martes, 9 de agosto de 2011

¿Las mujeres son más mentirosas que los hombres?

Mi amiga Peto responde: "Imagina una mujer sin nada de malicia, sin un poco de picardía, sin el más mínimo cinismo...¡pobre mina, se estaría auto-inmolando en este mundo regido por los hombres!".

Tal vez esta sea una de las explicaciones de la mentira femenina: las presiones culturales y sociales que la obligan a mostrar una fachada, cuidándose permanentemente del qué dirán. En realidad, algunas mujeres más que mentir, lo que hacen es ocultar sus deseos , recortar la información de lo que les sucede, o recrear su pasado protegiéndose ante la mirada de ese varón que en definitiva la ha buscado para retenerla como una prueba de su virilidad.

El hombre en cambio versea para llevar una mujer a la cama, o para escaparse de un compromiso por falta de agallas.

Digamos que en la vida diaria nos encontramos entonces con cinco tipos de mentiras:

A) las piadosas, ya defendidas desde antaño por el propio Platón. B) las sexuales o sentimentales, que tienen que ver con el género y el contexto. C) las manipuladoras de la voluntad del otro, que pertenecen al ámbito de la política y de los negocios, D) la mentira que revela una nada leve disminución de la salud mental de las personas, por lo cual no están tergiversando la verdad, sino que creen firmemente en la novela que escriben para relatarnos sus vínculos amorosos. E) Y por último hay una mentira que sin ironía definiría como un problema de tipo semántico, y ocurre porque muchas personas estrenan una interpretación individual de los valores en función de sus necesidades momentáneas. Cuando una mujer nos afirma: “estoy en un momento de gran soledad” y después la vemos del brazo de un tipo por la calle a puro beso, o nos asegura que para ella la amistad es un sentimiento asexuado y luego le preguntamos quién era ese hombre con el que la vimos salir de un albergue transitorio y nos contesta “un amigo”, no nos está mintiendo, sino que su confuso canto de sirena nos enloquece porque el abismo de significante-significado que tienen hoy las palabras para muchas personas, les provocarían urticaria a Lacan y a Saussure. Lo mismo ocurre cuando un hombre declara “te amo” y a las pocas horas se va a comprar cigarrillos y no vuelve más.

¿Cómo defendernos de esta locura cotidiana que buscamos definir como mentira? En un episodio de la vieja serie Kung Fu, el monje ciego le pide a dos estudiantes que lleven un plato ceremonial de oro a otro templo. En el viaje por el bosque son engañados por un ladronzuelo vestido de mandarín que se los roba. Al regresar el maestro le pregunta qué lección habían aprendido con ese hecho. Uno de los niños dice: “comprendí que no debo confiar en nadie”. Y el pequeño saltamontes en cambio afirma: “entendí que hay que aprender a esperar lo inesperado”.

Para el maestro ésta fue la respuesta correcta. ¿Tu qué piensas?
Fuente: http://www.pergaminovirtual.com.a

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