jueves, 30 de diciembre de 2010

Reconocen a Molina Morillo con Premio Nacional de Periodismo

Presidente Fernández le entrega galardón

Santo Domingo.-El presidente Leonel Fernández entregó ayer el Premio Nacional de Periodismo 2010, al destacado periodista y director del periódico El Día, Rafael Molina Morillo, en reconocimiento a sus más de 50 años de ejercicio profesional, en defensa de la libertad de expresión y la democracia dominicana.

Durante la ceremonia de entrega del premio, efectuada en el salón de Embajadores del Palacio Nacional, Molina Morillo recibió una placa que lo acredita como Premio Nacional de Periodismo, y RD$650,000 aportados por el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología.

A la ceremonia asistieron ejecutivos y periodistas de diferentes medios de comunicación, funcionarios del gobierno, entre otros invitados especiales.

El Premio fue creado en marzo de 1994 por el entonces presidente Joaquín Balaguer, mediante del decreto 74-94, como un estímulo al mejoramiento profesional, intelectual, social y humano del comunicador social.

La disposición presidencial facultó a la Secretaría de Educación (hoy Ministerio de Educación) y al Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), otorgar al candidato que sea escogido por un jurado como el de más altos méritos para cada premiación, el 5 de abril de cada año, fecha en que se celebra el “Día Nacional del Periodista”, Fernández estuvo en compañía de la primera dama, Margarita Cedeño de Fernández; el ministro de la Presidencia, César Pina Toribio; el titular de Educación, Melanio Paredes; el director de Prensa de la Presidencia, Rafael Núñez; el presidente del CDP, Aurelio Henríquez, y el homenajeado.

Al hablar en el acto, Paredes calificó a Molina Morillo como un ícono del periodismo dominicano, que durante su trayectoria profesional se ha ganado el reconocimiento de la sociedad. Molina Morillo, tras agradecer la distinción, dijo que el ejercicio del periodismo, al que ha dedicado 62 años de su vida, va parejo, cuando se toma en serio, con un compromiso equivalente a un sacerdocio o un matrimonio sin divorcio con la libertad, para que todos podamos expresarnos libremente en la búsqueda de la verdad.

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