viernes, 12 de febrero de 2010

Haití / USA Un novicio a la espera de noticias sobre su familia

Gary Ziuraitis, C.Ss.R.

El terremoto de Haití se ha convertido en una cuestión muy personal para el novicio redentorista Jacky Merilan, nacido cerca de Puerto Príncipe, Haití.

Actualmente, Jacky está en el noviciado internacional de Glenview, Illinois, USA. Tomó el hábito de la Congregación juntamente con otros tres novicios el 8 de diciembre, al cumplirse la mitad del noviciado, y va camino de la profesión religiosa que tendrá lugar el próximo verano (# 53 de Scala). Aunque es haitiano, el novicio pertenece a la Región del Caribe de habla inglesa por haber entrado en contacto con los Redentoristas y haber iniciado su formación redentorista fuera de Haití.


Pero la familia de Jacky, compuesta por su madre, tres hermanas, dos hermanos y numerosas tías y tíos juntamente con sus respectivas familias, viven todavía en Puerto Príncipe. Una de sus tías está embarazada de nueve mes y espera dar a luz en cualquier momento.

El 12 de enero, aproximadamente a las 4 de la tarde, hora de Chicago, Jacky estaba comunicándose por Internet con el P. Vanty Auguiste, C.Ss.R., miembro del Consejos ordinario regional, que estaba haciendo la visita a Trinidad-Tobaggo. El P. Vanty dijo que acababa de recibir un boletín en el que le informaban de que acababa de haber un terremoto en Haití, algo muy anormal en ese país a pesar de estar situado junto a una falla geológica; hacía 200 años que no había habido ningún terremoto.
Jacky conectó inmediatamente la TV y la radio para tener noticias. Al principio no encontró ningún noticiario por lo que el hecho no parecía ser serio; pero tras quince minutos, aparecieron numerosos boletines informativos narrando una historia muy diferente. Un trágico terremoto había asolado a Puerto Príncipe causando enormes daños y un gran número de víctimas.

Preocupado por su familia, Jackie trató de contactar con los suyos. Llamó primero al número de su madre; el teléfono sonó y sonó pero no hubo respuesta. Lo intentó después con el celular de su hermano que ni siquiera daba señal. Después de cierto tiempo, las comunicaciones telefónicas con Haití cesaron por completo.

Comenzaron entonces para Jackie dos días de agonía y de espera sin poder saber qué le había ocurrido a su familia. Sin comunicación alguna interna o externa con Haití perdió la esperanza de saber sobre los suyos. Muy preocupado y angustiado, se le hacía difícil dormir con las impactantes imágenes de devastación que mostraban las TV durante las 24 horas del día.

Finalmente, aproximadamente el 14, alrededor de las 5 de la tarde, el celular de Jacky sonó. Vio enseguida que el número era de Haití, pero no sabía de quién. Cuando respondió, se trataba de su hermano. La conexión era tan mala que no llegó a entender lo que le decía y la conexión se cortó enseguida.

Jacky trató más tarde de llamar a ese mismo número de su hermano ¡y éste respondió; ahora la voz era nítida! Temiendo que la conexión se cortara de nuevo, Jacky pidió a su hermano que respondiera rápidamente "sí o no" mientras mencionaba los nombres de cada uno de sus familiares para saber si estaban vivos. A toda la lista respondió el hermano que "sí".

Inmensamente aliviado, sabiendo que todos estaban vivos, Jacky pidió hablar algo con cada uno de los que entonces estaban junto a su hermano. Le dijeron que, como ocurrió con la mayoría de las personas, su casa había sido destruida. La violencia del terremoto redujo sus casas a un montón de escombros. Estaban viviendo en la calle, pero habían sobrevivido. La preocupación se centraba en la tía embarazada y en vísperas del parto. No sabían, además, dónde encontrar comida ni agua potable.
Entonces Jacky pasó por otro período de preocupación y ansiedad al quedar sin noticias sobre la familia durante 12 días; es decir, hasta el 26 de enero. De nuevo sintió un gran alivio y felicidad cuando recibió otra llamada. La situación de su familia, sin embargo, es todavía penosa porque viven en la calle, sin comida, sin agua y sin techo. Jacky dice, sin embargo, que es muy feliz porque los suyos sobrevivieron y lo están pasando tan bien como les permiten las circunstancias.

El 5 de febrero, Jacky nos comunicó que su tía Gertha dio a luz un niño el 4 de febrero, y que el bebé y la madre están bien pero viviendo bajo unas condiciones muy duras. Ha recibido el permiso de sus superiores para visitar Haití. Irá a su país del 19 al 24 de febrero y ha prometido compartir con nosotros lo que vea allí.
Si alguna de nuestras Unidades redentoristas, comunidades o cohermanos quieren ayudar en esta particular necesidad, contacte, por favor, con el Maestro de Novicios, Padre Gary Lauenstein, a la dirección FrGary@aol.com.

Jacky se siente muy agradecido por el interés, por las palabras de consuelo y por las oraciones de todas las personas de su alrededor, sobre todo por el apoyo del Maestro de novicios y de su socio (los Padres Gary Lauenstein y Ray Corriveau), de la comunidad del noviciado, y del Padre General Brehl que tuvo la atención de enviarle un mensaje comunicándole su apoyo personal y la seguridad de sus oraciones. Se siente contento de ser aspirante a formar parte de una familia religiosa que se ha interesado por él y por los suyos.

Fuente:http://www.scalando.com/

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