
De esta forma, España pasa de ser uno de los países más permisivos con el consumo de tabaco a tener una de las legislaciones más restrictivas de Europa en ese sentido.
“Tenemos que ser civilizados”, dijo Angel Peña, de 53 años, un fumador que sin embargo comparte el espíritu de la normativa. “Nadie tiene por qué aguantar nuestros malos humos”.
La nueva ley, que entrará en vigor el 2 de enero, ha enfrentado una fuerte oposición de los hosteleros, que entienden que la prohibición vaciará los locales de ocio.
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