lunes, 3 de octubre de 2011

El asesinato del idioma

El plural de feminicidio

Por Rafael Peralta Romero
El autor es escritor

Si la intolerancia del nazismo y la diabólica práctica política de  su líder, Adolph Hitler, le permitieron segar la vida a más de seis millones de  judíos en la década de los cuarenta, lo que se cometió fue un /genocidio/. Uno de los más ignominiosos de la historia humana, si no el más.
Una década antes, Rafael Trujillo había ordenado el asesinato de miles de haitianos para anotarse el más bochornoso genocidio de nuestra historia. Pudieron  ser 20,000 o quizá 30,000, pero seguirá siendo un /genocidio/.
El cruel Herodes, rey de Judea, se procuró un genocidio infantil cuando decretó matar a todos los niños menores de dos años, con el fin de alcanzar a Jesús, nacido en su reino. En 1973 el infausto Pinochet, en Chile, hizo matar a miles de ciudadanos para restarle opositores a su afrentoso golpe contra la democracia. Y no hay duda de que se trata de un alarmante genocidio.
Así, he señalado cuatro casos de /genocidios/ palabra que muy pocas veces se emplea en plural. Es que  si la persona  pierde un diente, luego otro, se habla de /dientes/ en plural,  pero nunca se dirá que perdió /las dentaduras/ pues ésta es sólo una.
Por igual, si alguien penetrara a un pinar con una sierra a derribar pinos, podrían sumarse las unidades caídas, pero nunca se dirá que están cayendo /pinares/. Los nombres colectivos pocas veces van en plural. 
La Real Academia, a través de la Fundación del Español Urgente, ha establecido una similitud gramatical entre  /genocidio/ y /feminicidio/. “Igual que el término genocidio alude a 'la eliminación sistemática de un grupo social por su raza, etnia, religión, etc.', la palabra feminicidio denota al 'asesinato sistemático de mujeres', esto es, 'a aquellas matanzas en las que se asesinan a las mujeres por el hecho de ser mujeres'. Por ello, no es apropiado emplearla cuando se trate del asesinato de una sola mujer, ni tampoco para referirse a todas las muertes en las que la víctima ha sido una mujer”.
De modo que resulta chocante el uso de expresiones como:  a-Siguen los feminicidios. b- Hay que acabar con los  feminicidios. c-Obispos critican los feminicidios.
Si están ocurriendo asesinatos sistemáticos de mujeres, por la razón de ser mujeres, estamos, entonces, en presencia de  /UN feminicidio/. La palabra demanda un sentido colectivo.   Quien guarde algún respeto por el idioma español, se  abstendrá de usar la palabra  feminicidio por el asesinato de cada una. Más aún, se abstendrá de pluralizar el término, cuando sume los casos de homicidios de mujeres.  A quien no le importe  el buen uso del idioma, podrá seguir cometiendo “idiomicidios”.

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