lunes, 10 de enero de 2011

Ataque a Giffords revela caos político

Shailagh Murray y Sari Horwitz / The Washington Post

Tucson, Arizona.- La balacera del sábado pasado que dejó gravemente herida a la congresista Gabrielle Giffords, demócrata de Arizona, y provocó la muerte de un Juez federal y cinco personas más, suscita serios temores de que el acalorado discurso político en el país ha tomado un sesgo peligroso.

La policía detuvo a un hombre de 22 años tras la balacera que ocurrió afuera de un supermercado, donde Giffords se dirigía a un grupo de partidarios.

El individuo le disparó a Giffords en la cabeza a corta distancia y después siguió disparando contra los ahí reunidos, aseguraron autoridades. La legisladora era el principal blanco del ataque, reveló la policía.

Agentes del orden y personal médico de Arizona dijeron que al menos 18 personas recibieron disparos durante el ataque y que seis de ellas perecieron, incluyendo a John Roll, principal juez federal de distrito en Arizona y Gabe Zimmerman, directora de Relaciones Comunitarias de la legisladora. En el lugar también murió la niña Christina Taylor Green, quien nació justo el día de los ataques terroristas del 2001. Resultaron heridos otros dos colaboradores de la congresista Giffords.

Aún no queda clara la motivación del sospechoso, identificado como Jared Loughner.

Un individuo que usa el mismo nombre ha subido a YouTube confusos videos con mensajes en contra del gobierno, mismos que las autoridades analizan. Al cierre, Loughner se rehusaba a cooperar con los investigadores.

En una emotiva conferencia de prensa, el alguacil del Condado de Pima, cuya sede es Tucson, Clarence Dupnik, denunció el “vitriólico” clima político del país y dijo que Arizona ha tenido su participación en el rencor tras su controvertida campaña contra inmigrantes ilegales.

“La ira, el odio, la discriminación que ocurren en este país han llegado a ser infames y desafortunadamente Arizona se ha convertido en una especie de capital”, lamentó Dupnik. “Nos hemos convertido en la meca del prejuicio y la discriminación”.

La feroz retórica que ha llegado a dominar la política, dijo Dupnik, “puede referirse a la libertad de expresión, pero tiene sus consecuencias”.

Al enterarse del ataque, el presidente Obama de inmediato despachó en Tucson al director del FBI, Robert Mueller, mientras la policía del Capitolio, encargada de la protección de los legisladores, hizo un llamado a los congresistas a adoptar “medidas razonables y prudentes” en relación con su seguridad personal.

Richard Carmona, excirujano general y amigo personal de Giffords, dijo que la herida “es en verdad devastadora, pues atravesó el cerebro y podría requerir otra operación”.

El arma utilizada en el ataque, fue una Glock de 9 mm, tenía un cargador especial de 30 balas. Tras vaciar el primer cargador Loughner trató de escapar, pero lo derribaron dos integrantes del público. Llevaba otro cargador de 30 balas y dos de 15 cada uno.

Giffords, cuyo distrito hace frontera con México, es considerada muy cercana a la comunidad hispanoparlante y además fue reelecta en diciembre pasado.

La congresista está casada con Mark Nelly, astronauta y piloto de la Marina.

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