Una breve reflexión

Prédica y enseñanza, sutil diferencia

Por: Félix Eduardo Diní Saldaña
El autor es catedrático universitario

"La verdad se corrompe tanto con la mentira
como con el silencio"
Marco Tulio Cicerón

A la profesora Josefina C. E., como aporte.

Recientemente participé de una situación donde se puso de manifiesto la sutil, pero marcada diferencia que existe entre la prédica y la enseñanza. La persona protagonista de dicha situación aparte de ser profesora en ejercicio, posee una fuerte convicción religiosa, por lo que intentaremos a modo de aporte al debate, presentar una breve reflexión acerca de la distinción que existe entre ambas acepciones desde la perspectiva cristiana, además, como una es corolario de la otra.

Mateo dice que Jesucristo, iba por todas las ciudades Predicando y Enseñando (Mt. 11:1). Con ésta base podemos partir para ampliar los términos Predicar y Enseñar como tareas del cristiano.

En cuanto a la predicación y su significado de obligación Divina Marcos 1:38 registra que Jesús no quiso volver a los que le buscaban por su poder sanador, sino que se esforzó en ir a las aldeas vecinas para Predicar allí, porque para esto había venido, ósea a decir la verdad. Pedro y Juan respondieron a las restricciones del sanedrín con la declaración: “No podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído” (Hch. 4:20) Este sentido de compulsión es la condición esencial de la verdadera predicación, pues ésta no es la mera recitación de verdades naturales, por interesantes y morales que sean, es más bien, Dios irrumpiendo en los asuntos vitales del hombre y confrontándolo con la demanda de una decisión. Esta clase de predicación provoca oposición y Pablo nos enumera una lista de sufrimientos por causa de ella (2 Co. 11:23-28).

Puesto que la predicación demanda fe, sus elementos no pueden ser sustituidos por la elocuencia de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de Poder (1 Co. 1:17; 2:1-4). Pablo rehusó proceder con astucia o engaño, adulterando la Palabra de Dios, antes bien, procuró recomendarse ante la conciencia de cada hombre mediante la clara presentación de la verdad (2 Co. 4:2). Ocultar una verdad es igual a la mentira misma y es mayor aun la falta, pues este ocultamiento se traduce en engaño y termina convirtiéndose en traición cuando se mantiene por mucho tiempo. La conmoción interna del corazón y la conciencia del hombre no resulta de la influencia persuasiva de la retórica, sino de la clara y franca presentación de la verdad de las cosas, con toda su simplicidad y poder, es pues la predica el discurso de la verdad.

¿Que es ensenar? De acuerdo a Mateo Jesucristo lo hacía al recorrer Galilea (Mt. 4:23), aprovechando toda ocasión para cumplir con su objetivo (Mt. 5:2), la enseñanza consiste en mostrar a los demás como hacer las cosas, con acciones que sirvan de ejemplos. Solo en conexión con el Espíritu se puede como maestros enseñar a otros, pues dice la Escritura que es él quien nos guiará a toda verdad, hablándonos todo lo que oiga, haciéndonos saber todas las cosas que han de venir (Jn. 16:13; 1 Co. 2:13). Enseñar es algo más que instruir, es guiar al discípulo y como lo dice la Palabra “a fin de que el hombre de Dios sea capaz, apto o maduro, enteramente capacitado para toda buena obra” (1 Ti. 3:16-17).

La enseñanza a diferencia de la predicación está constituida por un conjunto de procedimiento, orientados a la práctica. La enseñanza no es más que la interiorización y aplicación del aprendizaje teórico. El mejor modelo de cómo es la enseñanza desde el punto de vista cristiano lo vemos en Jesús quien; hacia y enseñaba (Hch. 1:1). El Señor alerto a sus discípulos para no simplemente decir sino a vivir lo que decían (1 Ti. 2:7). Las personas demandan una enseñanza con hechos y no palabras. Todo aquel que enseña con ministerio o por tener el don de la enseñanza, debe hablar conforme a la doctrina de Cristo y de sus apóstoles, su espada ha de ser la verdad y su escudo la conciencia. El apóstol Pablo por ejemplo, había sido constituido maestro de los gentiles y recorría diferente regiones enseñando la Palabra del Señor (Hch. 15:35; 18:11).

Es pues profesora, que la condición del cristiano, de persona temerosa de Dios le exige por difícil y dolorosa que sea la situación proceder con verdadero sentido de enseñanza y no quedarse en el simple discurso retorico, la verdad es la base de la fe, hace al hombre libre mientras que la mentira le ata al pecado, le vuelve indigno ante los demás, haciéndole esclavo del engaño y la traición. No es decirse ser persona honesta y sincera, es actual con sinceridad y responsabilidad; es enseñar con los hechos.