domingo, 7 de noviembre de 2010

El suroeste atrás

Lluvias huracán Tomas golpea poblaciones del Suroeste

Deterioro. El paso vehicular en El Salado de Neiba fue desviado por el deterioro de este puente.

Tamayo, Baoruco.-Las lluvias provocadas por el huracán “Tomas” pusieron al descurbierto la fragilidad de los servicios básicos en los pueblos de la región Suroeste del país.

Los aguaceros y la consecuente crecida de los ríos, como el Yaque del Sur, derribaron deteriorados puentes y agrietaron carreteras, incomunicando a varias localidades situadas en la parte baja de su cauce.

En tanto que los vientos, que no fueron tan fuertes como se había pronosticado, derribaron prácticamente el tendido eléctrico, evitando así que los pobladores recibieran las orientaciones de las autoridades a través de los medios de comunicación.

La debilidad del sistema pluvial también salió a flote y algunos pueblos como Tamayo y Barahona se inundaron solo porque las aguas generadas por las lluvias no pudieron hacer el dranaje adecuado. Paradógicamente, el agua potable escasea en estos pueblos, ya que los acueductos en su mayoría dependen de la electricidad.

Todo al hombro

Unidad. Estas mujeres ayudan a los hombres a sacar los plátanos a un lugar transitable en el Batey Los Robles de Tamayo, en la cercanía del canal Trujillo. El río Yaque del Sur inundó las propiedades y afectó la agricultura.

Las vías de comunicación cortadas provocan que los campesinos tengan que sacar sus productos “al hombro” y a muy larga distincia en una fatigosa jornada en la que se involucran hasta las mujeres.

El tránsito por la carretera Tamayo-Neyba fue desviado en la comunidad El Salado, en Galván, debido a la ruptura de un puente. En la vía que enlaza a las comunidades Duvergé y Neyba el tránsito quedó interrumpido, debido al deterioro de un paso a desnivel que se improvisó hasta que culminé la construcción de un puente, justo en el sector denominado La Colonia Mixta.

CON LLUVIAS, PERO SIN AGUA Y SIN LUZ
La avenida Libertad, la principal del municipio Tamayo, se pone intransitable cada vez que llueve, al convertirse en “un río”.

Lo mismo sucede en la comunidad El Peñón, donde varias viviendas aún continúan inundadas por las aguas, obligando a sus propietarios a “inventar mil métodos de desagüe”.

La crecidad de La Laguna de Cabral prácticamente dejó incomunicado este municipio con El Peñón y Mena. Una situación similar ocurrió en las comunidades Cristóbal y Las Salinas.

La cafetalera zona de Polo también sufrió los embates de los agretamientos de la carretera y la caída de los puentes, aunque el tránsito está restablecido.

La caída de los postes y las redes del tendido eléctrico, unido al ya debilitado servicio, fue una de las principales preocupaciones de los moradores, que esperaron el ciclón a oscuras y sin oir la radio y mirar la televisión.

Brigadas de Edesur fueron vistas en varios puntos tratando de restablecer el servicio de energía. La escasez de agua potable se comenzó a sentir ayer debido a la inutilidad del sistema de distribución del acueducto regional, construido recientemente.

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