Presupuesto 2010: ¿El mismo de siempre?
por: Roberto Rodríguez Marchena
La ley manda que el Poder Ejecutivo envíe al Congreso el proyecto de Ley de Presupuesto de Ingresos y Gastos Públicos del año siguiente a más tardar el 1º de octubre. Eso quiere decir que el Gobierno tiene tres días para hacerlo.
Esta vez parece que no convocará a las mal llamadas “fuerzas vivas” antes de diseñarlo como debió haber hecho el año pasado antes de su aprobación y no después como hizo este año, cuando ya había sido aprobado. Porque, como dijimos en enero de este año, convocar a reflexionar sobre la naturaleza y orientación de los ingresos y gastos después de aprobado el Presupuesto no cambiaría nada, como en efecto ocurrió.
Durante todo el 2009 se mantuvo inalterado el carácter regresivo de la estructura fiscal, y la naturaleza del gasto en nada cambió. Antes y después de la mediatizada Cumbre de las Fuerzas Vivas, se siguieron aplicando las mismas políticas públicas que ignoraron las reales necesidades de las familias y negocios dominicanos. Porque, llueve, truene o ventee, con crisis o sin crisis, blindados o en recesión, con Balaguer, Guzmán, Jorge Blanco, Mejía o Fernández, siempre es el mismo presupuesto.
Tres objetivos –me permito sugerir- debería perseguir el Presupuesto del año que viene si es que el Gobierno quiere sintonizar con las urgencias ciudadanas en medio de esta terrible recesión de la que sólo se salvan algunas empresas y familias:
1-Elevar los ingresos de las tres cuartas partes de las familias dominicanas, reduciendo el gasto familiar en educación, salud, vivienda y transporte, que sólo será posible aumentando el gasto y apoyo gubernamental y con una política efectiva de creación de empleos para que las familias dominicanas puedan gastar más en alimentos y otros bienes y servicios.
2-Contribuir para que todos los negocios y empresas, no unos cuantos, tengan la oportunidad de ser prósperos, para lo cual se hace imprescindible una alianza productiva empresarios-ciudadanos-gobierno que facilite y estimule la creación de bienes y servicios para y gracias a la ampliación del mercado interno.
3-Lograr que nuestros compatriotas se sientan a gusto de vivir en nuestro país. Para tal fin es necesario que la gestión gubernamental y el gasto público procuren fortalecer la participación ciudadana, la transparencia en la gestión pública, la reforma del Estado, la transferencia de competencias a los municipios, la rendición de cuentas, el fortalecimiento institucional, seguridad jurídica, administración de justicia a tiempo, la organización del transporte, las infraestructuras y el medio ambiente, la seguridad ciudadana y la regulación de los flujos migratorios a nuestro país.
El gobierno debe cambiar la manera de recaudar y de gastar; de lo contrario seguiremos obteniendo los mismos resultados insatisfactorios. Y que no se me responda con el argumento de que no hay dinero, que hay esperar volver a crecer, porque no es de cantidad –aunque importa- de lo que estoy hablando; me estoy refiriendo a la calidad, a la orientación de las políticas públicas y de los ingresos y gastos que suponen.
miércoles, 30 de septiembre de 2009
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