Por Victoria Villaamil
Me ha llamado la atención un artículo de la edición francesa de la revista 'Marie Claire' que reflexiona sobre si es cierta o no la tan cacareada igualdad de sexos y de cómo la liberación de la mujer, y su consecuencia inmediata, la incorporación al mercado laboral, ha modificado la relación de pareja. Cada día, nuestros gestos y decisiones ocasionan todo tipo de comentarios, pero algunos actos o afirmaciones provocan miradas de asombro e incertidumbre en el sexo opuesto. ¿Tú que piensas?
A veces, las mujeres somos nuestras peores críticas
Seguro que has vivido alguna de estas situaciones, las más comunes, sin entender por qué descolocan a los demás, ¿verdad?
Cenar sola en un restaurante
De vez en cuando nos apetece salir sin compañía. Por ejemplo al cine, de compras, a pasear , a la peluquería o al gimnasio. Hasta aquí todo marcha bien. Pero cuando se trata de cenar, la cosa cambia. Nada más sentarte, se acerca el camarero y te pregunta: "¿Estás esperando a alguien?". La cara de asombro (y pena) al obtener una negativa por respuesta nos deja de piedra. El resto de la noche te trata de manera especial como queriendo compensarte. ¿Por qué tendremos que atenernos a tantas normas sociales y convencionalismos? Es fácil de entender: preferimos cenar solas que mal acompañadas.
Decir que no hemos disfrutado
Después de un encuentro sexual, ssugerir a nuestra pareja, si es necesario, que no es tan bueno en la cama... ¡sacrilegio! Esta es la regla número uno, ocultar la verdad y aunque no te haya gustado disimular para no herir el ego masculino. ¡Pues vaya lata! Así pasa lo que pasa y hay tanta mujer frustrada e insatisfecha por el mundo. Eso sí, él tan campante.
Dejar a los niños en el cole hasta las 18 horas
O con los abuelos, o con la vecina, o con la cuidadora en el parque o en un centro de ocio. Bueno, ya se sabe que ellos se divierten más sin nosotros. Además , así aprenden a ser independientes y a cuidar de sí mismos, y nosotras podemos dedicar más tiempo a nuestra maltrecha carrera. Y encima, lo hacemos sin sentir una pizca de culpabilidad, o quizá no tanto.
¡Por favor! ¿Por qué la mujer trabajadora tiene que buscar excusas continuamente por no poder ocuparse las 24horas de sus hijos y los hombre tienen bula para todo? No pasa nada si al salir se toman unas cañas con el jefe, ¡cómo van a decir que no! O si van al gimnasio porque, claro, necesitan desestresarse.
[Relacionado: El lenguaje oculto de las parejas]
Pagar por un hombre
Aunque vayamos de modernos y liberales, en la vida real sigue siendo un tema tabú que una mujer pague a un hombre para tener relaciones sexuales. ¡La de calificativos que se le asignan! Sin embargo, si es a la inversa nadie se lleva las manos a la cabeza. Es algo que se ha aceptado socialmente en prácticamente todas las culturas.
Hacer el amor durante el período
Es un hecho que ofende a mucha gente. Y a muchas mujeres, ese es el problema. Pero no, todo esto no es 'sucio'. Solo es el resultado de un hecho catalogado como 'prohibido' desde hace mucho tiempo en el que la religión tiene mucho que ver. Y una práctica que hemos trasladado a nuestras hijas y… ¡también a nuestros hijos! Haciéndoles creer que es algo sucio y depravado cuando simplemente es algo natural y forma parte del ciclo hormonal de las mujeres.
¡Ah! ¿Pero tú no cocinas?
La alimentación de los bebés es otro motivo de polémica. Que si no les damos el pecho para que no se estropee, que si es más cómodo darle un potito que un puré casero… Cuando ya son mayores, que si optamos por los alimentos preparados y la bollería porque es más fácil y rápido. El caso es hacernos sentir culpables si no somos el ama de casa perfecta.
Son solo seis casos, hechos aislados, pero el día a día nos deja muchas otras situaciones similares, y la verdad es que aún queda mucho camino por recorrer en la paridad en las relaciones, ¿no creéis? Aunque no por ello vamos a dejar de reconocer que hay hombres que son auténticos compañeros y sí saben lo que es poner la lavadora, fregar, preparar la cena o ir a por los niños al cole.
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lunes, 29 de agosto de 2011
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