El clamor se encuentra en uno de los editoriales del Semanario Camino, órgano de la Conferencia del Episcopado Dominicano, en el que afirma que la situación alrededor del lago en el sur del país es sobrecogedora y reclama intervención del Gobierno.
Explican los religiosos, que la crecida de éste ha cambiado todo, pues donde habían unas tierras fértiles, que producían el sustento de más de 2,400 familias, hoy corren aguas más saladas que las del mar.
Detalla la iglesia, que “el ganado desapareció. El desbordamiento del lago transformó la vida de aquella noble gente del Sur. Donde tenían frutos hoy viven los peces”.
Entiende, que las causas de este crecimiento pluvial son múltiples, y que hay expertos de aquí y de allá buscando explicaciones que determinen cómo de 140 kilómetros cuadrados, el lago ha llegado a 370 kilómetros.
Dice, “aquí tenemos un problema real y que no espera muchos estudios, porque hay seres humanos que claman por una alternativa para salir de este callejón que sí tiene salidas”.
Reclama la iglesia católica, que el Estado tiene que enfrentar esta realidad de forma inmediata y que no hay tiempo que perder.
Cuestionan, “si los comisionados, para hacerle frente a este fenómeno, no funcionan, hay que sustituirlos inmediatamente. Aquí las palabras sobran, las promesas estorban y la indiferencia es un crimen”.
Insiste, que la zona alrededor del Lago Enriquillo debe ser declarada de emergencia desde ya.
Llama, a que debe actuarse acorde a lo que significa esta aseveración, pues “no olvidemos a los moradores de Independencia, Bahoruco, Boca de Chacón, Jimaní y los demás poblados que ven cómo el agua los acorrala presagiando la muerte. Solidaridad es la misión”, termina expresando La Iglesia Católica Dominicana.
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