lunes, 11 de julio de 2011

A propósito de la plaza prof. Juan Bosch

Cuidar lo que se ama

Por Alejandro María
El autor es abogado y político

Quienes amamos sabemos que el poder del amor es tan fuerte que obvia defectos y construye cualidades. Que la condición primera de lo que amamos es la dedicación al cuido, al celo. Que a lo que amamos debemos darles lo más importante que tenemos: el tiempo. Porque el tiempo es la vida misma.

Amamos personas, plantas, animales, cosas e ideas.

Cuando es a las personas la hacemos crecer en calidad. A las plantas aumentar su belleza y dinamizar su función oxigenadora, a las ideas proyectar el porvenir, a los animales mimarlos y acariciarlos y reconocer que somos capaces de amar a otras formas de vida, que el amor no tiene límites. Si no celamos nuestros ideales perdemos el rumbo. El amor es un deber, si no amamos lo que debemos amar, lo destruimos.

Así una obra, la pensamos la construimos y si no la celamos el mal es mayor que si no la hubiéramos hecho. Peor aún cuando se invierte dinero público.
Es el caso del busto del Maestro don Juan Bosch. Esa pequeña plaza, hermosa, educativa, formativa, única, ha sido convertida en un medio para irrespetar al Maestro. Es un lugar de parqueo para todo tipo de vehículos. Los zapatos en donde deben sentarse. Se recuestan en las páginas abiertas de la representación del libro y sobre la cabeza del ilustre ponen un vaso de alcohol.

! Es un desastre!
¡Es una burla al Maestro¡
Irrespetuosos!
Irreverentes!
Desconsiderados!
Descarados!
Groseros!
Insolentes!
Injuriosos!
Ofensivos!
¡Atrevidos!
¡Sacrílegos!
¡Incultos!
¡Herejes!

Y siguen más calificativos.

He buscado un diccionario, pero la indignación producida en el ciudadano que observa este espectáculo desborda todo calificativo.

Esta plaza debería ser un santuario ciudadano y, especialmente para los peledeístas, quienes volverían a sus raíces al organizar una guardia permanente para el cuido y reverencia de ésta plaza, como lo hicieron cuando asumieron la propiedad del local en que está hoy su partido.

Es necesario rescatar el busto del Maestro Juan Bosch de la profanación. El no merece esa indignidad!

El busto del Maestro don Juan Bosch no fue pedido por la ciudadanía. Fue una idea genial de la Sra. Alcaldesa a quien le correspondería su cuido.

La presente descripción es para los dominicanos que residen en el exterior de San Juan o del País: Es una plaza pequeña sesenta personas pueden acomodarse en estos bancos de libros. (La plaza grande fue dedicada al coronel Caamaño en el aniversario de las matanzas de Palma Sola y la del cacicazgo de Anacaona) está localizada en un pequeño espacio que en forma de media luna le fue quitado al jardín frontal de la Escuela Primaria Maestra Consuelo Matos. En el entorno al busto fueron construidos bancos en concreto que asemejan los libros escritos por el Maestro, en el centro, un busto que da la impresión que surge de un libro abierto en el que aparece la siguiente frase: El que no vive para servir, no sirve para vivir. Una de estas páginas, en concreto, ya está rota”. Es una plaza hermosa y significativa, que no necesita ser grande, porque la grandeza se la da el homenajeado”.

Desde mi balaguerismo firme y creciente demando de las autoridades vigilancia para ésta plaza o a los peledeistas que se dicen sus seguidores, de lo contrario, ante esta irreverencia con tolerancia oficial, solicito me sea donado el busto para ser colocarlo en mi jardín desde donde podrá ser observado por todos en el ambiente de respeto que don Juan se ganó al dedicar su vida a servir.

Don Juan dijo, parafraseando a Carlos Marx, que el “trabajo hace al hombre en la misma forma en que el hombre hace el trabajo”. Si las autoridades asumieran como trabajo el cuido y reverencia a esta plaza, terminarían actuando como el homenajeado, pero si le dan la espalda, lo abandonan, terminarán abandonando su ejemplo.

5 comentarios:

  1. Saludo la grandeza de este artìculo.Su certeza y buen sentido de urbanidad y de amor a las cosas, a la patria y al hombre. Pienso que los sanjuaneros debemos autocriticarnos todos, ante la irreverencia que se comete frente al monumento de hombre que ejemplifica la dignidad y nuestra soberanìa. Gracias grande amigo Alejandro, por estar alerta y velar por el cuidado de nuestro patrimonio.
    Rafael Pineda.
    Montevideo.

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  2. En verdad, se trata de una situacion lamentable. Hay que enseñarle al publico que los simbolos se respetan.La conciencia social se pervierte cuando la gente llega a creer, conforme a un dicho popular, "que todo e to y na e na". Es decir,que "no hay que estar respetando nada ni nadie".Eso es muy negativo.Debe buscarse un mecanismo, instruir a los guardianes de las plazas publicas, para que le llamen la atencion a los ciudadanos que se exceden o que se les penalice con una multa, etc. Pero sobre todo hay que procurar el nivel de civismo de la poblacion para que nadie se atreva cometer ese tipo de ligezas.

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  3. La reflexión de Alejandro María es pertinente.Lo mismo ha estado pasando con la Plaza Caamaño.Es de rigor que las autoridades correspondientes presten la atención ebida.
    Leo Oviedo

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  4. Es que un pais no imvierta en educacion y los recursos del estado solo sirvan par conseguir votos y no motivar la lectura,valores y principio no vamos a llegar a ningu lugar, aquellos que dicen que aman a su pueblo y permiten que otros cobren sin trabajar en vez de motivar a que ese dinero se invierta en cosas necesarias, como Educacion Vial, senalizacion de las calles, crear centros juveniles y de desarrollo, actividedes culturales ( fiestas patronales no son culturales) y actividesd deportivas. si eso no se hace jamas llegara el verdadero desarrollo a nuestro pueblo

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  5. Ciertamente HAY QUE REGRESAR A LA ESCUELA, ya no para asegurarnos de una carrera que nos garantice la ganancia de dinero con que podamos sostenernos; sino, para educarnos respecto a nuestra conducta en todo tiempo y todos lugares.

    Si regresamos al aula los padres de familia, la autoridades educativas, los tres poderes del estado, policías, las autoridades RELIGIOSAS (incluyo todos los credos), y todos los agentes activos de la vida nacional, SEREMOS EL PAIS que decimos ser, que deseamos ser, que negamos hacer.

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