viernes, 15 de mayo de 2009

En medio de lágrimas Julio César Bugué proclama: no se me ha hecho justicia

Hoy se cumple un año del incidente donde fue herido de gravedad .
Reveló que hubo complicidad entre la dirección del PLD y el PRD para sancochar su caso.

El licenciado Julio César Bugué lloró esta mañana durante una entrevista con el licenciado Cassandro Fortuna, al cumplirse hoy el primer aniversario del incidente político entre peledeístas y perredeístas y que lo tuvo a él varios días entre la vida y la muerte.

Bugué criticó acremente a los que llamó "los deuños del PLD" y dijo que "se le echó lodo cloacal al expediente que involucra a sus agresores"
Al comparecer al programa "Contacto Matinal" por el canal 10 de tele-cable San Juan el también Director Regional de Educación reiteró que la tarde del 15 de mayo del 2008 los perredeístas llegaron al local del PLD en Quijá Quieta con el propósito de asesinarlo

"Pero no fueron al local del PLD para matar al profesor Julio César Bugué, sino al dirigente peledeísta", dijo. Bugué es secretario de organización del comité municipal del partido de gobierno

Señaló que dentro del PRD se planificó crear un clima de incertidumbre en todo el país y que a esos aprestos se le puso nombre en San Juan de la Maguana

Dijo que aquí se encargaron de poner en la práctica esa maniobra Pascual Valenzuela, Manuel Antonio Mateo (El Toro), y el diputado perredeísta David Herrera.

Apuntó que todo comenzó cuando en la tarde del día 15 de mayo del año 2008 una comitiva del PRD se paró delante de la puerta del local del PLD en Guachupita, en una populosa barriada de esta ciudad

Contó que tan pronto se produjo el hecho fue informado por sus compañeros, ya que él se encontraba dentro del local. Entonces salió para recibirlos con diplomacia y evitar inconvenientes. Ahí se produjo un intercambio de palabras, y según manifestó, el licenciado Pascual Valenzuela le tiró un pesquezón y le hizo un disparo.

Agregó que estando gravemente herido, tirado en el suelo, un vecino suyo le disparó con una escopeta alcanzándole en un hombro. Quedó postrado en el pavimento cerca de media hora porque todos sus compañeros huyeron despavoridos al producirse una balacera.

LA HISTORIA
Por la intervención de una mujer que gritó: ¡coño, lo van a dejar morir! fue montado en la cola de un motor y llevado al hospital doctor Alejandro Cabral. Fue intervenido de urgencia y tuvo tres infartos cardíacos. Posteriormente fue trasladado en un helicóptero de las Fuerzas Armadas hasta un centro de salud privado en la ciudad de Santo Domingo.

LAGRIMAS
Al hablar del tema el licenciado Julio César Bugué no pudo evitar que su voz se quebrara por la emoción y que por dos ocasiones muchas lágrimas rodaran por sus mejillas.

Criticó el comportamiento de la policía Nacional y lo dicho por un General de esa institución, el cual llegó a expresar que "no se metería en ese lío ya que era un asunto político muy complicado".

Igualmente, se refirió de forma crítica en contra del Ministerio Público y de los jueces. Acusó al primero de parcialidad con sus agresores y de festirnar el caso y a los segundos de hacerse los tuertos.

CRITICA A SUS COMPAÑEROS

Por otra parte el licenciado Julio César Bugué precisó que miembros del PLD a los que no identificó, pero que dijo "están a todos los niveles" dentro del partido, propiciaron la impunidad para quienes casi lo matan. Indicó que hicieron cenas y encuentros con sus verdugos para conciliar el caso.

En tal sentido mostró un acta de conciliación firmada entre los demás agredidos del PLD y sus agresores, en la cual aparece una persona firmando por él "de orden". "Hicieron todo eso sin consultarme", expresó con indignación.

Sin embargo, destacó que en todo momento contó con el apoyo militante de las bases del PLD. Adujo que estas iban masivamente a las audiencias en el palacio de justicia, mientras que los que buscaban impunidad para sus agresores les pedían que se fueran para su casa.

RECUERDOS

Por otra parte, el licenciado Julio César Bugué recordó que mientras yacía en el suelo, herido de gravedad, pudo visualizar dos imágenes: la de sus hijas y la de su madre, y le pidió a Dios que le devolviera la salud por ellas.

Con ira,dolor, amargura e impotencia reflejada en el rostro, el licenciado Julio César Bugué destacó que la justicia que no se le había hecho en la tierra la dejaba en manos "del todopoderoso".

"Yo estoy tranquilo" comentó, "pero ellos no lo estaran jamás".Dijo que el grupo de cobardes que lo fue a matar al local del PLD no tiene coraje para enfrentarlo personalmente de hombre a hombre".

"Ellos han podido burlar los mecanismos de represión, se han burlado de la justicia terrenal, los dejo en manos del Justiciero. No tomaré la justicia en mis manos",dijo visiblemente emocionado y concluyó diciendo: "ahora lo que siento es dolor, impotencia y asco".




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog