elementos no esté presente para obligar a detener la producción en cualquier fábrica.

Los atentados del 11 de septiembre enviaron una clara advertencia a las compañías mundiales que esta pesadilla pudo convertirse en realidad cuando se juntan diversos factores. Como recordarán, en aquella fecha casi todas las corporaciones más importantes de Estados Unidos paralizaron su producción por falta de componentes cuyos embarques eran recibidos por vía aérea.

El 11 de Septiembre nos enseñó que el sistema “Just In Time” es extremadamente vulnerable a las catástrofes naturales o causada por el hombre en cualquier lugar del planeta. Pero en Japón, los principales ejecutivos de las firmas como Toyota, Honda y Nissan, pasaron por alto esta advertencia.

El efecto del devastador terremoto en ese país causó una interrupción sin precedentes de las piezas y componentes para la fabricación de varios modelos de autos de todos los fabricantes japoneses en Estados Unidos. Los japoneses no previeron que una crisis de tal envergadura podría afectar los inventarios, a pesar de tener en sus almacenes en unos niveles de stock muy bajo.

Pero no podemos olvidar tampoco que del caos nace el orden. Si nos llevamos de la teoría Lorenz, podríamos deducir que de la catástrofe en Japón se aprendieron grandes lecciones.

1-Puso sobre aviso a las grandes corporaciones de Estado Unidos el grave riesgo que conlleva para ellas poner énfasis en la filosofía de ajustar las compras y aprovisionamiento a un plan poco flexible a la demanda interna de producción en caso de emergencia. Priorizar esta política puede llevar a una empresa al desastre financiero y por consiguiente la pérdida de liderazgo en el mercado.


2 - Siempre será provechoso para las empresas tener líneas de suministros alternativos o grandes almacenes con inventario de piezas suficiente, aunque sea acumulando polvo. Porque si algo estoy seguro es que ningún ejecutivo le gustaría lidiar con un sistema caótico, con tantas variables en la producción capaz desatar el “Efecto mariposa” y llevar a la firma a la perdida de liderazgo o a la bancarrota.

Es bien sabido por todos nosotros que a toda acción le sigue una reacción. Lo digo, aunque sea penoso admitir que estas lecciones gerenciales las hayamos aprendido después de saber que miles de vidas humanas se perdieron en esa catástrofe natural.

Pero no podemos sustraernos a ella, sencillamente porque los seres humanos no somos perfectos, estamos expuestos a cometer errores y es la única manera de aprender.

¿Será causa y efecto? ¿Quién sabe?

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