Los problemas
Un problema es en sí mismo bueno, no malo, como generalmente se supone. Solamente los que viven tienen problemas. Cuantos más problemas tienes tanto más vivo estás.Alégrate, pues, de tus problemas.
Adquiere todos los conocimientos posibles acerca de tu problema. El conocimiento del problema es una de las claves del éxito.
Cuando te surja un problema, no reacciones emocionalmente. “Enfríalo”.
La mente no actuará “en caliente”, solamente en frío y positivamente.
Reflexiona.
La idea feliz ya está en tu mente. Piénsala.
Cree que puedes. Cree que es posible resolver tu problema. Cosas tremendas ocurren al creyente. Cree, pues, que la respuesta llegará. Llegará.
La persistencia
Es el tesón lo que te hará vencer un día, ¡no te amilanes, viejo leopardo! Mantén tu valor; es tan fácil abandonar.Es seguir con el mentón erguido lo que es duro.
Es fácil gritar que estás vencido… y morir.
Es fácil andar como un cangrejo y reptar.
Pero luchar y luchar cuando la esperanza no se atisba… ¿Por qué? éste es el mejor juego de todos.
Y pensar que resistirás cada extenuante ataque, todos rotos, todos vencidos, sangrando.
Prueba sólo una vez más; es mortalmente fácil morir.
Es seguir viviendo lo que es duro.
La perseverancia
Al enfrentarte con un problema, lo primero que hay que hacer es nunca dejar de atacarlo. Utiliza siempre el principio de perseverancia. Recuerda que puedes superar estas montañas de obstáculos venciéndolas en tu mente.Adopta el lema: “Siempre es demasiado pronto para abandonar”. Continúa actuando.
Utiliza palabras estimulantes.
Nunca hables negativamente.
Pronuncia la buena palabra.
Trabajando arduamente ganarás un día.
Domina el principio de percepción.
Aprende a conocerte a ti mismo. Conoce la persona real que habita dentro de ti.
Si al principio no te acompaña el éxito, prueba, intenta de nuevo.
No dejes que los acontecimientos te puedan. Con tu mente domina las circunstancias.
Puedes si tú crees que puedes.
Mantente activo, sigue intentando; eso será lo que te hará llegar. Siempre adelante.
Puedes conseguir un final feliz.
Y que Dios te bendiga en tu marcha.
viernes, 2 de abril de 2010
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