Hoy se cumplen 166 años de la batalla del 19 de Marzo
Azua.- El 27 de febrero de 1844 los dominicanos declararon su libertad e independencia “de toda potencia extranjera”. Pero el anuncio no fue suficiente. El pueblo tuvo que sellar con sangre, sudor y fuego el nacimiento de la República, en la inolvidable Batalla del 19 de Marzo.
Monumento levantado en un parque de Azua que recuerda la batalla del 19 de marzo
El historiador Frank Moya Pons narra que la noticia de la separación llegó rápidamente a oídos del presidente Charles Herard, quien organizó de inmediato sus tropas en tres columnas y se dirigió a Santo Domingo por los tradicionales caminos del Norte y el Sur, con la única intención de revertir el proceso revolucionario de la parte oriental de la isla. El 10 de marzo cerca de 10,000 haitianos marchaban a la guerra comandados por el mismo Presidente.
“Ustedes marcharán conmigo hasta esa ciudad rebelde donde las viejas bandas del Norte van a rechazar a los insurrectos sordos a la voz de la fraternidad. Juren, pues, todos no regresar a vuestros hogares, sino después de haber reducido a los perversos que conspiran la ruina de los hijos de Haití”, llegó a decir Herard a sus soldados para arengarlos. Al mismo tiempo los dominicanos preparaban la resistencia.
La Junta Central Gubernativa organizó rápidamente el llamado Ejército del Sur, con más campesinos que soldados instruidos. La comandancia recayó sobre el general Pedro Santana, quien recién había llegado de El Seibo con 3,000 peones, y no tardó en salir al encuentro del enemigo. De camino reclutó hombres en San Cristóbal y Baní.
Inicio
Cuando Santana llegó a las proximidades de Azua, el día 18, encontró que el coronel Antonio Duvergé había diseñado la defensa de la ciudad, y contaba con dos cañones de artillería camuflados para el ataque. Mientras tanto, las tropas haitianas terminaban de posicionarse a orillas del río Jura, en horas de la noche. Al amanecer del 19, Charles Herard ordenó el ataque.
“Imprudentemente descubierta en su marcha la columna penetra con confianza hasta la puerta Oeste. Todo está en silencio en la Villa. Thomás Héctor, demasiado impetuoso, ordena el paso de carga, y la columna se cierra en masa; pero es súbitamente ametrallada a quemarropa por una pieza de grueso calibre disimulada. El coronel Therlouge hace abrir las filas, y la metralla, no encontrando más que el vacío, rebota en la tierra levantando nubes de polvo. Nuestra ala derecha se diezma bajo una viva descarga, a través del bosque”, cuenta el historiador haitiano Dorvelas Dorval en la obra “Campaña del Este en 1844”. Los haitianos hicieron tres frentes de ataque.
Paso enemigo
Los que atacaron los laterales se movieron por los caminos de El Barro y Las Clavelinas. Y los que utilizaron el camino de San Juan tuvieron contacto justo con el centro del cuadro de defensa dominicano, el cual resultó ser más fiero de lo que el enemigo esperaba. Cuando los cañones no estaban causando bajas numerosas entre el ejército haitiano, lo hacían los machetes y demás armas blancas utilizadas hasta por el mismo Duvergé, conocido por su arrojo y capacidades estratégicas.
El enfrentamiento armado duró casi tres horas y terminó con la retirada brusca y en desbandada de las fuerzas de Herard. La escena es recreada por el historiador dominicano José Gabriel García en su “Compendio de la Historia de Santo Domingo”: “Los invasores se vieron obligados a retroceder y batirse en retirada, primero los que venían por el camino de San Juan, aterrorizados por los efectos del cañón, después los que venían por Los Conucos envueltos en la derrota de éstos; y por último los que marcharon por El Barro, que fueron los que más se resistieron, dejando el campo en el que maniobraban sembrado de cadáveres y despojos militares”. Herard corrió hasta las márgenes del río Jura, en el que al fin sus soldados consiguieron respiro.
Posiciones:
Pedro Santana es reconocido por algunos historiadores como la figura principal de la Batalla del 19 de marzo, por ser el comandante de las fuerzas dominicanas. Sin embargo, una sombra cubre su nombre cuando se recuerda que ordenó a sus tropas la retirada hasta Baní después de vencer a los haitianos en la entrada de Azua.
“Con una exigua tropa de apenas setecientos hombres destruí uno por uno los ataques haitianos de hoy (martes 19), derrotándolos vergonzosamente, lo cual da una idea de lo que puede hacerse cuando entre en acción el ejército de casi cuatro mil hombres, a las órdenes de Santana”, dijo Antonio Duvergé ante los representantes de la Junta Gobernativa que hicieron presencia en Azua la tarde del 19 de marzo, después del enfrentamiento, según resalta Martín Priego en “Batalla de Azua del 19 de marzo de 1844”.
Santana se negó a quedarse en Azua argumentando que la ciudad no contaba con defensas naturales que garantizaran su seguridad. Los haitianos se retiraron finalmente por problemas internos.
viernes, 19 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario