martes, 8 de febrero de 2011

Cosas Para Recordar

"Vale Toño Sanjuanero"

Por:Carlos Vicente Castillo (Villa)
El autor es abogado y escritor

Muchos sanjuaneros no saben como surgió en nuestro pueblo el sobrenombre “El VALE TOÑO”, tal vez ni usted lo sabe, creo yo. Pues bien, el VALE TOÑO Sanjuanero, surge en nuestro pueblo cuando el distinguido y probo cibaeño Ramón Antigua (Moncito), ya fallecido llegó a esta ciudad del sur en la década de los años 40, ejerciendo el oficio de buhonero, es decir, como vendedor de equipos de mesa, tales como: tasas, platos, cucharas, tenedores, vaso, bandejas y manteles, etc.

Más tarde Moncito que era su apodo predilecto y muy joven aún, cambió el tipo de venta y se dedicó a comprar en Santo Domingo sacos de vestir y trajes completos usados, los cuales revendía aquí en San Juan, como sucede hoy en día con los sacúdelos. Los vendía entre las personas pudientes de la pequeña ciudad de entonces, es decir, entre los ricos, pero también a algunos pobres. Como a algunas personas los sacos le quedaban muy grande de ahí el sobre nombre a Moncito de “Vale Toño”, apodo que a él le gustaba, pues nunca se ofendió ni le ofendió a nadie porque le llamaran Vale Toño.

En el lugar donde Moncito se colocaba a realizar sus ventas, era precisamente en la Calle Colón Esq. Independencia, en la acera de la hoy Farmacia “San Juan”, propiedad que fuera de la Dra. Esperanza Miguel, siendo el local propiedad del español GONZALO GUEMEZ, esposo que fuera de la distinguidísima educadora Doña Fior D’ Aliza Naut.

Con el tiempo, Ramón Antigua, se hizo un gran comerciante, próspero, pero aún siempre le llamaban Vale Toño. Fue un hombre de acrisolada personalidad, serio, honesto, inteligente y amigo sincero. Durante algún tiempo desempeñó las funciones de Regidor del Municipio de San Juan de la Maguana. Casó en una primera nupcia con la educadora Violinista Doña Aurora Betances.

Hubo otro Vale Toño en esta ciudad, se trataba de un trabajador de la carne que por cierto cargaba esta mercancía desde el matadero hasta el mercado en sus espaldas. Era un hombre rudo, grueso y pequeño, del cual no recuerdo su nombre, residía en los alrededores del cementerio. En ese entonces no habían vehículos y ni siquiera carreta para cargar la carne al mercado.

1 comentario:

  1. Estas son paginas de cultura sanjuanera indudablemente que el Dr Castillo nos ofrece como acerbo cultural para el conocimiento de personajes y frases eminentemente sanjuaneras

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