miércoles, 27 de enero de 2010

La tragedia haitiana pone a prueba vocación de servicio

Foto exclusivas: Adriel Duval para EL GRANERO DEL SUR

El terremoto del 12 de enero en Puerto Príncipe puso en evidencia el espiritu de servicio y colaboración no sólo de la comunidad internacional, si no del pueblo dominicano, especialmente de las comunidades cercanas a la frontera con Haití.

En el caso de San Juan de la Maguana fue notoria la prticipación de los habitantes de este pueblo para extenderle la mano hermana a los haitianos que ingresaban al territorio nacional mal heridos por la catátrofe.

El hospital doctor Alejandro Cabral abrió sus puertas de par en par y se le prestó un servicio rápido y eficiente a todos los haitianos, niños, mujeres, jóvenes ancianos que llegaron hasta la puerta del centro de salud pública aquejados por la tragedia.

La participación de médicos y enfermeras fue activa y eficiente, pero hay que destacar el rol jugado por los jóvenes de la Defensa Civil a los cuales hay que "sacarle su comida aparte", como reza el argot popular. Los voluntarios de la citada entidad, muchachos de ambos sexos que sintetizan el más alto espiritu de altruísmo y desprendimiento de la juventud dominicana, estuvieron presentes en todo momento para ayudar sin buscar protagonismo.

Los familiares de los heridos también recibieron atenciones. Para ellos fue y sigue siendo duro estar en un país extraño, sin dinero y sin techo. Porque no todos los haitianos que hoy están en el territorio nacional tienen la misma visión de lo que es Santo Domingo o República Dominicana. Muchos están aquí obligados porlas circunstancias.

Toda la pesadilla haitiana va camino a convertirse en una experiencia más de las muchas tragedias que han golpeado ess nación digna de una mejor suerte. Las imágenes hablan por sí solas. Así estuvieron llegando los haitianos al hospital doctor Alejandro Cabral.

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