jueves, 16 de septiembre de 2010

¿Importa la diferencia de edad en las parejas?

Si somos menores y nuestro novio es mayor por varios años, en casa ponen el grito en el cielo; en cambio, si somos más grandes y buscamos pareja menor, la sociedad es la que no se muestra conforme, ¿a quién tenemos que complacer? a nadie, más que a nosotras mismas.

El sociólogo español Martín Segrera afirma que la integración de la mujer al mundo laboral y la igualdad sexual ha acortado notablemente la distancia de edad entre los cónyuges, que en la actualidad ubica a él apenas tres años mayor que ella, en promedio. Sin embargo, según el mismo investigador, la tendencia en el futuro próximo es que las parejas tengan una diferencia de edad entre 10 y 20 años, sin importar quien sea mayor.

El hecho de que en el matrimonio el varón supere en unos cuantos años a su contraparte fémina tiene una explicación sicológica, la cual, según los especialistas, responde a necesidades no resueltas y de las que no se tiene conciencia. Por ejemplo, mujeres que han tenido carencia paterna importante durante su infancia tienden a buscar hombres mayores que les den protección y seguridad, incluso en el aspecto económico.

A partir de lo anterior es que se explica cómo, en cuanto la mujer entró en franca competencia con el hombre en el entorno laboral -y demostró que puede llegar a superarlo-, fue que sus intereses tomaron otra dirección, sus satisfactores se modificaron y tanto matrimonio como la oportunidad de ser madre se han ido postergando, hasta rozar los 40 años de edad.

...Divino tesoro
La mujer joven sigue impactándose con la personalidad, sabiduría y poder que simboliza un hombre con experiencia, de quien quiere aprender y sentirse protegida. A su vez, el varón maduro busca cambiar su vida rutinaria y encontrar otras diversiones a partir del entusiasmo de la chica, lo cual resulta excitante y eleva su autoestima.

Ahora bien, la realidad demuestra que cuando se trata de casos extremos, cuando hay una diferencia de más de 20 años, uno de los dos busca llevar al otro a su ámbito. Si la mujer es menor trata de rejuvenecerlo o termina "aseñorándose" para poder integrarse al entorno de él, en otras palabras, es ella quien se adapta al estilo de vida que impone el varón, restringiendo su autonomía.

A decir del especialista español Segrera, estas uniones en que el hombre siempre actúa como el padre de su pareja, tienden a fracasar. "Cuando los roles dentro de la relación son muy rígidos, es muy difícil que sigan adelante", señala.

Ella mayor
Cada vez es más común encontrar parejas donde ella es varios años mayor, pero no deja de sorprender a la mayoría. "Casi siempre, ella no se atreve a hacer pública la relación porque siente vergüenza y culpa frente a sus hijos, familia y sociedad en general", señala el siquiatra chileno Juan Ariel Zúñiga.

Igualmente existe una explicación científica a por qué el varón joven se siente atraído por mujeres mayores: el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, lo explicó partiendo de lo que él llamó complejo de Edipo, en el que retoma el mito griego donde el personaje que da nombre al trastorno mata a su padre por estar enamorado de su madre.

Al parecer, entonces lo que induce al joven es la búsqueda de una imagen materna, es decir, requiere de una mujer que le dirija la vida, que lo cuide como tal vez no lo hicieron en su tiempo. Sin embargo, los especialistas no dan muchas posibilidades de éxito a este tipo de uniones, ya que señalan que se trata de relaciones transitorias, siendo pocas las que llegan a envejecer juntas.

Ahora bien, hay parejas explosivas donde la superioridad de edad de ella no es mayor a los 10 años, por ejemplo, 35 contra 25 de él, en la cual el peso más importante lo lleva la vida sexual intensa. La mujer conoce muy bien su cuerpo y sabe cómo sacar el mejor partido de su pareja, además de que su situación personal y profesional está asentada, por lo cual enfrenta con mucha más confianza su sexualidad; él, a su vez, cuenta con todo el apoyo que le brindan sus hormonas sexuales, las cuales viven su mejor momento, hasta poco después de los 30, en que empezarán a decaer.

Lo cierto es que una relación en donde alguno de los dos es unos cuantos años mayor abre un abanico de oportunidades, ya que:
Revitaliza. El deseo de impactar a la contraparte nos hace cuidar aun más la apariencia física, de manera que nos esmeramos en lo concerniente a la alimentación y hacemos ejercicio para mejorar figura y salud.

Eleva la autoestima. Sentirnos deseados o queridos renueva nuestra confianza en nosotros mismos, nos motiva a hacer cosas que en otro momento eran impensables y nos brinda seguridad plena.

Amplía el panorama. El intercambio de experiencias y de gustos nos da una nueva manera de ver las cosas, de pensar en forma distinta a partir del panorama del otro, lo que nos enriquecerá como seres humanos.

Sea cual sea la formación académica o cultural que hayamos tenido, la diferencia de edad en la pareja será motivo para detenernos a pensar, aunque no sea nuestro caso. Finalmente, lo único importante es la felicidad de quienes están inmersos en ella y que nadie salga perjudicado de esa decisión.

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