domingo, 17 de octubre de 2010

Concluyendo

La oportunidad de Juan (3-3)
La Misión

Por: Alejandro María
El autor es abogado y político

La misión del Ing. Agr. Juan Rodríguez, Director General del Instituto Agrario Dominicano, es convencer al señor Presidente de la República, Dr. Leonel Fernández de que la Reforma Agraria Dominicana es viable y conviene al país.

(El autor de estas notas recibió las primeras enseñanzas de Reforma Agraria de la venerable Maestra doña Lucy de Silfa; laboró como Asesor Encargado del Departamento de Desarrollo Social, 1992-96)

Foto: Juan Rodriguez, con traje crema, el día de su toma de
posesión. A su lado, izq. el Ministro de Agricultura, Chío
Jiménez y el saliente director del IAD, Rodriguez Pimentel

La renuncia del admirado y poderoso hombre de Estado don Luis Julian Pérez a la Presidencia de la influyente Comisión Nacional de Desarrollo, que despachaba ante el señor presidente de la República doctor Joaquín Balaguer, al igual que la de los cuatro mas altos Jefes Militares, son las reacciones mas potentes que provocó la implementación del Código Agrario Dominicano.

La Reforma Agraria Dominicana produjo dos mártires: la activista campesina afiliada a la CASC, Dominga Soriano (Mamá Tingó) y el periodista y miembro del CC del PCD, Orlando Martínez, los autores materiales del crimen de este último fueron juzgados y sentenciados por los tribunales.

Las izquierdas, (a excepción del PCD), la oligarquía criolla, los antitrujillista que se apropiaron de las fincas que habían sido del dictador, se opusieron a las leyes agrarias patrocinadas por el Dr. Joaquín Balaguer.

Por la fuerte oposición de estos sectores tan poderosos y peligrosos fue imprescindible que al inicio de la aplicación del Código Agrario Dominicano los militares jugaran un rol importante a fin de doblegar la resistencia de los nuevos” trujillos” poseedores de la tierra.

En las gestiones de los señores presidentes Hipólito Mejìa y Leonel Fernández, el IAD ha sido convertido en una inmobiliaria y, en el mejor de los casos, el insumo humano de reuniones, reuniones, más reuniones y más reuniones y…más reuniones fotos en los periódicos.


La razón de esta inoperancia, de esta degeneración de la Reforma Agraria Dominicana, está en lo poderoso que son los sectores, que hoy como ayer, se oponen a que los campesinos tengan un pedazo de tierra en donde producir para ellos y nosotros.

He escuchado decir que el Ministro de Agricultura es de los que piensa que la Reforma Agraria Dominicana no es viable, que es contraproducente y que es un obstáculo para el desarrollo de la gran empresa privada por lo que promueven la desaparición del IAD y han logrado su inoperancia.

Sin embargo es mucho que se puede, debe hacer y prever.

La producción de alimentos todos la proclamamos.
Tres millones de personas dependen directamente de la Reforma Agraria Dominicana.
Hay suficiente tierras para el sector privado, los terratenientes y la Reforma Agraria Dominicana.
No son antagónicos, lo primero para que tantos salgan de la pobreza y unos pocos disfruten en paz su riqueza, permitir que los mas pobres superen la miseria por sí mismos.

La Reforma Agraria Dominicana está moribunda victima de los que no aprendieron la lección de centro y sur América y creen que esta paz es fruto de la chepa.
Si no hay justicia no hay paz.
Y sin paz los que tienen qué perder, lo pierden todo.
El acuerdo ha de ser la coexistencia entre la gran empresa agraria, terratenientes, finqueros de boutique y Reforma Agraria Dominicana.

La misión de Juan es tener una visión humana y reivindicadora de la Reforma Agraria Dominicana y apoyarse en los valores de la Justicia Social, del Bien Común, la base para que se haga realidad el sueño del profesor Juan Bosch “Que la felicidad sea un hábito en cada hogar dominicano”.

Esa es la oportunidad de Juan …o la de ser un Director como sus predecesores inmediatos para lo que no necesita ninguna de las condiciones que él tiene, al contrario, tendrá que adquirir nuevas y renunciar a las que le han dado sentido a su vida política. El escoge. O acepta su misión o pierde su oportunidad.

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