Por: Alberto E. Borda Objio
Periodista dominicano residente en Estados Unidos
Utilizando el slogan que en la década del noventa, específicamente al principio, puso en boga el profesor Bosch en su demagogia contra el déspota ilustrado, ahora en desmedro de su discípulo mas aventajado, todo el pueblo esta gritando a viva voz lo mismo. Que Leonel Fernández, se vaya ya! Y debe irse de inmediato, pues ha dado muestras de irresponsabilidad y displicencia en el manejo de los asuntos primordiales del Estado dominicano; apoyando con fines inconfesables, la cleptomanía de malandrines al frente de la cosa pública.
Los ciudadanos que confiadamente votaron por él, están decepcionados y cansados de esta jodienda que les ha caído encima. La putrefacción y el pus que brota a borbotones de su corrupta actuación al frente de los destinos de la Nación, ya no se soporta más. Debe, junto a sus ineptos y corrompidos funcionarios, enriquecidos al amparo del cohecho, el peculado, la prevaricación y el nepotismo asqueroso, abandonar el cargo. ¡Que se vaya ya!
La responsabilidad que conlleva manejar un Estado, no debe ser tomada a la ligera y responder con justificaciones pendejas a las quejas y sufrimiento de las mayorías. Esto es una barbaridad que no tiene madre, parece como si el mandatario tuviera algún tipo de resentimiento personal en contra de los dominicanos, pues no es racional su actuación ante las denuncias del desastre en el gobierno. Las conciencias más preclaras, junto al País entero, reclaman ¡Que se vaya ya!
El rosario de calamidades que padecen los más pobres de este País, no se compadece con la gestión de derroche, buena vida y abundancia indecente,
(Viviendo la vie in rose) que se están dando el incúmbente del palacio y su grupo de sofistas demagogos y han hecho del gobierno, un sistema cleptocratico que da nauseas. Deben coger sus maletas antes de que aquí suceda algo grave y desastroso, que es lo que se ve venir. Que se vaya ya!
La vagabundería de estar encaramado en un avión cada vez que hay problemas y desde afuera ofrecer declaraciones desafortunadas, con retoricas desfasadas e hipócritas, no debe seguir permitiéndose. El riesgo a que está sometiendo a la población con sus iniquidades e ínfulas de componedor de causas ajenas, hay que acabarlo. El desparpajo con que responde a los gritos de la población, no se puede aceptar mansamente. Es hora de ¡que se vaya ya!
La “conceptualización” de la corrupción rampante que campea por sus fueros en el Estado, no es posible que la aceptemos como un mal de la humanidad que está de moda, a esta vaina hay que buscarle una solución definitiva y se debe empezar por limpiar la casa. Los hechos que se suscitan diariamente y que el marchante que nos desgobierna quiere tapar con su retorica barata, no podemos permitir que se sigan sucediendo. ¡Que se vaya ya!
La mierda de estar echándole la culpa a los gobiernos anteriores tiene que acabar. El que otro lo haya hecho mal y haya sido también corrupto, no es motivo para justificar que se incurra en las mismas inconductas y latrocinio rastrero y descarado. El contubernio entre los que se han corrompido a los fines de joder al País y beneficiar a solo un grupito de insaciables, de alguna forma hay que pararlo antes de que se joda todo. ¡Que se vaya ya!
Pues de no obtemperar a los llamados de la desesperación colectiva y no detener la depredación a mansalva de las arcas nacionales, lo que se avecina traerá un mar de lágrimas para el País. Y los que más tienen, serán los que más van a perder. Los empresarios y dueños del capital, deben estar contestes con el clamor de las mayorías, pues de no hacerlo así, se joderan y sus bienes serán los que se afecten de armarse un reperpero gigante como el que puede suceder, de seguir este tunante en el poder. Lo que necesita la Nación, es definitivamente ¡que se vaya ya! Es mas, que se acabe de largar es lo que tiene que hacer.
Periodista dominicano residente en Estados Unidos
Utilizando el slogan que en la década del noventa, específicamente al principio, puso en boga el profesor Bosch en su demagogia contra el déspota ilustrado, ahora en desmedro de su discípulo mas aventajado, todo el pueblo esta gritando a viva voz lo mismo. Que Leonel Fernández, se vaya ya! Y debe irse de inmediato, pues ha dado muestras de irresponsabilidad y displicencia en el manejo de los asuntos primordiales del Estado dominicano; apoyando con fines inconfesables, la cleptomanía de malandrines al frente de la cosa pública.
Los ciudadanos que confiadamente votaron por él, están decepcionados y cansados de esta jodienda que les ha caído encima. La putrefacción y el pus que brota a borbotones de su corrupta actuación al frente de los destinos de la Nación, ya no se soporta más. Debe, junto a sus ineptos y corrompidos funcionarios, enriquecidos al amparo del cohecho, el peculado, la prevaricación y el nepotismo asqueroso, abandonar el cargo. ¡Que se vaya ya!
La responsabilidad que conlleva manejar un Estado, no debe ser tomada a la ligera y responder con justificaciones pendejas a las quejas y sufrimiento de las mayorías. Esto es una barbaridad que no tiene madre, parece como si el mandatario tuviera algún tipo de resentimiento personal en contra de los dominicanos, pues no es racional su actuación ante las denuncias del desastre en el gobierno. Las conciencias más preclaras, junto al País entero, reclaman ¡Que se vaya ya!
El rosario de calamidades que padecen los más pobres de este País, no se compadece con la gestión de derroche, buena vida y abundancia indecente,
(Viviendo la vie in rose) que se están dando el incúmbente del palacio y su grupo de sofistas demagogos y han hecho del gobierno, un sistema cleptocratico que da nauseas. Deben coger sus maletas antes de que aquí suceda algo grave y desastroso, que es lo que se ve venir. Que se vaya ya!
La vagabundería de estar encaramado en un avión cada vez que hay problemas y desde afuera ofrecer declaraciones desafortunadas, con retoricas desfasadas e hipócritas, no debe seguir permitiéndose. El riesgo a que está sometiendo a la población con sus iniquidades e ínfulas de componedor de causas ajenas, hay que acabarlo. El desparpajo con que responde a los gritos de la población, no se puede aceptar mansamente. Es hora de ¡que se vaya ya!
La “conceptualización” de la corrupción rampante que campea por sus fueros en el Estado, no es posible que la aceptemos como un mal de la humanidad que está de moda, a esta vaina hay que buscarle una solución definitiva y se debe empezar por limpiar la casa. Los hechos que se suscitan diariamente y que el marchante que nos desgobierna quiere tapar con su retorica barata, no podemos permitir que se sigan sucediendo. ¡Que se vaya ya!
La mierda de estar echándole la culpa a los gobiernos anteriores tiene que acabar. El que otro lo haya hecho mal y haya sido también corrupto, no es motivo para justificar que se incurra en las mismas inconductas y latrocinio rastrero y descarado. El contubernio entre los que se han corrompido a los fines de joder al País y beneficiar a solo un grupito de insaciables, de alguna forma hay que pararlo antes de que se joda todo. ¡Que se vaya ya!
Pues de no obtemperar a los llamados de la desesperación colectiva y no detener la depredación a mansalva de las arcas nacionales, lo que se avecina traerá un mar de lágrimas para el País. Y los que más tienen, serán los que más van a perder. Los empresarios y dueños del capital, deben estar contestes con el clamor de las mayorías, pues de no hacerlo así, se joderan y sus bienes serán los que se afecten de armarse un reperpero gigante como el que puede suceder, de seguir este tunante en el poder. Lo que necesita la Nación, es definitivamente ¡que se vaya ya! Es mas, que se acabe de largar es lo que tiene que hacer.
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