La población de ese pueblo del suroeste es de 21 mil 207 habitantes
Fotos: Fuente externa
La concentración de recursos humanos del área de la salud en las grandes ciudades es muy evidente en los servicios odontológicos, al grado de que existen provincias en las que solo hay un especialista en esta materia.
Playa de Pedernales
Muestra de ello es Pedernales, con una población de 21,207 habitantes, pero tiene un solo dentista contratado por el Ministerio de Salud Pública, institución responsable de suplir estos servicios a la población.
Neiba es otra zona con escasez de este tipo de personal, como ocurre también en otras comunidades apartadas del país.
El municipio de Neiba tiene una población de 34,562 habitantes y apenas cuenta con dos odontólogos, mientras en Jimaní los 11,414 habitantes sólo cuentan un dentista para los servicios de salud bucal.
En muchos de los casos, los dentistas no viven en la provincia y acuden a los centros de servicios públicos dos días a la semana. Las dificultades de acceso, aseguran expertos en el área, conllevan a que los problemas de salud bucal sean muy altos entre poblaciones postergadas.
Iglesia católica Nuestra Señora de La Altagracia
Aunque el Ministerio de Salud Pública y el Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS) han nombrado unos 3,000 odontólogos, la mayoría está concentrada en la capital y Santiago, al punto de que en algunos casos dos odontólogos deben turnarse para usar un mismo consultorio.
De los 4,000 odontólogos registrados en la Asociación Odontológica Dominicana, más de la mitad están instalados en Santo Domingo y el resto en Santiago, San Francisco, La Vega y San Pedro de Macorís, entre otras ciudades.
De acuerdo con los registros de la Dirección General de Salud Bucal del Ministerio de Salud Pública, en la provincia Santo Domingo y el Distrito Nacional hay nombrados 564 odontólogos; en Peravia, nueve; en San Cristóbal, 28; en San José de Ocoa, siete, y en Espaillat, 14, mientras en provincias como Santiago, Puerto Plata y San Francisco de Macorís no fue posible obtener la información debido a que la lista no está actualizada.
Una calle de Pedernales
En la provincia María Trinidad Sánchez, el Ministerio de Salud Pública tiene nombrados 21 odontólogos; en Salcedo, hay 18; en Samaná, ocho; en Barahona, con todos sus municipios y comunidades hay 18; en Bahoruco hay dos; en Jimaní, uno; en Pedernales, uno; La Romana, 20; Hato Mayor, 11; La Altagracia, 18; El Seybo, seis; en Elías Pina, cuatro; en San Juan de la Maguana, 20; Azua, 11; Valverde, 12; Dajabón, ocho, y Monseñor Nouel, 18. San Pedro de Macorís, Santiago Rodríguez, Monte Cristi, La Vega y Sánchez Ramírez no tienen datos actualizados.
Incentivos
El Ministerio de Salud Pública cuenta con 1,184 odontólogos nombrados, que reciben un salario bruto de 20,556.25, el cual se eleva a 22,993.75 cuando se les aplican los incentivos por antigüedad y distancia.
Cuenta con alrededor de 500 establecimientos o servicios odontológicos que ofrecen 1.2 millones de consultas cada año, ubicados en hospitales o establecimientos de salud. Otros son manejados por organizaciones sin fines de lucro que son suplidas por Salud Pública.
Los centros públicos por lo general ofrecen servicios básicos de profilaxis o limpieza, corrección de caries, extracción dentaria, enjuagues y orientaciones.
Dentro del proceso de habilitación de centros de salud que lleva a cabo Salud Pública dando cumplimiento a la Ley de Seguridad Social, la Dirección General de Habilitación y Acreditación tiene un total de 1,040 solicitudes de habilitación correspondientes a establecimientos y servicios odontológicos públicos y privados.
De ese total, 221 corresponden al sector público y 819 al sector privado. Hasta el momento esa dirección ha elaborado 581 licencias de habilitación, de las cuales 511 tienen habilitación definitiva; 70 habilitación provisional. De las mismas 544 corresponden al sector privado y 37 al público.
Los escasos incentivos y las dificultades para ejercer la odontología privada, como forma de subsistencia en provincias postergadas, son las principales razones que exhiben los odontólogos para negarse a ser nombrados en comunidades lejanas.
Esas excusas las escuchan con frecuencia la doctora Carmen Rosa Hernández, coordinadora de Salud Bucal del Ministerio de Salud Pública, quien en su condición adicional de profesora, trata de motivar a los jóvenes odontólogos a instalarse en sus comunidades de origen, haciéndoles ver las facilidades que ello encierra, ya que estarían cerca de su hogar, no pagarían alquiler de vivienda, podrían abrir un pequeño consultorio privado y disfrutar de las bondades de las personas de campo.
La especialista reconoce que el sistema tiene la necesidad de crear más plazas en pueblos de provincias, pero no así en el área metropolitana, donde se concentra la mayoría, ya que esa enfermedad no selecciona a quién enfermar y es más frecuente en quien tiene menos acceso al servicio.
HAY NORMAS QUE SON OBSOLETAS
La problemática es reconocida por el presidente de la Asociación Odontológica Dominicana, Adolfo Rodríguez, quien asegura que la falta de incentivos lleva a que dentistas que se gradúan en el interior lleguen a la capital en busca de oportunidades de empleo, dándose la realidad de que hay cada vez más masificación en las dos grandes ciudades del país.
En torno al proceso de habilitación de consultorios odontológicos, Rodríguez considera que las normas que utiliza Salud Pública para evaluar con fines de habilitación son obsoletas, “son las mismas de los años 70 y nosotros como Asociación lo hemos advertido, que esas normas son obsoletas para la evaluación de la odontología de hoy”, afirma.
jueves, 24 de junio de 2010
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