martes, 28 de junio de 2011

Una anécdota para recordar

El Coronel Simeón Ramírez y las diez tareas de tierra

Por: Carlos Vicente Castillo
El autor es doctor en derecho

Acontece que en el San Juan de ayer, vivía entre nosotros un sanjuanero de pura sepa SIMEÓN RAMÍREZ, hijo que fuere del destacado restaurador General Wenceslao Ramírez Roa (Don Nelao).

Don Simeón residía en la calle Diego de Velázquez, entre las calles Colón y la Mella, de esta ciudad, específicamente en donde hoy está el Hotel Areito.

Resulta que en la “Era de Trujillo”, era obligación en San Juan de la Maguana, que cada ciudadano debía cultivar un predio de diez (10) tareas.

No obstante ser el Coronel Ramírez un hombre de unos seis (6) pies y ocho (8) pulgadas de altura, color blanco y nariz fina y personalidad muy respetada en todo San Juan.

El Coronel Ramírez, tenía por costumbre dar unos paseítos por las calles del pueblo de vez en cuando.

Resulta que uno de sus paseos le salió al frente un guardia del Ejército Nacional, quien al parecer no lo conocía y sin medial palabras con él, de inmediato le preguntó ¿Mire usted señor, tiene usted la diez (10) tareas?

Como dijimos anteriormente las diez (10) tareas, fue una disposición mediante decreto que el tirano Trujillo declaró obligatoria entre los hombres de San Juan, tanto del campo como de la ciudad, para que no existieran “Vagos” en su gobierno en esta ciudad.

El Coronel Simeón Ramírez, que era un hombre muy culto y de mucho respeto, se dirigió al guardia diciéndole, ¡Mire, usted comenzó mal al dirigirse a mi en esa forma: primero, porque veo que usted no me conoce y segundo, porque usted ha de saber que los dos vagos más grandes que existen en toda la ciudad, son el Cura Párraco y el Coronel del Ejército!

El guardia sorprendido por la forma en que Simeón le dio respuesta a su pregunta, le pidió excusa y se fue, pero antes de partir, Simeón Ramírez, le dijo ¡Mire, acaba usted de conversar con el Coronel Simeón Ramírez, Coronel de Verdad!

Narró: El Dr. Alcedo Arturo Ramírez
12/10/1990.-
“GUADA YERBA SALI CABALLO”
Otra de las anécdotas muy socorrida que nos viene del San Juan de principio del siglo XX, es la que se refiere al Dr. José Arcadio Rodríguez Suzaña.

Doctor hacemos referencia de esta anécdota en razón de que la misma es parte de nuestra historia, pero queremos recordarla con todo el respeto y admiración que nos mereció el distinguido galeno sanjuanero considerado como uno de los padres de la medicina sanjuanera después del Dr. Alejandro Cabral.

Acontece para el año 1915, el entonces joven estudiante de medicina, en el Instituto Superior Profesional, que era como se llamaba entonces la actual Universidad Autónoma de Santo Domingo.

Resulta que el referido galeno sanjuanero, al concluir su carrera de médico, en razón de que para la época no existía transporte que no fuera el de animal. El joven médico decidió regresar a su tierra natal, pero a caballo, entonces le escribe una carta misiva a su hermano mayor Domingo Rodríguez Suzaña, en la cual le decía erróneamente: Domingo sali caballo guarda yerba.

Los sanjuaneros siempre hemos pensados que parece ser que debido a las emociones del joven médico de haber concluido su carrera, no se fijó bien al escribir la frase “Sali caballo guarda yerba” cuando escribir: “Sali a caballo guarda yerba”.

1 comentario:

  1. Muy buenas anécdotas, hacen que uno se traslade a ese tiempo aun sin haber estado vivo en el mismo.
    Gracias Prof. Villa.

    de:Wilton Corcino

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