viernes, 11 de febrero de 2011

Historias

Evocación de una noche
8 de 8

Por: Emerson Fortuna Batista
El autor es abogado, escritor y comentarista de TV

(La presente es una historia ficticia, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia)

Entonces, volví en sí, estaba conduciendo, y dejé la chica que se me olvidaba en su sitio, del mismo lugar de donde la saqué. Varias veces, me dijo su nombre, pero, no lo logro recordarlo.

La verdad, es que, inmediatamente me lo decía, al comenzar otra conversación, lo olvidaba (tal vez, esto mismo le ha pasado a otras personas, y no me refiero a hombres únicamente), pero, no olvidaba que me lo había dicho, por eso no lo preguntaba, aunque, no se por qué, me sentí culpable de no recordarlo, después de todo, era solo una noche, y eso, lo sabíamos los dos, al menos yo, porque, antes de irme, me reiteró su nombre, una vez más, para cuando vuelva pregunte por ella, y que le había gustado. (Cosas de rutina, pensé yo... no tenía cabeza para fantasear en esas cosas).

Al ella desmontarse del vehículo, y no se por qué, pero tenía la certeza de que, sería la ultima vez que vería a esa chica en mi vida, no se por qué. Se portó excelente.

Me largué a mi casa, iba a pensar, que fue una estupidez haber ido a esa casa de citas, pero luego recordé, que no tenía nadie que me reclamara, además, a veces, solo a veces, es mejor comprar hecho el amor. Al llegar, seguí recordando los besos allí…el quitarse la ropa…y esos pantis… ¡oh! Que pantis…pero estaba cansando, y ebrio.

Me saqué mis zapatos sin medias, la camisa, el jean, y así me acosté.

Hubiera seguido durmiendo más al otro día en la mañana, pero, sonaba mucho el teléfono, y no me quedo más remedio que ir a tomarlo.

Era mi mamá, para saber de mi, y cosas por el estilo.

Y a medida que me preguntaba, le iba respondiendo casa una de sus inquietudes, a la vez que pensaba: “¿No podía saber de mi algo mas tarde? ¿Por qué me despertará ella, si eso lo hace mi papá?” (A mi papá no le gusta que uno siga durmiendo pasado las diez de la mañana. Aunque, a veces pasa), no le dije nada de esto que pensaba, después de todo siempre le gusta saber de mi al día siguiente, qué hice, donde fuí, si cené, si comí, si me estoy cuidando, etc.… pero nunca, nunca tan temprano, aunque no siempre me levanto tarde ya he dicho, pero, después de todo, era domingo, no recuerdo bien el orden de lo que hablamos….en realidad no recuerdo de qué hablamos, pero si sé para qué me llama.

Ya en la cama no pude conciliar el sueño, solo daba vueltas, y al fin, decidí levantarme, ya definitivamente.

Lo primero que hago siempre es prepárame un café, y en lo que este se colaba, fui a orinar, cepillarme, etc.…fui a la habitación, y busque un cigarrillo, y entonces me tomo mi café en conjunto con mi cigarrillo, a veces desayuno, a veces no, pero, esa mañana, decidí comer corn flakes con leche.

Luego, ese domingo temprano, me bañé, me puse mi jean claros, mis zapatos sin medias, y opté por un polo-shirt, y no camisas esa vez…

Y ahora vine a este café, cerca de mi apartamento, que tanto me gusta, miro mi reloj, son las 10: 48 de la mañana. Me gusta sentarme en esta mesa, al lado de la vidriera, mientras miro a la calle, la gente, vehículos pasando etc.… me bebo una pequeña (cerveza), pero yo llevaba dos en vez de una cerveza, y acabando de darme mi primer trago, llega mi chica misteriosa. Yo, sin esperarla, pero sin sorprenderme, aparentemente, le pregunto:

-¿Por qué tardaste tanto? Y me di un trago de mi cerveza..

-Había mucho tránsito. Responde ella, y también se da un trago de la otra cerveza.

Me paro, acerco lo más que puedo mi cuerpo con el de ella, y la beso. Ella, me corresponde. Y mientras la beso, sin dejar de disfrutar ese instante, pienso “Dios, cuanto me hacía falta otro de estos”.

-Esta vez-dije yo-no te dejaré ir.

-No será necesario-respondió-así que no te preocupes.

Nos quedamos mirándonos fijos unos segundos, entonces nos sentamos uno frente al otro.

Primero-digo yo-dime tu nombre.

-Karla.

Me sorprendió, y no sé por qué.

-¿Eso es todo? ¿Karla? Preguntaba sonriendo.

-Bueno-dice ella-me preguntaste mi nombre ¿no?, solo que el mío es con “K”

-¿Con “K” de Kilometro?

-¿Existe otra “K” mi vida?

Me agarró la cara con sus suaves manos, y nos acercamos en medio de la mesa y nos besamos de nuevo.

-Dame tu celular-Le dije acabando de sacar el mío, listo para apuntar.

-Ya lo tienes apuntado mi amor.

Entonces, me puse a buscar…

--es la única Karla que tienes en tu celular. Dijo ella sonriendo.

Entonces, lo marqué, y ella sacó el suyo, y era, efectivamente, el que estaba sonando.

-Pero descuida, ya me haces demasiada falta.
Sonreímos, y brindamos, chocando una cerveza con la otra.

-Por el amor-dijo ella-de los dos

-Por ti- Dije yo.

-Por los dos- Dijo ella-Y ahí tomamos-al empezar a leerte, quise conocerte, pero, después de esa noche, no he podido estar sin ti….

-Bueno, respondía yo, con aire de importante, en broma-veré que puedo hacer por ti.

-¡Tonto!-dijo ella sonriendo, entonces yo también sonreí.

-Siéntate aquí a mi lado, amor-le dije haciéndole un espacio, y lo hizo sin dudar, y la abracé-quiero saber todo de ti. Quiero que me cuentes absolutamente todo.

-¿En verdad quieres saberlo todo?

Lo pensé unos segundos, sin decirle nada, sin mirarla, me dí un trago de mi cerveza, y le dije…

-Pensándolo bien, mejor no, pero quiero saber casi todo.

Ella sonrió, me cogió la barbilla con sus manos para que la mire, y nos besamos.

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