jueves, 20 de agosto de 2009

Violencia Policial y Orden Público

Editorial invitado del periódico argentino Clarin.com
Cualquier parecido con la realidad dominicana es pura coincidencia


EDITORIAL


Violencia policial y orden público

Una comunidad se torna insegura cuando, entre otros factores, los integrantes de las fuerzas del orden practican con habitualidad la tortura y violan con absoluta impunidad los derechos de los ciudadanos.

América latina ofrece numerosos ejemplos de un problema que comienza a ser prioritario.Si bien la región vive bajo gobiernos democráticos, aún en los distintos países no se ha conseguido adecuar el funcionamiento policial a los estándares de legalidad y eficiencia que se exigen, tanto para el respeto de las garantías individuales como para la preservación del orden público.

Es bien sabido que nuestro país vive con intensidad este problema y, ante ello, es bueno desplazar la mirada hacia situaciones registradas en otro lugar, ya que es sabido que cuando se observa lo que ocurre en una comunidad sin participar de su interacción es más factible tomar distancia y alcanzar conclusiones, pudiendo aprender y, por ende, enriquecer el punto de vista a partir del cual actuamos y juzgamos en nuestra realidad.

Sobre esta base, un hecho reciente protagonizado por un integrante de la policía militar de Río de Janeiro es ilustrativo. El suceso lo sufrió un menor detenido que estaba en el suelo boca abajo y esposado. Ninguna de estas circunstancias impidió que fuera brutalmente golpeado por un policía, el cual hasta llegó a pisarle la cabeza.

La fotografía de esta tortura es, por desgracia, la imagen de una realidad generalizada y debe ser, es de esperar, la imagen de prácticas condenadas a la extinción.Más allá de si alguna policía de la región es más o menos violenta que otra, lo cierto es que los distintos cuerpos del orden comparten un generalizado ejercicio abusivo de la fuerza y una férrea resistencia a los procesos de reforma impulsados desde el campo civil.

Extorsiones, torturas, humillaciones, robos, tráfico de drogas y hasta asesinatos son semillas delictivas de larga data en los cuerpos armados latinoamericanos. La tradición de regímenes autoritarios, apartados de los mandatos constitucionales, apañaron el ejercicio abusivo y arbitrario de la fuerza.

Y hoy, en el actual contexto político, el desafío de los distintos gobiernos es el de reformar los cuerpos policiales sobre la base del respeto a la legalidad. Pero este es sólo un aspecto de un problema muy complejo que demanda, también, de nuevas estrategias que le permitan a las fuerzas policiales recuperar eficacia en la tarea, cada vez más compleja, de velar por el orden público.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog