Por Alberto E. Borda Objio
Email: borda_usa@yahoo.com
Comunicador Dominicano Residente en Florida
Florida, USA.- La complicidad entre grupos políticos disimiles, que se coyuntan en pos de acciones inmorales e ilegales de peculado y contubernios nauseabundos para desfalcar al Estado a través de obras estructurales que se supone son necesidad para la población que paga sus impuestos, está dejando una estela de consecuencias mal ejemplarizadoras en la ciudadanía, que difícilmente el lastre que de esto se deriva pueda ser limpiado en mucho tiempo.
Se sabe a ciencia cierta, de cantidad de obras que se asignan a testaferros de un personaje que dirige un entramado delictivo por medio de una organización política que apoya al gobernante de turno y que se otorgan como pago a las complicidades de orden politiquero gubernamental. Esto, junto a nombramientos en dependencias del gobierno a miembros del equipo del funesto depredador, para facilitar las maniobras de negocio (peculado) con el Estado; mueve a preocupación en los sectores que tradicionalmente se ocupan de estos asuntos, por las derivaciones que conlleva esta situación.
Y es que en las construcciones otorgadas como prebendas politiqueras, lo que prima no es la calidad en su ejecución, sino lo que pueda dejar de beneficio económico. Pues el reparto de las ganancias entre los que ejecutan la obra en cuestión, los contratistas visibles y los reales propietarios de estas contratas inicuas, de llevarse a cabo con las especificaciones reglamentarias; resultaría en cantidades pírricas que no justificaría la inversión de apoyo al gobierno por parte de estos felones de la politiquería; Y entregan a la Nación, todo tipo de disparates sobre valorados y con un destino infeliz.
Como resultado de estas inconductas y fechorías por parte de estos maleantes de cuello blanco, los que aportan con su sudor los dineros que administra el inquilino de turno en la dirección de la cosa pública, reciben restrojos de pésima calidad, y que solo con el tiempo es posible detectar el fraude a que se somete a la población con las supuestas obras de infraestructura que maneja el grupo de mafiosos disfrazados de políticos.
Para muestra y ejemplo basta un botón, todavía estamos pagando la construcción de la avenida Jacobo Majluta, la cual y desde hace mas de dos décadas, supuestamente terminada e inaugurada; los contribuyentes no han podido disfrutarla a su cabalidad por las deficiencias y vicios de construcción. Pero también los túneles, carreteras, elevados, apartamentos y demás, forman parte del despojo flagrante de los dineros del erario público por aquellos que se adjudican las contratas del gobierno.
No es un secreto, y si lo es, entonces es a voces, pues es sabido de todos, quienes y de que grupo político son los más dados a este tipo de engendro corrupto comercial, pues los trescientos millonarios de que hablaba el más fecundo y lúgubre comerciante de la política, en los últimos veinte años se han multiplicado por cien. Y siempre, el mismo personaje tétrico ha dirigido a su conveniencia la asignación de las contratas, ahora, hegemónicamente las negocia a cambio del apoyo inconsecuente a un “Presidente con ínfulas de líder internacional y sueños de convertirse en caudillo”.
Por eso, los dominicanos más preclaros, están retirando su apoyo a quien ha burlado la confianza de las mayorías y que se ha aliado con la caverna para lograr sus ambiciones y seguir manipulando al pueblo y deteriorando lo poco que soberanamente tenemos que son nuestras instituciones. Asociándose a los sectores de las sombras y que juntos, en detrimento de los dominicanos han conformado para su exclusivo beneficio una estrategia bipartidista que no es más que una “simbiosis político-delincuencial” .
Email: borda_usa@yahoo.com
Comunicador Dominicano Residente en Florida
Florida, USA.- La complicidad entre grupos políticos disimiles, que se coyuntan en pos de acciones inmorales e ilegales de peculado y contubernios nauseabundos para desfalcar al Estado a través de obras estructurales que se supone son necesidad para la población que paga sus impuestos, está dejando una estela de consecuencias mal ejemplarizadoras en la ciudadanía, que difícilmente el lastre que de esto se deriva pueda ser limpiado en mucho tiempo.
Se sabe a ciencia cierta, de cantidad de obras que se asignan a testaferros de un personaje que dirige un entramado delictivo por medio de una organización política que apoya al gobernante de turno y que se otorgan como pago a las complicidades de orden politiquero gubernamental. Esto, junto a nombramientos en dependencias del gobierno a miembros del equipo del funesto depredador, para facilitar las maniobras de negocio (peculado) con el Estado; mueve a preocupación en los sectores que tradicionalmente se ocupan de estos asuntos, por las derivaciones que conlleva esta situación.
Y es que en las construcciones otorgadas como prebendas politiqueras, lo que prima no es la calidad en su ejecución, sino lo que pueda dejar de beneficio económico. Pues el reparto de las ganancias entre los que ejecutan la obra en cuestión, los contratistas visibles y los reales propietarios de estas contratas inicuas, de llevarse a cabo con las especificaciones reglamentarias; resultaría en cantidades pírricas que no justificaría la inversión de apoyo al gobierno por parte de estos felones de la politiquería; Y entregan a la Nación, todo tipo de disparates sobre valorados y con un destino infeliz.
Como resultado de estas inconductas y fechorías por parte de estos maleantes de cuello blanco, los que aportan con su sudor los dineros que administra el inquilino de turno en la dirección de la cosa pública, reciben restrojos de pésima calidad, y que solo con el tiempo es posible detectar el fraude a que se somete a la población con las supuestas obras de infraestructura que maneja el grupo de mafiosos disfrazados de políticos.
Para muestra y ejemplo basta un botón, todavía estamos pagando la construcción de la avenida Jacobo Majluta, la cual y desde hace mas de dos décadas, supuestamente terminada e inaugurada; los contribuyentes no han podido disfrutarla a su cabalidad por las deficiencias y vicios de construcción. Pero también los túneles, carreteras, elevados, apartamentos y demás, forman parte del despojo flagrante de los dineros del erario público por aquellos que se adjudican las contratas del gobierno.
No es un secreto, y si lo es, entonces es a voces, pues es sabido de todos, quienes y de que grupo político son los más dados a este tipo de engendro corrupto comercial, pues los trescientos millonarios de que hablaba el más fecundo y lúgubre comerciante de la política, en los últimos veinte años se han multiplicado por cien. Y siempre, el mismo personaje tétrico ha dirigido a su conveniencia la asignación de las contratas, ahora, hegemónicamente las negocia a cambio del apoyo inconsecuente a un “Presidente con ínfulas de líder internacional y sueños de convertirse en caudillo”.
Por eso, los dominicanos más preclaros, están retirando su apoyo a quien ha burlado la confianza de las mayorías y que se ha aliado con la caverna para lograr sus ambiciones y seguir manipulando al pueblo y deteriorando lo poco que soberanamente tenemos que son nuestras instituciones. Asociándose a los sectores de las sombras y que juntos, en detrimento de los dominicanos han conformado para su exclusivo beneficio una estrategia bipartidista que no es más que una “simbiosis político-delincuencial” .
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