Casi un millón de analfabetos tiene la República Dominicana. “Setecientos treinta y nueve mil jóvenes y adultos entre los 15 y los 50 años de edad”, dice el secretario de Educación Melanio Paredes, apelando a la encuesta Endesa del 2007.
Él mismo desconfía del dato aportado por la investigación porque recuerda, con razón, que mucha gente al ser preguntada miente sobre el particular por vergüenza. Es decir, advierte Paredes, “podrían ser muchos más” los analfabetos.
El economista Carlos Despradel (El Caribe, 23 de marzo) aporta más datos sobre el tema.
El Word Economic Forum ha publicado recientemente un “índice mundial de competitividad”, el cual ofrece “datos comparativos de 134 países de todas las regiones del mundo” en diferentes áreas.
Entre esos 134 países la República Dominicana ocupa el lugar 133 “en lo que respecta a la calidad de la educación primaria y también muy bajo en lo que concierne al gasto en educación”.
¿Fallan los maestros y maestras? Eso quieren algunos simplistas que creamos. Pero no. Falla el sistema. Falla el modelo de desarrollo adoptado hasta ahora que ha sido incapaz de superar esa lacra que actúa para la sociedad en su conjunto como el grillete que se colocaba en los pies del esclavo.
Falla el modelo que abandona a la escuela pública –sobretodo- y la coloca en segundo, tercer o cuarto plano, convirtiéndola a veces en “conejillo de indias”, objeto de experimentos caprichosos y de “soluciones” calcadas a lo “sueños de niños”.
La deserción y la repitencia en la educación media y en la superior sumadas a grados lamentables de mediocridad en los egresados indican que el futuro nos agarró “asando batatas”, sin un Plan Nacional de desarrollo integral vertebrado en torno a una educación de calidad y con un ejército de excluidos sin posibilidades de ejercer su derecho a una vida decorosa y a disfrutar del conocimiento creado por la humanidad.
Si, como proponía Martí, hay que “ser cultos para ser libres”, no nos debe caber la menor duda de que subsistimos en un modelo bueno para producir esclavos. Como canta Víctor Manuel San José Sánchez, “nuestra sociedad es un buen proyecto para el mal”.
Santo Domingo, 24 de marzo de 2009
jueves, 26 de marzo de 2009
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Lamentablemente creo que el problema es todavia mas serio, pues el termino analfabeto en estos nuevos tiempos implica otras categorias: Tenemos el analfabeto que no sabe leer ni escribir (notorio en paises pobres y con serias deficiencias en el sistema educativo), luego viene el analfabeto funcional, que para fines practicos tampoco aporta ni resulta productivo a la sociedad, pues aunque (bien o mal) lea y escriba, no puede interpretar o descifrar un texto y mucho menos sacar conclusiones ni emitir un juicio critico. En un medio como el nuestro tenemos analfabetos funcionales hasta en las aulas universitarias.
ResponderEliminarLuego en los ultimos 20 anos (+ o -)tenemos un nuevo tipo de analfabeto: el analfabeto digital, quizas en el pais todavia no sea muy notorio pero si lo es en sociedades altamente tecnologicas, donde no importa la profesion u oficio a que uno se dedique se necesita el dominio o conocimientos basicos de los programas (softwares) mas populares en el mercado (word, power point, excel, etc). Quizas ese hecho junto al idioma (dependiendo del pais) dificulta mas para el nuevo inmigrante el conseguir trabajo (en los anos 60's las factorias eran mecanizadas, hoy dia todo es computarizado).
Algo importante, es mas, muy importante, es que nadie, absolutamente nadie, debe sentir verguenza ni complejos por su nivel academico, ni mucho menos ser objeto de burlas o criticas denigrantes, pues nosotros como sociedad somos el producto del medio que nos toco nacer, y lamentablemente por los siglos de los siglos nuestros gobernantes han colocado las prioridades del pais en el orden equivocado, y el resultado ha sido la Nacion que tenemos hoy dia (problemas de seguridad, deficiencias en el sector salud, en el sector educativo, productivo, etc., etc. etc.). Si alguien debe sentir verguenza son los que precisamente han tenido la oportunidad de hacer algo por el pais y nada hicieron.
Para terminar copio una frase del medico espanol (premio Nobel) Santiago Ramon y Cajal (se puede malinterpretar pero es para pensar):
"Los debiles sucumben, no por débiles, sino por ignorar que lo son. Lo mismo sucede a las naciones".
Juan M. Arias
P.D.: Como estamos hablando de educacion, excusa la falta de acentos y la rayita en la n, pues por el lugar donde vivo mi teclado es version ingles.