domingo, 29 de mayo de 2011

La Generosidad en el Amor

Por: Laura Abadi
Autora del libro “Salvemos al Amor”  
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-Te doy dos para que me des dos.

-Me das seis, te doy seis.

-Te doy cinco para ver si me das cinco o cinco y medio o para ponerte a prueba y ¿a ver si se te ocurre darme cuatro?

-Te di diez ¡Cómo ahora eres capaz de darme ocho¡

-Te di diez, veinte y nunca tuviste la ocurrencia de darme nada ¡Mezquino, miserable¡

-¡Yo, que di mi vida por ti y tú, maldita, nunca me tuviste en cuenta!

El amor no es matemático.
Cuando te concentras en dar esperando recibir, tu dar es mezquino.
Cuando te vinculas afectivamente con alguien es muy importante entender que las personas cambian y que pueden herirte, en algún momento El hecho de que una persona no te quiera como tú aspiraras que lo hiciera, no significa que no te quiera con todo lo que puede y tiene. Dos personas pueden mirar exactamente la misma cosa y ver algo totalmente diferente. En definitiva es aceptar que somos distintos en la forma de dar.
Si decides dar, concéntrate en lo que tú deseas ofrecer y con las manos abiertas.
Cuando amas de verdad disfrutas de la satisfacción de dar sin esperar nada a cambio.
El amor no es una competencia o una venta. Debes ser generoso.

Además cuando amas haciendo cuentas no generas confianza ni aceptación en ti, ni en los demás.
Recuerda que puedes hacer algo en un instante que te puede causar dolor de por vida.

Cuanto más ames es probable que te amen más a ti. Lo que no implica que des tu amor de manera desmedida a cualquiera. Ahora cuando tú lo eliges a él o a ella, es elemental que te entregues amorosamente y de manera generosa.

Se cuenta que un maestro contó la siguiente historia a sus discípulos:
En una ciudad perdida en el mapa, unos hombres habían quedado encerrados, por error, en una oscura caverna donde la visibilidad era casi nula.

En un momento uno de ellos logró prender un cirio con el último fósforo que poseía, pero la luz seguía siendo escasa y sólo le permitía ver a él un poquito más.
Sin embargo ese hombre pensó que con su luz podría ayudar a los demás para que prendieran sus propios cirios, aún corriendo el riesgo de que el propio se apagara.
Y de pronto, cuando compartió la llama con todos, la caverna se iluminó por completo.
Un discípulo le preguntó al maestro -¿Qué nos enseña esta historia?

-Nos enseña que nuestra luz sigue siendo oscuridad si no la compartimos con otros y además, -agregó- compartir no desvanece nuestra luz, sino que por el contrario la hace crecer. El compartir no nos hace más pobres, nos enriquece.

El verdadero amor es una flor que se siembra con honestidad, se riega con amor y crece con la luz de la comprensión.
Si tu vela enciende la de tu pareja, podrían brillar e iluminar ambos corazones con amor.

Arriésgate a compartir tu luz, tu amor, tu tiempo y tu vida con alguien...

“...Aprendí en este tiempo que las estrellas brillan mas cuando uno se enamora, que la gente es mas linda, que se puede ser feliz en días grises y que el corazón puede latir de diferentes maneras...”

“Ámame cuando menos lo merezca, ya que es cuando mas lo necesito”


Reflexiona:

• ¿Cómo expreso mi amor?

• ¿Comunico mis sentimientos? ¿Los expreso o me contengo por miedo a la reacción del otro o expreso mucho amor demasiado pronto?


Si no controlas tus actitudes mezquinas,... ellas te controlarán a ti.

“Las raíces en el amor se hunden profundamente y se extienden muy lejos. Ellas son arterias que nutren nuestra vida, por eso debemos asegurarnos de que reciban el sol y el agua que necesitan para alimentarnos. Y cuando ponemos algo bueno en el mundo, algo bueno recibimos”

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