AINHOA IRIBERRI - MADRID
El pasado mes de febrero, el fundador de Microsoft, Bill Gates, abrió un bote de cristal lleno de mosquitos mientras participaba en una conferencia sobre tecnología en Long Beach (EEUU). "Los mosquitos transmiten la malaria y voy a dejar volar a algunos por aquí porque no es justo que se infecte sólo la gente joven", declaró Gates a sus oyentes, a los que tardó más de un minuto en tranquilizar, asegurándoles que esos insectos concretos estaban libres del parásito que causa la malaria. Este gesto volvió a provocar que se hablara en los medios de comunicación de la Fundación que se ha convertido en la mayor donante privada a programas de mejora de la salud global.
Sin embargo, la labor filantrópica de la Fundación Bill & Melinda Gates no está exenta de críticas. Desde su nacimiento, en 1994, diversas voces la han acusado de falta de transparencia. A ellas se añade hoy la de una de las revistas médicas más prestigiosas del mundo, The Lancet, que recoge un estudio acompañado de una opinión y un durísimo editorial, que cuestiona lo que los Gates hacen con sus fondos sociales .
Denuncian que el 40% del dinero va a organismos supranacionalesEl trabajo, escrito por investigadores del Centro para la Salud y el Desarrollo Internacional, analizó las subvenciones realizadas por la Fundación Gates entre 1998 y 2007, que ascendían a 6.700 millones de euros. Los autores señalan los resultados que, a su juicio, son más preocupantes de este análisis. En primer lugar, denuncian que la gran mayoría de los fondos se destinaron sólo a 20 organizaciones. Además, dicen que el 40% del dinero se dedicó a organizaciones supranacionales y, del resto, más del 80% fue a entidades de EEUU. Por último, los autores del informe señalan como anómalo que un tercio de la financiación de la Fundación se dedique a investigación y desarrollo, sobre todo en enfermedades teóricamente prevenibles con una vacuna, como el sida y la malaria.
Falta de realismo
En este sentido, los autores acusan a Gates de gastar su dinero en desarrollar tecnologías que pueden tardar años en mostrar su eficacia, cuando está al alcance de su mano hacer accesible a la población que lo necesita técnicas que ya se han mostrado eficaces, a las que no pueden acceder.
Gates financia soluciones futuras y no las que ya muestran eficaciaEl informe señala un ejemplo: denuncia que se contemple la infección por el rotavirus (causante de cientos de miles de muertes en los países pobres) como un problema clínico que puede solucionarse con una vacuna en vez de como un problema de salud pública que se arreglaría asegurando el acceso universal a agua limpia.
La Fundación Bill & Melinda Gates es una organización privada, por lo que, en teoría, no tendría por qué dar cuentas sobre lo que hace con su dinero. Sin embargo, los autores del estudio rechazan este extremo porque reciben subsidios públicos en forma de exenciones fiscales lo que "puede hacer que se espere que la Fundación sea sometida a algún tipo de escrutinio público". Y también porque, al ser este organismo un gran contribuyente a la salud global con "enorme poder financiero y político", sus decisiones pueden influir en otras organizaciones.
El editorial de la revista ve clara la necesidad de una mayor transparencia de la organización y señala que esta ha adquirido "tristemente una reputación de no escuchar siempre a sus amigos". Tras las críticas a la Fundación por no haber querido responder al estudio, la revista ofrece a Gates una fórmula en cinco pasos para mejorar: cambiar su forma de Gobierno, ser transparentes, reflejar la incidencia de las enfermedades en el reparto de sus fondos, invertir más en los sistemas sanitarios de los países pobres y escuchar a las "voces amigas".
Ayer, la Fundación dirigida por Bill Gates y su esposa, respondió finalmente a The Lancet: "Agradecemos el artículo y sus hallazgos. Estamos comprometidos a hablar de nuestra estrategia, subvenciones y resultados y usamos nuestra web para que sea más fácil encontrar esta información".
El pasado mes de febrero, el fundador de Microsoft, Bill Gates, abrió un bote de cristal lleno de mosquitos mientras participaba en una conferencia sobre tecnología en Long Beach (EEUU). "Los mosquitos transmiten la malaria y voy a dejar volar a algunos por aquí porque no es justo que se infecte sólo la gente joven", declaró Gates a sus oyentes, a los que tardó más de un minuto en tranquilizar, asegurándoles que esos insectos concretos estaban libres del parásito que causa la malaria. Este gesto volvió a provocar que se hablara en los medios de comunicación de la Fundación que se ha convertido en la mayor donante privada a programas de mejora de la salud global.
Sin embargo, la labor filantrópica de la Fundación Bill & Melinda Gates no está exenta de críticas. Desde su nacimiento, en 1994, diversas voces la han acusado de falta de transparencia. A ellas se añade hoy la de una de las revistas médicas más prestigiosas del mundo, The Lancet, que recoge un estudio acompañado de una opinión y un durísimo editorial, que cuestiona lo que los Gates hacen con sus fondos sociales .
Denuncian que el 40% del dinero va a organismos supranacionalesEl trabajo, escrito por investigadores del Centro para la Salud y el Desarrollo Internacional, analizó las subvenciones realizadas por la Fundación Gates entre 1998 y 2007, que ascendían a 6.700 millones de euros. Los autores señalan los resultados que, a su juicio, son más preocupantes de este análisis. En primer lugar, denuncian que la gran mayoría de los fondos se destinaron sólo a 20 organizaciones. Además, dicen que el 40% del dinero se dedicó a organizaciones supranacionales y, del resto, más del 80% fue a entidades de EEUU. Por último, los autores del informe señalan como anómalo que un tercio de la financiación de la Fundación se dedique a investigación y desarrollo, sobre todo en enfermedades teóricamente prevenibles con una vacuna, como el sida y la malaria.
Falta de realismo
En este sentido, los autores acusan a Gates de gastar su dinero en desarrollar tecnologías que pueden tardar años en mostrar su eficacia, cuando está al alcance de su mano hacer accesible a la población que lo necesita técnicas que ya se han mostrado eficaces, a las que no pueden acceder.
Gates financia soluciones futuras y no las que ya muestran eficaciaEl informe señala un ejemplo: denuncia que se contemple la infección por el rotavirus (causante de cientos de miles de muertes en los países pobres) como un problema clínico que puede solucionarse con una vacuna en vez de como un problema de salud pública que se arreglaría asegurando el acceso universal a agua limpia.
La Fundación Bill & Melinda Gates es una organización privada, por lo que, en teoría, no tendría por qué dar cuentas sobre lo que hace con su dinero. Sin embargo, los autores del estudio rechazan este extremo porque reciben subsidios públicos en forma de exenciones fiscales lo que "puede hacer que se espere que la Fundación sea sometida a algún tipo de escrutinio público". Y también porque, al ser este organismo un gran contribuyente a la salud global con "enorme poder financiero y político", sus decisiones pueden influir en otras organizaciones.
El editorial de la revista ve clara la necesidad de una mayor transparencia de la organización y señala que esta ha adquirido "tristemente una reputación de no escuchar siempre a sus amigos". Tras las críticas a la Fundación por no haber querido responder al estudio, la revista ofrece a Gates una fórmula en cinco pasos para mejorar: cambiar su forma de Gobierno, ser transparentes, reflejar la incidencia de las enfermedades en el reparto de sus fondos, invertir más en los sistemas sanitarios de los países pobres y escuchar a las "voces amigas".
Ayer, la Fundación dirigida por Bill Gates y su esposa, respondió finalmente a The Lancet: "Agradecemos el artículo y sus hallazgos. Estamos comprometidos a hablar de nuestra estrategia, subvenciones y resultados y usamos nuestra web para que sea más fácil encontrar esta información".
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