CONCEPCIÓN, Chile.- Concepción, la ciudad más afectada por el sismo en Chile, estaba fuertemente militarizada, con tanquetas en las calles, un toque de queda ampliado a 18 horas y sus habitantes organizados en grupos de autodefensa para enfrentar violentos saqueos.
El gobierno movilizó a unos 14.000 militares a esta ciudad, 500 km al sur de Santiago, y a la vecina región del Maule, las zonas más afectadas por el sismo de 8,8 grados que sacudió Chile el sábado, con dos millones de damnificados y al menos 795 muertos, según un último balance.
Escenas de guerra podían verse en Concepción, con tanquetas custodiando lugares estratégicos, mientras patrullas con soldados con armas en ristre recorrían las calles.
Mientras el país intenta levantarse de una de las mayores catástrofes de su historia, la ayuda internacional comenzó a llegar, con el arribo de la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton.
El toque de queda en Concepción para evitar saqueos y atentados como dos incendios intencionales el lunes, fue ampliado a 18 horas entre las 6 de la tarde y el mediodía siguiente, ante la magnitud del vandalismo que se apoderó de la ciudad.
La rígida norma de excepción colapsó ayer el tránsito con kilométricas filas de vehículos que no podían entrar a la ciudad.
Los habitantes de varias comunidades montaron barricadas para defenderse de la amenaza de los saqueadores, que burlan el toque de queda para ingresar a las casas.
“Decidimos organizarnos para defendernos”, dice un hombre que fuma al pie de una fogata en la comunidad de San Pedro de La Paz. “Aquí las armas son palos y piedras”, agrega.
Un paramédico comenta que en las villas donde viven militares retirados se ha sugerido a los jefes de familia “dormir con las armas al alcance”.
Localidades cercanas a Concepción, como el puerto de Talcahuano, afectado por un tsunami, viven en penumbras y quedaron expuestos al pillaje.
”Por la noche vienen vándalos a meterse en nuestras casas que están expuestas. Así que juntamos todo lo que pudimos y prendimos fuego para calentarnos y así cuidar las cosas en la puerta de nuestras casas”, dice Antonio González en ese puerto.
“Estamos durmiendo con un fierro o un palo en la mano para defendernos. Muchos que lo han perdido todo vienen como zombies buscando qué llevarse y tenemos que responder”, añade Juan.
En Talca, 300 Km al sur de la capital, muchos residentes deambulan entre las ruinas, entre ellas una parte de la iglesia, mientras jaurías de perros sin dueño recorren las calles en busca de comida. La gente se refugia bajo pequeñas tiendas montadas en estacionamientos o en senderos polvorientos.
El antiguo centro de Talca se derrumbó en minutos y las pintorescas casas de adobe, algunas de hasta un siglo de antigüedad, colapsaron.
Tras días de demora, efectivos militares comenzaron con el reparto de ayuda, víveres y agua.
En varias poblaciones se repetían las Escenas de exasperación por la demora de ayuda.
Muchas personas han expresado que el gobierno chileno se apresuró a enviar ayuda a Haití durante el terremoto que azotó ese país en enero pero que no ha tenido los mismos reflejos para su propia tragedia.
Cuadrillas de bomberos comenzaron una operación rastrillo en busca de cadáveres que podrían estar aún bajo los escombros del destruido pueblo costero, mientras militares armados y en traje de camuflaje, vigilaban la distribución de los alimentos. (AFP)
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