Más de 1,100 comunidades de todo el país son vulnerables a inundaciones y deslizamientos de tierra a causa del desbordamiento de ríos, cañadas y carencia de drenaje pluvial, situación que mantiene en peligro e incertidumbre a miles de familias en épocas de lluvias como las que ocurren actualmente. La temporada ciclónica dura seis meses. Además de daños a viviendas y negocios, los residentes en estas comunidades suelen quedar incomunicados con frecuencia después de aguaceros intensos.
Más de 1,100 comunidades de todo el país son vulnerables a inundaciones y deslizamientos de tierra a causa del desbordamiento de ríos, cañadas y carencia de drenaje pluvial lo que mantiene en peligro e incertidumbre a miles de familias en épocas de lluvias como las que ocurren actualmente.
Además de afectaciones a sus viviendas o comercios los residentes en estas comunidades quedan incomunicados con frecuencia inmediatamente ocurren aguaceros intensos.
El Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi) indica que de 25,000 millones de metros cúbicos de agua que se producen por lluvias al año, apenas se pueden almacenar unos 2,300 millones, es decir solo el 7%, lo que explica que tantas comunidades se inunden cuando ocurren lluvias extremas.
Según la Defensa Civil, en la provincia Santo Domingo 88 comunidades, sectores y barrios son afectados con inundaciones debido al desbordamiento de los ríos Ozama, Cachón, Lebrón, Manoguayabo, Brujuelas, Yuca, Mata Mamón e Isabela, así como las lagunas La Joya, El Lago.
Además, el desborde de las cañadas Alto del Chivo, de Villa Duarte, Guajimía, Yaguasa, El Edén, La Islita, Jicaco. Allí también suceden deslizamientos de tierra por terreno inestable y por ubicación de casas en zonas de derrumbe.
Uno de los problemas que más contribuye a las inundaciones de esta provincia, la de mayor población del país, es la falta de drenaje pluvial, lo que afecta a diversos sectores y segmentos de la población.
Otra provincia con comunidades con problemas de inundación es la de Azua con 109 localidades. Las causas son el desbordamiento de los ríos Vía, Las Yayitas, Jura, Tábara, Viajama, Yaque del Sur, Las Cuevas y Las Lomas. También las cañadas Cimarrona, El Cigua y de Vichi.
En La Vega 103 zonas son vulnerables, 83 a inundaciones y 20 a deslizamiento de tierras por terrenos inestables. Mayormente las comunidades inundables son por la crecida del río Camú. También los ríos Yaque del Norte, Bacui, Jagüey, Jima y Potón.
San Cristóbal tiene 75 comunidades con vulnerabilidad, 72 por inundaciones y tres por deslizamientos. El desbordamiento de los ríos Nigua, Mahomita, Mano Matuey, así como varios arroyos y cañadas son los causas del riesgo.
La capital. En el Distrito Nacional aunque los barrios o sectores inundables sólo son 13, son muchas las personas afectadas, pues se trata de zonas pobladas densamente como: Guachupita, la Ciénaga, Los Guandules, Gualey, Las Cañitas, Simón Bolívar, Capotillo, La Zurza, 27 de Febrero, La Puya de Arroyo Hondo, El Aguacate y Los Ríos.
Estos sectores son afectados cuando se desborda el río Ozama y varias cañadas. Los deslizamiento de tierra son muy frecuentes debido a la construcción en zonas de pendientes y en terrenos inestable. Y al igual que Santo Domingo, las inundaciones urbanas constituyen un “dolor de cabeza” a causa de carencia de drenaje.
En la provincia Duarte 84 comunidades padecen por la crecida de los ríos Jaya, Cenoví, Yuna, Camú, La Cuba y Maney, así como varias cañadas y canales de riego. Varias poblaciones se encuentran en zonas bajas, sin drenaje.
En María Trinidad Sánchez 40 comunidades tienen riesgo a inundaciones por el aumento del río Nagua, el mar y falta de alcantarillado.
Mientras en la provincia Hermanas Mirabal suman 24 las zonas inundables por la crecida de los ríos Palmar, Jayabo, Juan Núñez y Arroyo Caña y varias cañadas.
En Samaná se afectan 13 localidades básicamente por el desbordamiento del río Yuna y penetración del mar.
Otra provincia con gran cantidad de comunidades inundables es Santiago con 51, mayormente por la crecida del Yaque del Norte y las cañadas Los Ciruelitos, Del Diablo, así por carencia de drenaje pluvial.
En Espaillat los ríos Moca, Licey, Jamao, Veragua junto a 10 cañadas inundan 53 comunidades, ubicadas en su mayoría en a parte baja de la ciudad. En varias zonas los deslizamientos de tierras son comunes por la inclinación del terreno.
En San Pedro de Macorís 32 localidades padecen de inundaciones por el desborde del río Soco y las escorrentías superficiales. Esto último afecta al centro de la provincia que se convierte en un “lago” cuando llueve mucho. Valverde las crecidas de tres cañadas y el río Yaque del Norte inundan 4,954 viviendas, de 26 comunidades.
Menor riesgo. Entre las provincias con menos vulnerabilidad a inundaciones y deslizamientos están Elías Piña con 10; Santiago Rodríguez con 13; Puerto Plata 14 (penetración del mar); La Altagracia 15; El Seibo 15, Hato Mayor 9, La Romana 11, Independencia 7, Baoruco 14; Monte Cristi 13 (aunque afecta el centro).
Aguas represadas
Aunque en el curso del Yaque del Norte existen 15 presas, estimaciones de técnicos del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos indican que sus aguas sólo están reguladas en un 60%.
Entre los ríos Yuna y Camú hay ocho presas. Estas aguas están reguladas en menos de 30%. La región del Yaque del Sur tiene seis presas y una regulación del 40% de las aguas. Mientras la zona entre el Ozama-Nizao hay cinco presas, aunque este último río tiene un gran complejo de obras hídrico, aún faltan más.
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