miércoles, 21 de septiembre de 2011

Con el caso Paya, el autor de los asesinatos de Santiago, ascendio en el negocio del crimen organizado

Pormenores. Los detalles sobre la planificación y ejecución de la trama para los asesinatos empezaron a conocerse anteayer en Santiago en una conferencia de prensa encabezada por los jefes de la Policía, la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y la fiscal de esa provincia.

Santo Domingo.-El acusado de la autoría intelectual del asesinato de los cuatro sudamericanos y un español el 25 y 26 agosto, en Gurabo, Santiago, comenzó a adquirir poder dentro de la organización criminal después de que un colombiano, con quien trabajaba, abandonó el país a raíz de la matanza de siete colombianos asesinados el 4 de agosto del 2008 en la comunidad Ojo de Agua, en Paya, perteneciente a Baní.

Así consta en la solicitud de medida de coerción solicitada por la Fiscalía de Santiago en contra de los imputados José Amable Morel Ventura (Monstruo), Yerry Rafael Heredia Suero, José de Jesús Sosa Acosta, Ramón Emilio Sosa Rodríguez (Ramón el Sicario), Miguel Eduardo Díaz Polanco (óelo) y Edddy Lantigua (La Melaza). Por el caso se encuentran prófugos Héctor Vargas Valerio (Héctor La Figura) y Julio César Céspedes (El Indio).

Entre las víctimas de los prevenidos figuran el español Pablo Fanjul García, los colombianos Carlos Arturo Pedraza García, Serafín Alvarado Bautista y Héctor Elías Peña García, y Julio César Sánchez Monterrosa, así como el dominicano Jesús Durán Jiménez (Eronel El Gordo). Todos fueron asesinados con una pistola Glock, la que alegadamente fue destruida por los perpetradores.

De acuerdo al expediente, Monstruo, quien se encuentra bajo arresto, hace varios años trabajaba para un negocio de préstamos que tenía el colombiano Carlos Alberto Mosquera Romaña (Junior).
El trabajo específico de Morel Ventura era cobrar los pagos de los préstamos, pero al poco tiempo de trabajar para Alberto Mosquera, el imputado Morel Ventura comenzó supuestamente a vender drogas para Mosquera y su socio Josep Rivas.

No obstante, en el año 2008, a raíz de la investigación por el Caso Paya, Junior el colombiano sale del país, pero sus negocios los sigue manejando Josep Rivas y es entonces cuando Monstruo comienza a tener poder dentro de la organización criminal.

De acuerdo al expediente acusatorio, al principio del 2011 y con el objetivo de expandir su negocio criminal, Mosquera Romaña manda al país a cuatro de sus hombres más cercanos en Colombia, para que le garanticen sus negocios en República Dominicana.

Al afecto llegaron al país los colombianos Morel Ventura, quienes fueron recibidos por Josep Rivas, en la actualidad en Estados Unidos de Norteamérica, y José Amable Morel Ventura.

La pieza acusatoria indica que Morel Ventura era la persona encargada de cobrar el dinero producto de la venta de drogas que hacían los colombianos y de vincularlos con personas de ese mundo del crimen organizado y tráfico de drogas; para fiar unas drogas los colombianos, hoy víctimas, siempre exigían que Monstruo garantizara el cobro compulsivo de la misma o el pago en su condición de fiador.
Conforme con las autoridades, aproximadamente 45 días antes del 26 de agosto pasado, Monstruo había tenido un distanciamiento total con su jefe por una deuda de varias docenas de kilos de drogas que le entregan a éste y no fue pagada.

En el mundo del crimen organizado en la provincia de Santiago comenzó a decirse que los colombianos Carlos Arturo Pedraza García, Serafín Alvarado Bautista, Héctor Elías Peña y Silvio César Sánchez Monterrosa, asesinarían a Monstruo y que la situación llegó a tal extremo que éste le recomienda a su pareja Massiel García mudarse del apartamento por un tiempo, esto de conformidad a la interceptación telefónica que se tenía al teléfono propiedad de ella.

TRAMA PARA COMETER UN TUMBE Y ASESINATOS
LOS PROBLEMAS DE MONSTRUO Y SU PLAN

En una interceptación telefónica se revela la preocupación de Monstruo por la vinculación que posiblemente le estaba haciendo al caso otro colombiano, que de acuerdo a la llamada que este hace a su pareja, Massiel, un colombiano que había quedado vivo lo había visto en las proximidades del apartamento.

Plantea el expediente que Monstruo, a sabiendas del problema que tenía con las víctimas, busca a sus socios, Héctor Vargas Valerio (Héctor La Figura) y a Miguel Eduardo Díaz Polanco (Ñelo), para el crimen y el tumbe de la droga.

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