sábado, 23 de abril de 2011

Mundo

"En Bolivia es más fácil encontrar un kilo de coca que un kilo de azúcar”

07:30h | Santiago Zarraga
Si algo tiene Bolivia son recursos naturales: azúcar, sal, gas natural, hierro… Pero el contrabando está a la orden del día en sus fronteras. La crisis alimentaria es una constante para todos los ciudadanos. Pero lo seguro es que la calle protesta.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha dicho que habrá un 
aumento “significativo” de los salarios después de subir el precio de 
los carburantes.
¿Imaginas llegar al supermercado y no encontrar azúcar? ¿Lo buscarías entonces en el mercado negro? ¿Y si te pidiesen el triple del precio normal? Así de complicado es para la mayoría de los bolivianos. “Fue muy triste ver Bolivia en ese estado", dice Ruth Gutiérrez. Esta boliviana licenciada en Economía, llegó a España hace cuatro años buscando trabajo y que ahora se dedica a limpiar casa. Hace tres semanas que ha visitado su país por primera vez desde que se fue, su resumen del viaje: “La situación económica en Bolivia es dramática”.

Gutiérrez, enumera los problemas: precios altos, corrupción a la orden del día, desorden social, carencia de recursos básicos como el azúcar o el arroz, el mercado negro metido en todos lados. Esta economista residente en España afirma que “es más fácil encontrar un kilo de coca que un kilo de azúcar”. Pero no es un secreto, en Bolivia saben bien la situación por la que pasa el país.

“Hay mucha gente que oculta el azúcar y lo revende al triple de precio”, denuncia Jaqueline Maldonado. La periodista boliviana explica que hace unos meses se podía comprar un kilogramo de azúcar por 4 pesos (menos de 40 céntimos de euro) pero ahora los bolivianos pueden llegar a pagar el triple, hasta 10 o 12 pesos, dice Maldonado.

Precios desconocidos

Sin embargo, el problema en Bolivia no es solo el azúcar. A finales de 2010, el Gobierno subió los precios de la gasolina a niveles desorbitados, en un intento de equiparar los precios con los que se conocían a nivel internacional. Pero el Ejecutivo de Evo Morales se enfrentaba a un rotundo 'no' de los transportistas, y desde la calle obligaron al gobierno a dar marcha atrás.

El origen de esta carencia parece ser la especulación de los grandes comerciantes. “Prefieren sacar el azúcar en camiones para venderlos a un precio mayor en otro país”, explica Abraham Pérez, economista del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Mayor Andrés de La Paz.

Una de las razones para este contrabando: el interés del azúcar como elemento para elaborar biocombustibles. Esta situación hace que su precio sea mayor en el exterior que el que tiene para el consumo humano. Pero el contrabando en Bolivia está descontrolado. Pérez apunta a “los fallos en los mecanismos de información del Gobierno” como la causa principal.

Contrabando de azúcar, gasolina y cocaína

En la misma línea, Maldonado explica que su país “debe detener el contrabando de gasolina para que a la gente no le falte en los surtidores”. Pero las complicaciones no vienen solas para la economía boliviana, que también observa cómo el negocio de la coca aumenta por momentos.

“El presidente es juez y parte en esto”, aclara Maldonado. El origen político de Morales está en Cochabamba, la región coquera más antigua de Bolivia. Allí, el actual presidente del país era el portavoz de los coqueros, a los que ahora sigue apoyando. El presidente boliviano ha iniciado también una campaña internacional para que el consumo legal de hoja de coca deje de "penalizarse y satanizarse".

Intervención internacional, por favor

La entrada de Morales en el Gobierno produjo un corte radical con Washington. Así, además de representantes de la diplomacia, los agentes de la Administración Anti Droga de EEUU (DEA) también salieron de Bolivia. Y con la DEA se fueron muchos sistemas de vigilancia y prevención del narcotráfico, con lo que Bolivia ha quitado el puesto a Colombia de mayor país exportador de cocaína, asegura Maldonado.

Las cuentas no salen. Según la periodista boliviana, el diez por ciento de la producción de coca está destinada a la coca mascada, otro diez por ciento a la elaboración de productos industriales y el ochenta por ciento es el que va a parar al narcotráfico. “Si no es EEUU, que sean otros aliados los que nos ayuden”, clama la periodista boliviana.

Además, Maldonado explica que “se están implementando las tecnologías para la producción de cocaína, en las grandes mafias están metidos los colombianos”. Pero si hay una tecnología necesaria es la de los países extranjeros. “Hace falta la intervención de otros países que permitan detectar las zonas de crecimiento excesivo en la producción de la coca”, coincide el profesor Pérez.

Los beneficios de la ayuda internacional irían más allá, la inversión extranjera “también traería empleos”, dice con ensoñación la boliviana y española Gutiérrez.

noticias.lainformacion.com

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