
Por: José Enrique Méndez
Poeta, narrador e investigador. Activo gestor de proyectos culturales vinculados con San Juan su provincia de origen
Julio Amado , humilde, sencillo “seco, sudoroso y de buen corazón”, había ganado la confianza del Profesor Bosch.
Aquel militar de carrera venia de una distinguida familia del sur. En la Provincia de San Juan, había nacido de la unión de Arquímedes Calderón con su distinguida esposa Zunilda Fernández (Hija de Anselmo Fernández).
Al recién elegido presidente constitucional de la República, Profesor Juan Bosch, le bastaba contar con la protección y los servicios como Jefe del Cuerpo de Ayudantes, de Julio Amado Calderón Fernández, razón por la cual quiso que fuera su leal guarda espaldas.
Doña Zunilda Fernández viuda Calderón
y el profesor Juan Bosch

Había Casado con Vilma Efres de Calderón, nacida en Santiago, y juntos levantaron una organizada y bella familia..
Venía de ser Comandante de lo que es hoy la Primera Brigada del ejército, en el kilómetro seis y medio de la autopista Duarte. Fernández, también había ocupado por primera vez la subjefatura policial.
Fue así como Julio Amado, quiso llevar a Bosch a casa de su adorada madre, Doña Zunilda Fernández y juntos viajaron en su Peugout 404, blanco hacia el valle de San Juan de la Maguana.
Muchos vimos atravesar el carro hacia el centro de la ciudad, llamándonos la atención ese hombre de cabellera blanca, que saludaba con las manos a su paso por la calle independencia rumbo a la casa de madera amarilla de la familia Calderón, en la calle Sánchez, frente al Parque que también lleva el nombre del Patricio.
Como niños acostumbrados a visitar la casa de nuestros primos Calderón Díaz, No tuvimos dificultad alguna en penetrar como de costumbres a la casa y ver al Presidente degustando un suculento sancocho en cuerpo de camisa junto al resto de los familiares.
Allí vimos el aprecio y cariño con que Bosch trató a Doña Zunilda Calderón, madre de su fiel guardaespaldas y a Efraín Calderón, reconocido antitrujillista hermano de Julio Amado.
El profesor salió y se dirigió a la acera del frente, en el Parque, donde un considerable grupo de admiradores quiso estrecharle las manos y conversar de manera cordial y amena con el primer presidente constitucional de la república dominicana, elegido democráticamente por el voto popular.
Una anécdota digna de recordar fue ver al poeta Caonabo Peña, quien en interés de ver al Profesor Bosch, optó por subir a un árbol, colocado exactamente encima de la multitud que rodeaba al profesor Bosch. El peso del novelista Caonabo Peña, quebró la rama que le sostenía y para asombro, vimos caer al asustado nuevo Tarzán caer entre los pies del presidente.
Nada pasó, solo risas, chistes y comentarios.
A pie Juan Bosch, atravesó el Parque Sánchez, caminó hasta la casa de los Recios, ubicada en la calle Trinitaria, frente a la panadería de Ziquito y penetró seguido de cientos de simpatizantes que le seguían. A la entrada de la Casa de los recios llamaba la atención un enorme cuadro del Presidente de los Estados Unidos, John Figerard Kennedy y una alusión al programa de la Alianza para el Progreso.
Muchos años después volvimos a ver de nuevo a Bosch visitar a San Juan, para asistir al sepelio de Doña Zunilda.
No obstante lo anteriormente dicho esa relación de amistad no fue tomada en cuenta por el cuñado de Julio Amado aceptar la gobernación del gobierno del triunvirato, qué ironía...
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