Santos: Prioridad será reconstruir lazos con Caracas y Quito
BOGOTA, Colombia.-El nuevo presidente de Colombia Juan Manuel Santos, en un giro de 180 grados respecto de su predecesor en tono, estilo y agenda, afirmó el sábado que una de sus prioridades será reconstruir las relaciones con Venezuela y Ecuador, y negó que esté cerrada la puerta al diálogo con las guerrillas colombianas, pero sólo si éstas se someten a la ley y renuncian a las armas.
En un discurso de 50 minutos, interrumpido más de una docena de veces por aplausos, Santos dedicó buena parte del mensaje a destacar su compromiso por reducir la pobreza y el desempleo, y por mejorar la calidad de vida de los colombianos, tradicionalmente descritos como parte de las razones para el largo conflicto armado interno, que data de los años 60.
Con un tono de voz pausado y un discurso que delineó una agenda cuyos temas van desde la educación hasta el medio ambiente, Santos, un economista de 58 años, marcó diferencias con su antecesor, Alvaro Uribe, con un lenguaje más simple y concentrado en sus ocho años de colaboración con el gobierno (2002-2006/2006-2010), combatiendo a las guerrillas, a las que efectivamente hizo retroceder a remotos puntos del país.
Fue precisamente bajo la gestión de Santos como ministro de Defensa (2006-2009) que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) recibieron sus más duros golpes, catapultando a Santos a su candidatura presidencial en nombre del oficialista Partido Social de Unidad Nacional (Partido de la U).
Y ya sin la presión de tener a grupos rebeldes en las afueras de grandes ciudades, Santos, quien gobernará en el cuatrienio del 2010 al 2014, pareció más centrado en las raíces de los problemas, desde la economía hasta el uso y propiedad de las tierras.
No dejó, empero, de mencionar a Uribe, al que calificó de un dirigente "genial" e "irrepetible" provocando una salva de aplausos de pie de los asistentes, entre ellos los mandatarios de más de una docena de países de la región, desde el de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, hasta el mexicano, Felipe Calderón.
"Uno de mis propósitos fundamentales como presidente será reconstruir las relaciones con Venezuela y Ecuador", dijo Santos en su discurso desde un podio colocado en la escalinatas del Congreso y de frente a la céntrica Plaza de Bolívar.
Tras meses de gestiones, Colombia y Ecuador designaron a fines del año pasado encargados de negocios, tras la ruptura de relaciones por parte de Quito en el 2008 por un ataque de fuerzas colombianas a suelo ecuatoriano para eliminar un campamento de la guerrilla de las FARC.
En un gesto de que esas relaciones con Quito irían camino al restablecimiento, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien no visita Colombia desde octubre del 2007, llegó el sábado para tomar parte en los actos de posesión.
En la casa de gobierno, Correa y Santos sostuvieron un encuentro bilateral. Poco después el mandatario ecuatoriano calificó de "positivo" el encuentro y dijo a reporteros en el hotel del centro capitalino, donde se hospedaron la mayoría de las delegaciones invitadas, que recibió datos que por mucho tiempo había exigido su gobierno como condición para el restablecimiento pleno de relaciones.
"Fue un diálogo muy positivo. Acaban de entregar los dispositivos de los computadores" rebeldes decomisados por Colombia en el ataque militar de marzo del 2008, dijo Correa.
"Las cosas van por muy buen camino", aseguró.
Sin embargo, dijo que falta aún que "se cumplan otros requerimientos" como entregar datos sobre el bombardeo mismo al campamento insurgente y las bombas utilizadas, que Quito ha insistido podría haber sido estadounidenses y salidas de la base de Manta, en territorio ecuatoriano.
Sobre el proceso que lleva la justicia ecuatoriana a funcionarios colombianos, en razón del bombardeo, Correa aseguró que Santos, uno de los investigados, tiene ahora la investidura presidencial y con ella un fuero especial.
"Como presidente de la república el presidente Santos tiene inmunidad soberana. El puede ir cuantas veces quiera al Ecuador y tiene todas las garantías del caso y ojalá lo haga muy pronto", indicó Correa.
Venezuela rompió relaciones con Colombia el 22 de julio, molesta por las denuncias hechas aquel día por Bogotá ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), de que en territorio venezolano se encontraban jefes de las FARC y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) con permiso de autoridades de la vecina nación, que lo niega.
Y aunque el gran ausente fue el presidente venezolano Hugo Chávez, sí llegó en la jornada su canciller Nicolás Maduro.
Agradeció gestiones de otros países para superar la crisis con Venezuela, pero dijo que prefería "el diálogo franco y directo...Y ojalá sea lo más pronto posible".
También dijo que, como había sido ministro de Defensa, sabía el costo de la guerra. "La palabra guerra no está en mi diccionario cuando pienso en las relaciones de Colombia con sus vecinos", dijo.
Sobre el tema de buscar la paz con la insurgencia a través de diálogos, Santos reiteró su mensaje de la campaña electoral: las conversaciones son posibles, pero sólo si los rebeldes deponen las armas.
"La puerta del diálogo no está cerrada con llave", dijo el nuevo mandatario.
Tal eventual diálogo sería "sobre premisas inalterables: la renuncia a las armas, al secuestro, al narcotráfico, a la extorsión, a la intimidación", sentenció.
"Pero mientras no liberen a los secuestrados, mientras sigan cometiendo actos terroristas, mientras no devuelvan a los niños reclutados a la fuerza, mientras sigan minando y contaminando los campos colombianos, seguiremos enfrentando a todos los violentos, sin excepción, con todo lo que este a nuestro alcance. Y ustedes los que me escuchan, saben que somos eficaces" en ese combate, dijo.
El nuevo mandatario colombiano, quien tiene una larga carrera política, habiendo sido ministro de Comercio Exterior, Hacienda y Defensa, fue juramentado una hora antes por el jefe del Senado. Más tarde el mandatario saludó a su familia, sentada al otro lado de los asientos de las autoridades en las escalinatas del Congreso: la primera dama María Clemencia Rodríguez y sus tres hijos, Martín, de 21 años; María Antonia, de 19 y Esteban, de 16.
sábado, 7 de agosto de 2010
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