viernes, 20 de mayo de 2011

Desde Barahona

Mucho ruido y pocas nueces

Por: David Ramírez

El autor es periodista

“De lo heroico a lo ridículo no hay más que un solo paso"
Simón Bolívar

El Diccionarios de la Real Academia Española define ridículo, derivada del latín ridicŭlus, todo aquello que por su rareza o extravagancia mueve o puede mover a risa.

Una persona ridícula no es digna de ser tomada en serio, está expuesta a la burla y al menosprecio de la colectividad. Por lo tanto, una persona ridícula no se aprecia, se desecha.

La ridiculez, es una de las peores cualidades que puede adornar a un político.

En la política, tal y como la conocemos desde hace mucho tiempo, en determinadas circunstancias, se puede caer en el ridículo político sin ser necesariamente un político ridículo.

Pero cuando ambas cosas se unen muy a menudo en un precandidato político, éste pierde el activo más preciado que pueda tener en el electorado: Credibilidad y respeto.

En el Partido de la Liberación Dominicana hemos visto no uno, sino cuatro precandidatos que, en su afán por lograr la candidatura presidencial por esa colectividad, se han convertido en los hazme reír de los ciudadanos en los últimos días por su pobre espectáculo de presumir tener una fuerza que no tienen ni nunca tendrán en la fila morada.

Consciente los cuatro que sus números, de manera individual, no alcanzan para derrotar la precandidatura de Danilo Medina, han decido establecer una “alianza estratégica” con el propósito de detenerla o por lo menos, dizque presentar batalla en la próxima convención interna del partido morado.

Los argumentos para tal alianza, según ellos, es que juntos tienen más de 80% de la simpatía en la próxima convención interna, incluso uno de estos precandidatos afirma que por sí sólo derrotaría en la primera vuelta la precandidatura de Danilo Medina, lo cual no deja de ser una declaración ridícula. No hay que ser militante peledeísta para darse cuenta que ambos no representan ni el 15% de la simpatía en ese partido.

¿Pero que buscan entonces esos precandidatos al participar en una convención que todo el mundo sabe de antemano que saldrán derrotados? Sencillo estimados lectores, ganar fuerza para ver si logran caer en la ruleta de Danilo Medina cuando decida escoger a su acompañante de fórmula o, en todo caso, negociar algunos ministerios importantes si el candidato peledeísta logra triunfar en las próximas elecciones presidenciales.

Esta estrategia no tiene nada de malo, en política todo se vale. Pero si estos son sus propósitos, lo ideal para estos precandidatos es cuidar sus pasos, actuar con mesura para evitar caer en el ridículo político al buscar notoriedad en los medios con declaraciones payasescas que al final tendrían efectos devastadores.

Es cierto que en una campaña interna un precandidato debe decir y prometer lo indecible a sus votantes, pero evitando caer en el ridículo político cuando sólo logre obtener miserables resultados electorales, porque estaría sólo a un paso de ser identificado en el futuro por la colectividad como un político ridículo que sólo habla ridiculeces.

Así que la alianza estratégica contra la precandidatura de Danilo Medina tiene como único propósito crear un impacto publicitario, porque juntos, estos precandidatos no llegarán a ningún lado en la próxima convención peledeísta.

De persistir en sus aprestos, al final estos precandidatos quedarán ante los ojos de la militancia peledeísta como los hazme reír del partido morado.

Esta alianza, si logra consumarse será, como dicen los viejos:
Mucho ruido y pocas nueces.

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