•Impresión nada más y sin confirmar: el gobierno dominicano diligencia firmar un acuerdo stand-by con el FMI, pues no consigue dinero y es mucho lo que le hace falta. El año pasado se sobregiró en más de 80 mil millones de pesos y este año las recaudaciones han estado 10% por debajo de las proyecciones. El financiamiento externo escasea y es muy exigente, y tomar prestado a los bancos privados y público locales ha llegado a su límite razonable/contable.
•Ocurrencia: Para atender el descontento empresarial, el gobierno dominicano convoca a un encuentro al Palacio Nacional a los únicos empresarios (faltaron algunos grandes) que no tienen problemas y que, con recesión o sin ella, con dinero caro o barato, con luz o sin luz, en enero como en diciembre, prosperan sus negocios. Curioso: los asistentes a la reunión palaciega estuvieron de acuerdo en que hay que proveer financiamiento a las pequeñas y medianas empresas. ¿Las economicopatías se corrigen con bypass?
•Conocimiento: Probablemente la única manera de saber cómo marcha la economía dominicana y las reales preocupaciones del gobierno sea conociendo lo que haya dicho aquí o fuera del país (preferiblemente) el secretario de Economía, Planificación y Desarrollo. Temístocles Montás es un hombre enterado, honesto y al que acusan de poco político, pues se ha autoasignado la tarea de decir verdades (malas noticias, según el libreto oficial en cartelera). Recientemente recomendó a los productores locales orientarse más hacia el mercado interno (consumidores dominicanos) pues en el externo (europeos, norteamericanos y japoneses) no hay dinero para comprar. ¿Cómo reorientar un modelo económico desorientado, sustentado en bajos salarios, elevado desempleo, 56% de empleos informales y cuyo único propósito ha sido exportar?
•Sin cuartos y con chivos ilegales: Hoy, la portada de un diario dominicano confirma que las anunciadas inversiones inmobiliarias turísticas, calculadas en billones de dólares, no fueron más que eso: anuncios. Que no están, que quizás llegue algo, no mucho, que podrían venir tales inversiones si sus promotores consiguen financiamiento en un momento en el que el crédito está deshidratado. Confesión que habrá ahora que ingresar, pero cuyo registro data de ocho a diez meses atrás como atestiguan diarios extranjeros. Y para mayor brinco y espanto llega la noticia de que el país no es autosuficiente en carne de chivo, pues el 60% viene importado de Haití. ¿Obvió la nueva Constitución el status de los intrusos caprinos y la posible obligación de alimentarlos?
•Preocupación: No es la naturaleza o la enormidad de los problemas a los que tiene que hacer frente el gobierno dominicano lo que debería preocupar, sino la naturaleza y pequeñez de las respuestas en ejecución que parecen apostar o mejor dicho, parecieran esperar a que comiencen y terminen de pasar los problemas. A trote con el tiempo, muere el caballo o muere el rey: cuando vuelvan a consumir en EEUU y Europa, cuando los bancos estén saneados y vuelvan a prestar, cuando termine la recesión por allá, acá poco después, calculan, volverá la normalidad. ¿Cuál normalidad? ¿La normalidad anterior a la recesión era aceptable para las familias y negocios de la República Dominicana?
viernes, 15 de mayo de 2009
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