miércoles, 24 de marzo de 2010

Mi Punto de Vista

Semillero de brujos y curanderos

Por: Edgar Valenzuela

A principios del siglo XX el grueso de la población Dominicana vivía en la zona rural. La agricultura era la principal forma de sustento.

El transporte se realizaba básicamente en caballos, recuas de mulos y en asnos, pues todavía no se habían construido las tres autopistas primarias que luego unieron las regiones Norte, Sur y Este. A través de los barcos de vapor se trasladaban las cargas y los pasajeros.

Dada las dificultades para la comunicación terrestre, y el poco desarrollo económico, los médicos en las aldeas eran tan escasos como las muelas de garza. Este factor determinó que se engancharan al ejercicio de la medicina personas que no habían estudiado la carrera en las universidades.

Ante las urgencias de salud la gente recurría a las comadronas a la hora del parto y a los curanderos o a los brujos para curarse diversas dolencias, el mal de amor o adivinar el porvenir. La demanda hizo que proliferaran las ofertas de servicios curativos.

El fenómeno alcanzó tales proporciones que cundió la alarma entre las autoridades, quienes expresaron su interés en regularizar esta situación. Hubo reportes de personas muertas a consecuencia de “trabajos” realizados.

El periódico El Cable, editado por E. O. Garrido Puello (Badín) entre 1921-1930, dio cobertura como ningún otro medio a la problemática y como parte de ella publicó una carta del entonces Oficial de Sanidad, advirtiendo al Ayuntamiento de San Juan de la Maguana sobre una supuesta plaga de brujos y curanderos diseminada en la zona. Ella retrata por sí misma la realidad planteada:

Una carta sobre la proliferación de curanderos y brujos

21 febrero de 1924

Del: Oficial Comunal de Sanidad

AL : Presidente del Honorable Ayuntamiento de San Juan, R. D.

Asunto: Curanderos y brujos.

1-En fecha 24 de octubre de 1923 transcribimos literalmente a la Policía Nacional Dominicana, Policía Municipal y Alcaldes Pedáneos, la circular No. 1772 de fecha 13 de septiembre de 1923, de la secretaría de Estado de Sanidad y Beneficencia, sobre el asunto arriba indicado, para su fiel cumplimiento y no obstante esto, esta Oficina de mi modesta dirección tiene noticias oficiosas de que actualmente en las secciones de Juan de Herrera y Túbano (Padre Las Casas) se está ejerciendo la profesión de curanderos y brujos a ciencia y conciencia de las autoridades respectivas, sin que estas procedan en consecuencia. Invitamos su atención hacia las disposiciones del artículo 73 de la Ley vigente de Sanidad.

2-En la esperanza de que ese honorable Ayuntamiento de su merecida presidencia, impartirá las providencias correspondientes al presente caso, le copio textualmente la Circular arriba mencionada, que dice así:

1.-De todas partes de la República se reciben quejas en este Departamento, referentes al gran número de curanderos y brujos que aparecen actualmente en casi todos los lugares del país, y que pretenden curar por medio de hojas y brujerías.

2.-Se llama su atención hacia las disposiciones del último párrafo del artículo 36 de la vigente Ley de Sanidad y hacia las del artículo 42 de la misma Ley, a fin de que usted proceda con energía a exterminar esta plaga terrible en su jurisdicción que amenaza de muerte la salud de los habitantes del país.

3.-Se ruega transmitir estas instrucciones a los oficiales de Sanidad, que le son subalternos, enseguida.


Manuel Ma. Sanabia
Secretario de Estado de Sanidad y Beneficencia

3.-Aprovecho ésta oportunidad para llevar vuestro conocimiento que son pocos los alcaldes pedáneos que reportan a esta Oficina con toda regularidad, las defunciones ocurridas en sus respectivas secciones.

M. de Js. Fleury

Oficial Comunal de Sanidad

El Cable. 23 de febrero de 1924. No. 159. Año IV

Parte de esta información serviría, años después, de materia prima a E. O. Garrido Puello para redactar el libro Olivorio Mateo, que tantas pasiones enciende dentro y fuera de nuestro país. Conocer estos elementos puede contribuir a ampliar nuestra visión de un tema vital dentro del folklore dominicano.

El autor es periodista y escritor

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog