lunes, 7 de febrero de 2011

Temas políticos

EL DILEMA DE LEONEL, SEGÚN BROUSSONET

Por: Luis R. Decamps R.
El autor es abogado y profesor universitario
lrdecampsr@hotmail.com


El distinguido politólogo franco-belga Jean Jacques Broussonet ha tenido la singular deferencia de remitirle al autor de estas líneas una interesante misiva con la finalidad expresa, según sus propias palabras, de “hacer un par de precisiones acerca de los comentarios que varias semanas atrás compartí con algunos amigos dominicanos alrededor de ciertas aristas puntuales de la situación política de hoy en vuestro país”.

“Ante todo -comienza diciendo Broussonet-, resulta absolutamente necesario reiterar mi pleno convencimiento de que en la República Dominicana las controversias del momento acerca de la reelección presidencial, el nuevo Tribunal Constitucional y la relativamente apagada lucha interna en el PLD tienen como telón de fondo la verdad elemental de que PRD tiene las elecciones de 2012 virtualmente ganadas”.

Y aunque semejante realidad -sigue diciendo el prestigioso pensador- “parece ser ya entendida cuando menos por una parte de la oposición política, la mejor perspectiva al tenor la tienen quienes ejercen el poder (que son, casi invariablemente, los que trazan la agenda política en las democracias) y sus beneficiarios de la sociedad civil (y, en especial, los operarios de la economía, que son los que exhiben mayor comprensión de las urgencias de la reproducción ordenada del sistema), por lo cual actualmente se movilizan de manera notoria, cada cual por su lado, para actualizarse frente al cambio de mando que se avecina”.

“En consecuencia -continúa el conocido pensador europeo- el laborantismo de la mejor inteligencia peledeísta (que tiene su sede en el Palacio Nacional y no propiamente en el PLD, y siendo más leonelista que peledeísta sus prioridades por razones obvias no son ni pueden ser únicamente política o partidarias) perdería su norte si no se empeña hoy en día, como en efecto lo está haciendo, en la dirección de tratar de revertir aquella posibilidad real (la inminente victoria del PRD, nota de ld) o de amainar su impacto sobre el futuro político del presidente Fernández”.

(En este punto, Broussonet solicita al autor hacer patente su “aclaración” en el sentido de que “no es exacto citarme afirmando lo anterior si no se agrega de inmediato que ello es fundamentalmente debido a la falta de opciones alternativas en el país y, muy especialmente, al hecho de que el presidente Fernández encara actualmente uno de los más grandes y graves dilemas de su carrera política: decidir si busca o no la repostulación en un momento y bajo una atmósfera potencialmente adversos para sus intereses a corto y mediano plazos”).

Para el acreditado analista, “nadie en su sano juicio puede poner en duda que el presidente Fernández es el mejor activo político de su partido”, pero en las circunstancias actuales su utilización para una candidatura presidencial “no sólo podría resultar contraproducente desde el punto de vista de las aspiraciones del PLD de mantenerse en el poder” sino que al mismo tiempo constituiría “un riesgo de grandes dimensiones para el porvenir político” del jefe de Estado dominicano (…). “Ser o no ser: tal es el dilema del presidente Fernández para las elecciones de 2012”, sostiene el pensador europeo parafraseando al famoso personaje de Shakespeare.

Es obvio, enfatiza Broussonet, que el líder máximo del PLD “en el fondo de su alma desearía ser nuevamente el candidato presidencial” de su organización (aspiración, por lo demás, absolutamente compatible con la “naturaleza” del “animal político”), y si no fuera así “nadie (y mucho menos gente de su cercanía emocional) en estos momentos (a menos de 1 año y medio de las elecciones de 2102) estuviera hablando y activando impunemente alrededor del tema y, en cambio, ya se conociera formalmente, por lo menos en su entorno palaciego y en el peledeísmo, el nombre del delfín oficial”.

“Por supuesto -subraya Broussonet-, una cosa son los deseos y otra es la realidad”. Es una “verdad de a puño” que “la Constitución dominicana del 2010 le veda toda posibilidad de repostulación al presidente Fernández (ese fue el espíritu que animó a sus redactores, esa fue la intención del legislador revisor y eso es lo que dice la letra del texto al margen de toda interpretación interesada)”, y por consiguiente cualquier aspiración reeleccionista “implicaría, como premisa indispensable, la modificación de la Carta Magna”.

“Las dos preguntas que inmediatamente se caen de las ramas -abunda el politólogo del viejo continente- son más que evidentes: ¿tiene el presidente Fernández los votos necesarios en la Asamblea Nacional para poder lograr una modificación de la Constitución? ¿Puede el presidente Fernández lograr que la Constitución sea modificada sin que el PLD se resienta internamente y la sociedad dominicana se rebele contra lo que sus adversarios desde ya están denominando “apetencias desaforadas de poder”? La verdad es que, por mas generosos que quisiéramos ser con el mandatario dominicano, las respuestas menos subjetivas a tales interrogantes por el momento tendrían que ser negativas”.

“Por lo demás -concluye Broussonet- la otra opción segura que tendría el presidente Fernández para mantenerse en el poder sin expectativas de mayores contratiempos o de abandonarlo desprovisto de preocupaciones en manos de otro peledeísta (aún de Danilo Medina, que no dejará de ser una amenaza interna para él si lograra alcanzar el solio presidencial) sería la fragmentación del perredeismo, pero, como se sabe, esta variable en estos instantes se sitúa fuera de su voluntad: depende casi exclusivamente de cómo manejen los perredeístas su evento convencional, y hasta el día hoy las evidencias indican que ellos están colocando su “necesidad vital” de alcanzar el poder por encima de los intereses fraccionales que han signado históricamente su existencia como fuerza política socialmente heterogénea e ideológicamente dispersa”.

Desde luego (con el permiso del insigne pensador y sin interés alguno de desmentirlo, el autor no resiste la tentación de “meter la cuchara” para hacer una matización indispensable), en lo que atañe a los peliagudos asuntos que se consideran en estas notas conviene no olvidar una enseñanza universal pero primaria de la política militante: muchas veces los líderes se liberan de urticantes o tormentosos dilemas (un poco a despecho de las opiniones de asesores y analistas) procurando salidas cuya simplicidad resulta tan increíble que parecen de película, y no de cualquiera -por cierto- sino de las del cine mudo…

Por eso, básicamente por eso, los que elaboran las líneas estratégicas de la oposición (es decir, de los grupos del PRD), en previsión de sorpresas indeseables, deberían estar actualmente enfrascados en una seria actitud de vigilancia sin tregua, análisis microscópico y seguimiento en perspectiva de las declaraciones públicas, los pasos políticos prácticos y hasta los gestos corporales del presidente Fernández… Porque lo otro sería -no lo olvidemos- dedicarse a esperar a que las batatas se asen solas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog